José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

El pasado sábado día 15 de enero se celebraba en Huesca la Gala de la Federación Aragonesa de Judo, con reconocimientos a distintos judokas. El Presidente de la Federación Aragonesa, José Ángel Hierro, me invitó al evento.

Cuando se enteraron mis alumnos de que iba a asistir, alguno me preguntó: Y a ti, ¿no te dan nada? ¡Qué me van a dar a mí! respondí.

Y pensé, todo lo que se me puede dar, federativamente, se me ha dado ya.

En el pasado 2020, me hicieron 8º dan. Antes, en 1998 el Club de Judo Las Fuentes recibió el reconocimiento como mejor club de España, y en 2000, yo fui distinguido, con el Trofeo Sergio Cardell a la mejor labor docente.

Desde 1994 hasta el 2000 se me confió el cargo de entrenador nacional cadete y juvenil, y desde 2000 hasta 2008 el de entrenador nacional júnior.

Así que pienso que la Federación ha cumplido conmigo, y que yo he vivido lo mío dentro de la Federación.

Y todo lo que además el Judo puede dar, también me lo ha dado y lo he vivido.

La noche que me planté en el dormitorio de mi madre para decirle que me quería dedicar a enseñar Judo, nunca pensé en todo lo que podía derivar, y todo lo que podía vivir.

“El que en casarse acierta, en nada yerra”, es una frase que oí a mi abuela y a mi madre, refiriéndose al hecho de tomar una decisión importante, como es la del matrimonio en la vida de las personas.

Y yo no tomé la decisión de casarme, aunque si la de juntarme con un socio, que fue mi amigo Jesús Sánchez, loco por el Judo igual que yo, y que “sin enterarnos”, vamos hacia nuestras “bodas de oro”.

Porque el Judo nos ha proporcionado una manera de sentir y una forma de vida.

A través de nuestras clases hemos tenido la posibilidad de conocer a mucha gente.

De hacer grandes y buenos amigos, algunos con los que tenemos una relación de hace más de 40 años

De tener muchos alumnos, conocer muchas situaciones familiares, influir en muchas vidas…

Alumnos, de los que, en ocasiones, han salido muy buenos competidores que nos han ayudado a progresar, a esforzarnos, y a aprender a ser entrenadores. “El buen competidor hace al buen entrenador” (Vladimir Barta).

Tratando de conseguir resultados nos movimos por los cursos que se hacían en España y por Francia.

Motivado para que mis alumnos se entrenaran más fuerte, he llegado a ir a Japón hasta en doce ocasiones.

En mi etapa como entrenador de los equipos nacionales, he tenido la posibilidad de haber viajado por todo el mundo.

Mi alumno Saúl Crespo, estudia Administración de Empresas, con apenas 20 años y despertando a la vida, me confiesa que su pasión es viajar y conocer mundo. Cuando le hablo de los países por donde he estado, aunque de algunos solo haya visto el aeropuerto, hotel y polideportivo, se ilusiona y muere de ganas por visitar por donde yo he pasado.

Como Profesor, he tenido el privilegio de acompañar a los Maestros Le Berre, y Fujii en las Jornadas de Torrelavega y en cursos de titulación de entrenadores, compartir cartel en Guadalajara, Sevilla y Zaragoza con emblemáticos maestros como, Navarro, De Frutos, Macario García, García Pasan, Claveras…

Muchos de nuestros alumnos que han terminado sus estudios, trabajan en la empresa privada. Algunos se han hecho y son funcionarios, y todos con unos sueldos fijos importantes, que nosotros no hemos visto ni de lejos.

Y eso nos tranquiliza y nos encanta que sea así, y cómo diría quien todos sabemos, “me llena de orgullo y satisfacción”, en nuestro caso, nos llena de orgullo y satisfacción porque los hemos visto “nacer, crecer, formarse y establecerse”.

Aunque yo siga pensando como siempre oí decir a mi madre:

“No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”

 Y este es un resumen de lo mucho que me ha dado y nos ha dado el Judo, y que me ha gustado poner en evidencia ahora, ante la pregunta de alguno de mis alumnos:

Y a ti ¿no te dan nada?