Hablar de Enrique Aparicio, es hablar del primer campeón de España de Judo y del primer medallista español europeo.

Nacido en Barcelona, pertenece a la primera hornada de españoles que un día decidieron ponerse un judogi y plantar la semilla del Judo. Alumno del maestro francés Henri Birnbaum, es de la generación de judokas catalanes que dominaron el panorama nacional durante una década con el lema “La cortesía es la principal regla del Judo”. Póns (con quien hizo la primera final del campeonato de España), Talens, Busto, Gaspar, Serna, fueron algunos de los compañeros de tatami que tuvo Aparicio en la Academia de Judo y Jiu Jutsu de España, que posteriormente sería el Judo Barcelona.

Muchos se preguntarán como empezó el primer campeón de España a hacer Judo, pues como suceden muchas cosas en la vida, por pura casualidad. La madre de su amigo José Pons, la Sra. Fort, un día revisando la revista “Destino”, vio un anuncio titulado ¿Sabe lo que es el Judo? Le gusto lo que leyó de como el maestro Birnbaum enseñaba ese deporte y de los beneficios que tenía para sus practicantes. Envío a Pons a preguntar que requisitos pedían para poder inscribirse, y en el camino se encontró a su amigo Enrique Aparicio, ya que ambos vivían en la misma calle el Paseo San Juan y le convenció para que le acompañara a la calle Casanova, donde a los pocos días comenzarían a entrenar. Ellos animaron a Busto y éste hizo lo propio con su primo Gaspar.

Aparicio, fue un judoka totalmente implicado en la difusión del Judo. Es de una generación donde disponer de unas planchas de tatami no era nada sencillo y a la hora de demostrar los beneficios de nuestro deporte durante las exhibiciones que realizaba junto a sus compañeros de club en teatros, cines, polideportivos, cuarteles y colegios, utilizaban colchones, paja, lonas de camiones, cualquier material disponible era valido para dar difusión a su pasión.                                                                                                                                       

Y si era difícil encontrar tatamis en aquella época, no era mucho más fácil encontrar judogis. Aparicio y esta primera generación de judokas catalanes, confeccionaron sus primeros judogis con tela de toldo. Y años más tarde, junto con Miguel Fafré crearon la marca de judogis MIYEN.

Llegó a ser tercer Dan, y tuvo que hacer dos exámenes para ello, siendo sus examinadores historia de nuestro deporte a nivel mundial, el primer examen lo realizó delante del maestro Mikonosuke Kawaishi y el segundo lo realizó delante del 10º dan Kodokan, Ichiro Abe.

Enrique Aparicio, fuera del tatami, era un hombre de los que llenaba una sala con su presencia, con su energía, una persona honesta, alegre y muy positiva que vivía el presente y lo vivía de forma intensa.

Padre de 6 hijos, 4 chicas y 2 chicos, comentaba Montse, una de sus hijas, que su padre siempre se levantaba de buen humor y que le encantaba contar historias, historias con algo de verdad o inventadas, prefería escribir cartas a hablar por teléfono, era buen lector y como escritor aficionado, llego a terminar una novela, una novela muy personal sobre su padre, al cual le tenía una profunda admiración. Volviendo a sus hijos y sumergiéndonos en las habitaciones de unos niños en aquella época, tenían los cabeceros de las camas hechos con tatami, y lo mejor de esto, es que podían desmontarlos, unirlos en el suelo y hacer ahí Judo. Cuenta también que en la pared de la biblioteca de la casa tenían pintado un paisaje japonés donde destacaba un Tori.

Su gran pasión era el Judo, pero era un hombre deportista, y así lo demostró toda su vida mientras la salud se lo permitió, natación, waterpolo, trial y tenis.

Era empresario, mayorista de pescado (consignatario, intermediario entre el barco y el minorista). Ya jubilado y a la vuelta de su amigo Busto de Brasil, el grupo de pioneros de nuestro deporte siguió viéndose semanalmente, poniendo sobre la mesa su pasión, sus recuerdos y su vida.                                                                                                                     

La vida es Judo y el Judo es vida, podemos hacer Judo en un tatami o en una mesa rodeados de amigos, podemos tener 10, 40 u 80 años, nos hace sentirnos vivos, nos hace recordar, nos hace emocionarnos y nos hace seguir soñando con ese ippon en ese combate.

Currículum deportivo. 
– Grado: 3º Dan (1960) 
– Técnicas especiales: Harai Goshi y Sasae Tsuri Komi Ashi 
– Club: Judo Barcelona 
– Profesor: Henri Birnbaum 
– Campeonatos de España: individual 1953, 1954, 1956 
– Campeonatos de España por equipos: 1953, 1955, 1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1962  

Medallista Europeo. 
– Bruselas 1954: 3º en categoría 1º Dan 
– Barcelona 1958: 3º categoría 2º Dan
– Barcelona 1958: 3º categoría +80kg
– Viena 1959: 3º categoría +80kg 

Aparicio en el centro de la foto detrás del maestro Kawaishi. 

Junto a su amigo Busto, final campeonato de España, 30 de mayo de 1956.

Documentación: Ramón Díaz y Montse Aparicio.
Agradecimientos: Montse Aparicio, Jaime Salas, Fernando Diéguez y Ramón Díaz.

El camino que ahora andamos, otros lo allanaron.