Y a nosotros ¿quién nos motiva?

¿Qué necesita una persona?

El psicólogo americano Abraham Maslow clasifica las necesidades de la persona en: 

Fisiológicas, de seguridad, de aceptación social, de autoestima y de autorrealización.

Traducido de una manera más coloquial, estar alimentado y abrigado, tener donde cobijarse y relacionarse. El concepto de relacionarse es lo que resume las necesidades que enumera Maslow de aceptación social, de autoestima y de autorrealización.

De manera análoga y pasándolo a nuestro campo

¿Qué necesita un judoka? ¿Qué necesita un judoka cuando es competidor? ¿Y qué necesita un judoka cuando es entrenador? 

El practicante de Judo, el judoka, necesita estar bien de salud, un lugar apropiado donde aprender y progresar, donde deberá encontrar compañeros y un profesor que le enseñe.

Cuando es competidor, necesita estar bien físicamente, un lugar donde entrenarse, compañeros con los que poder hacerlo y un profesor que le instruya, programe, entrene, entienda y apoye. El judoka cuando ejerce como entrenador necesita disponer de un lugar, y tener judokas motivados por entrenarse.

La motivación se produce cuando se suscita un interés por algo y existe  una voluntad por conseguirlo.

¿Como se motiva un judoka? ¿Cómo se motiva un competidor?  ¿Y un entrenador?

El judoka se motiva inicialmente por el hecho de aprender Judo y tratar de llegar a “dominar” las técnicas. El practicar en un ambiente adecuado, la actividad física que realiza, la relación que entabla con sus compañeros (aceptación social), conseguir realizar distintos ejercicios y sentirse bien tras el entrenamiento, (autoestima), y la posibilidad de acreditar su progresión mediante el color del cinto (autorrealización), facilita su continuidad y en consecuencia el aprendizaje.

El competidor surge de entre los practicantes de Judo, cuando quiere poner a prueba la eficacia con que realiza las técnicas y medirse con otros. Comienza cuando es niño, siendo el protagonista de “la fiesta”. Todos pendientes de él, de su rival y de lo que haga (aceptación social). Y en muchos casos “ganando” medallas (autoestima y autorrealización). De estas primeras experiencias dependerá muchas veces que quiera seguir compitiendo o no.

Si sigue compitiendo sin darse cuenta va pasando por diferentes categorías y llega a ser el competidor senior que se entrena en Judo con unos objetivos concretos de competición.

Durante toda esta fase el profesor, sin dejar de serlo, entra en escena en función como entrenador.

¿Qué motivación mueve inicialmente al profesor de Judo? 

En un principio seguro que trabajar haciendo lo que le gusta, enseñar lo que sabe y que ha aprendido en un ambiente que conoce bien y además intentar ganarse la vida con ello.

Cuando empieza… todo es nuevo y toda novedad le motiva. Impartir una sesión, el descubrimiento de la enseñanza, transmitir conocimientos, explicar un movimiento, organizar actividades con su gente, competiciones, exhibiciones… 

Dentro de las sesiones, la relación con sus alumnos, en ocasiones lidiar con el comportamiento de un niño… controlar su progresión, el verlos crecer en el ambiente que él consigue crear…

Y el profesor de Judo tiene que enseñar Judo… pero no solo técnicas o movimientos.

Mediante la enseñanza de estas técnicas tiene que tratar de transmitir todos los valores que el Judo encierra, porque el Judo encierra toda una filosofía de vida, que es lo que diferencia al Judo de otros deportes. Los profesores de Judo tenemos la prioridad y la obligación de conseguir que a nuestros alumnos les guste el Judo.

Sergio Cardell decía que la misión del profesor es conseguir que sus alumnos se enamoren de Judo, y que si se enamoran del Judo luego ya se encargaran ellos de aprenderlo…  

Pero los profesores, ¿tenemos obligación de motivar…? ¿Tenemos que plantearnos objetivos con nuestros alumnos? 

Por supuesto que si. Para el judoka de a pie nos tenemos que marcar en las sesiones objetivos puntuales de aprendizaje, para que se sientan bien y se sientan importantes, objetivos para obtener nuevos grados, para ganar competiciones…

¿Qué motiva al profesor, ser profesor?

¿Son conscientes nuestros alumnos de que a nosotros lo que nos motiva son ellos?

Nos motivan ellos cuando vienen con ganas de practicar, de aprender y de entrenarse. Nos motivan cuando nos participan sus ilusiones, sus objetivos y de alguna manera sentimos que nos piden ayuda para conseguirlos.

El filósofo inglés Thomas Chalmers dice que la dicha de la vida consiste en “tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar” 

Al profesor de Judo le motiva impartir clase, seguir la progresión de sus alumnos, notar como se van haciendo mayores, vivir sus ilusiones, ver como evolucionan. 

También cobrar a fin de mes…

Llegando a un cierto nivel… ¿qué obligaciones tiene el profesor? ¿y el competidor? ¿Qué compromiso…?

El judoka que empieza, contrata unas clases a cambio de una cuota. El profesor se va implicando con su judoka, le dedica más atención y más tiempo…

El competidor, posiblemente siga pagando su cuota, pero empieza a acostumbrarse a tener siempre a su entrenador con él y entra en una dinámica, en que todo el tiempo que dedica el profesor a parte de las clases, preocupaciones, los viajes y gastos asociados (gasolina, hotel…) le parece normal… y no lo valora.

El competidor se permite “el lujo” en ocasiones, cuando el entrenamiento no cumple sus expectativas o a veces después de perder una competición de expresar que está desmotivado y no acudir a entrenarse. 

Cuando en realidad lo verdaderamente importante del entrenamiento es hacerlo, estando motivado o no. 

El profesor no tiene esa opción y tiene que estar siempre “al pie del cañón…”

Y a veces el entrenador se cansa de ser siempre el que tenga que motivar.

¿Cómo y cuando se desmotiva el judoka? ¿El competidor? ¿El profesor?

El judoka, como cualquier persona desarrollando una actividad necesita estar a gusto y sentirse importante. Mientras lo pase bien y se sienta alguien, allí estará. Si siente que es apreciado, que se le trata bien… (autoestima).  Ayudará si se ha hecho un grupo de amigos entre sus compañeros, (aceptación social), y si ha conseguido cierta complicidad con el Profesor. 

Si nota que se le ningunea, no se le aprecia, no progresa en su deporte (falta de autoestima), dejará de venir.

El competidor, se desmotiva cuando sufre una lesión y no puede entrenarse, cuando sus compañeros no acuden a entrenarse y lo dejan en la estacada, cuando no gana combates.

El entrenador se siente mal cuando los competidores pasan, cuando no van a los entrenamientos, cuando su comportamiento no es el adecuado, cuando sufren lesiones,  cuando dejan de venir, cuando no cumplen, cuando no muestran interés…, pero no puede permitirse el lujo de desmotivarse.

Los profesores de Judo que llevamos mucho tiempo bregando,  hemos ayudado en ocasiones a nuestros judokas a tomar decisiones importantes y cruciales en sus vidas.

Lo sabemos nosotros y lo saben ellos, que lo reconocen y te lo agradecen  cuando te encuentran y su mayor muestra de reconocimiento es cuando más tarde te confían a sus pequeños.

Nuestros judokas tienen su vida y sus problemas. Estudios, trabajo, relaciones y muchas veces como están acostumbrados a que les resolvamos los problemas que surgen en el tapiz con relación a Judo y a que les ayudemos a sacar las castañas del fuego vienen a contarte.

Notamos su agobio y su desmotivación y nos duele verlos así, y estemos como estemos sentimos que nuestra misión es volver al ataque y tratar de ayudarles.

Y entonces a veces nos surge preguntarnos:

 

Y a nosotros ¿quién nos motiva?