José Antonio Sánchez Gandoy
8º Dan de judo
Llega octubre, las clases lectivas han comenzado ya en septiembre en los colegios y en cientos de ellos el judo infantil será una de las asignaturas extra escolares. Los padres reciben una oferta amplia de deportes donde sus hijos pueden escoger y decidirán el que creen adecuado. A veces solo el reclamo de una foto atractiva, un texto interesante, un maestro conocido o simplemente la idea que se tenga del judo son el motivo para apuntarles.
Proponemos el JUDO para niñas y niños como deporte ideal. Los gimnasios también se mueven al ritmo que marcan las salidas de clase de los niños y empiezan el nuevo curso 2021/22. Hay un paso en el que los entrenadores debemos acertar y es en la información que recibe cada familia cuando hablamos. Importa valorar que nuestra titulación y la del club son expedidas y amparadas por la Real Federación Española de Judo y D.A., y hacemos ver que no es suficiente con ser cinturón negro para poder dirigir una clase. Confusión bastante extendida en algunos padres.
La práctica deportiva en general nos entrega una serie de beneficios para todas las edades ampliamente difundidos en los medios, pero quisiera centrar un poco algunos de los muchos que el judo puede ofrecer sobre todo en edades hasta los 16 años aproximadamente. No se trata de “dar la brasa” a quienes lleguen a preguntar por nuestras clases pero sí debemos exponerles lo que les aportará hacer judo. Y más en edad de infantil, cadete, etc.
El judo es una herramienta educativa de primer orden. Nuestros entrenos ofrecen al niño la posibilidad de jugar y divertirse en el tatami a la vez que empiezan a conocerlo. Siempre son dirigidas por entrenadores titulados. Es un deporte de origen japonés y es disciplina olímpica. Se practica descalzo sobre una colchoneta con amortiguación especial que se llama “tatami”, con un traje de judo, el judogi y un cinturón que al inicio es de color blanco.
Las clases discurren en un ambiente de respeto. El “rei” reverencia o saludo es obligado para entrar y salir del tatami, para iniciar una lucha con el compañero, con el maestro, etc. Un protocolo habitual que se va haciendo costumbre y tiene que ver con la educación y así debemos interpretarlo. La atención de los alumnos a cualquier explicación que requiere silencio es curiosa.
Aunque es un deporte individual se recomienda el trabajo de equipo en los juegos y en los propios “uchi-komi” o “randori” cambiando de compañero de forma habitual durante la clase lo que hace que todos interactúen con el resto de niños y se diviertan juntos.
Hacer judo centra el carácter ayudando a buscar el equilibrio. Son evidentes las mejoras tanto en los niños con cierta timidez como en los excesivamente activos. La dinámica de la clase donde se mezclan altos, bajos, fuertes, niñas, niños, etc., termina fortaleciendo la personalidad. En categorías de más edad al practicar ejercicios de combate se desarrolla la posibilidad de moverse con naturalidad dentro del “espacio crítico” (distancia física mínima entre dos personas) y mejora la confianza. Es un atractivo deporte de contacto que puede practicarse con máxima seguridad.
Una de las causas de lesiones importantes y mortalidad infantil se produce por caídas en la calle. El judo con su estudio y práctica diaria de las distintas formas de caídas “ukemi” puede ayudar de forma muy eficaz en estas situaciones. De hecho algunas organizaciones así nos han valorado.
En nuestros días lamentablemente existen grupos, también en edad escolar, que fomentan el bullying (abuso psicológico y físico) a algunas y algunos estudiantes. Presentamos el judo como alternativa posible para evitarlo, no en el plano físico sino desde la atención y el cuidado que un judoka observa para con sus compañeros. Premiamos hacer crecer al niño desde el respeto mutuo.
Los entrenamiento con regularidad en el tatami nos mejoran absolutamente en el aspecto físico: elasticidad, resistencia, fuerza, coordinación, bilateralidad, rapidez etc., pero también en el plano mental reforzando cualidades volitivas: decisión, iniciativa, personalidad… Respeto y Educación.
Por último podríamos hablar de la propia enseñanza del judo donde cada maestro diseña sus clases y la progresión de sus alumnos siempre ciñéndose al programa oficial de la RFEJYDA. El color del cinturón indica el nivel de habilidad y conocimiento y es uno de los objetivos a superar en cada curso. Cada niño tiene su propio programa y sus técnicas personalizadas para entrenar.
Así que JUGAR a JUDO es fácil, solo necesitamos un judogi y un cinturón. Muchas ganas de pasarlo bien y acudir a un gimnasio, club o colegio donde tus compañeros niñas y niños te estarán esperando.