José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

El pasado 27 de septiembre, se nos despidió en Zaragoza y para siempre, el profesor de Judo Juan Cotrelle, a los 81 años de edad.

A modo de biografía se podría escribir que:

Juan Cotrelle, nació en Charlesville-Mezieres en 1944.  Comenzó a practicar Judo a los 12 años en Charlesville.

Sus primeros profesores fueron Arcane y Gilet de la escuela de Pujol.

En 1966 aparece Pujol por Charleville a impartir un curso.

Cuando ve el Judo que hace Cotrelle, le gusta, y le propone que se traslade a Marsella donde él estaba entonces para ayudarle como profesor de Judo allí.

Y Cotrelle pasa 1968 y parte 1969, como profesor en Nices, con Guidart y Faubourg.

En 1969, cansado de trabajar para ellos, se viene a España buscando a Ángel Claveras, un español del que había oído hablar, y que había estado viviendo en Carpentras y sabía que estaba relacionado con el Judo en España.

Y llega a Zaragoza y en Zaragoza y con Ángel Claveras pasa 1969 y 1970.

En esos dos años que estuvo en Zaragoza Juan, nos mostró una nueva forma de hacer Judo. El Judo que se hacía en Zaragoza, y seguro que muchos sitios de España, en aquellos momentos, era un Judo estático, y en alguna forma muy rudimentario, y él nos mostraba el Judo de Abe, donde todo se hacía en desplazamiento y con numerosos encadenamientos.

En 1971, reclamado por unos alumnos de cuando estuvo en Marsella, vuelve a Avignon.

El profesor de Judo francés Julien Chabrolin le facilita el poder impartir clase en Montfavet, una pequeña población cerca de Avignon. En ese momento en Montfavet apenas había seis alumnos.

Cotrelle empezó allí y en un par de años contaba con ya una centena de seguidores.  

Estando Juan instalado en la zona de Avignon, siguió en contacto con Ángel y en vacaciones realizaban intercambios con sus alumnos. Venían judokas franceses a entrenar a Zaragoza, los acogíamos en nuestras casas, y luego éramos nosotros los que éramos acogidos allí. Y esto duró varios años. En verano uno de los primeros stages, (cursos) de Judo que hubo en España fue en Villanúa (Huesca), en 1972, y lo organizaron Juan Cotrelle y Ángel Claveras.

Concluyendo que el Judo de Juan Cotrelle fue determinante en nuestra forma de entender, de vivir y de hacer Judo, y en consecuencia en el desarrollo del Judo de Aragón.

Recuerdos con Cotrelle y situaciones que me apetece recordar y compartir

Son situaciones vividas que de alguna forma me han marcado e influido en mi vida y sobre todo como Profesor de Judo. Algunos fragmentos ya los he utilizado en distintos escritos y los he copiado

Sobre su personalidad y la autoridad que él desprendía

La autoridad del profesor de Judo.

Siempre recordaré hace años un curso de Judo en Mauleón (Francia) que organizaba mi profesor Ángel Claveras junto con dos amigos profesores franceses.

Uno de los profesores franceses, Juan Cotrelle, comunicaba de manera especial la sensación de autoridad. Antes de iniciar la sesión y estando todos los niños revolucionados jugando por el tatami aparecía en la sala y no tenía que hacer ni decir nada. Se detenía junto al tapiz y conforme advertían su presencia, los niños paraban, se iban callando y se colocaban progresivamente en la fila para saludar.

A mi la personalidad de este profesor, la autoridad que solo su presencia producía ante la clase me impactaba. No he podido olvidar esta imagen y siempre he pensado que es a lo que tiene que aspirar todo profesor de Judo, a conseguir de manera natural con su presencia mantener el orden en la clase.

La pregunta de Roland Burger cuando nos examinamos de primer dan

¿Y ustedes de donde son?

Junto a mis amigos y compañeros Manuel Hernández y Jesús García Palacin obtuvimos nuestro primer dan en Barcelona el 6 de octubre de 1974. Este mes de octubre ha hecho la friolera de 51 años.  El tribunal estaba compuesto por los maestros Roland Burger, Emilio Serna, Marcos Saila, Francisco Talens y Cesar Paez.

No quiero pecar de presuntuoso, pero como fue así, lo quiero contar. Roland Burger nos felicitó y preguntó de donde éramos, se interesó por saber quién era nuestro profesor y nos encomendó que le felicitáramos. Hacía unos años que tuvimos la suerte de que “aterrizara” por Zaragoza el profesor francés Jean Cotrelle, alumno de Jean Pujol a su vez alumno de Ichiro Abe y de que se hiciera amigo y se quedara a vivir un tiempo con nuestro profesor Ángel Claveras. La influencia de Cotrelle en nuestro Judo, en esa época del “Judo con lanza”, de la que siempre habla el maestro José Alberto Valverde, no le pasó inadvertida al maestro Burger.

También ilusionado  

Recién llegado a Zaragoza en 1971, entrando en un recinto que le pareció apropiado como club de Judo: ¡Aquí un tatami! Dijo el Profesor de Judo francés Jean Cotrelle cuando una vez entró en el garaje Aragón.

El garaje Aragón en Zaragoza era una gigantesca nave ubicada en el paseo de la Mina, en pleno centro de Zaragoza, que ofrecía taller, aparcamiento, lavado siempre a mano y suministro de gasolina y que cerró ya hace unos años, después de 65 años de funcionamiento.

Y se casó en España

¿Tú cuando te casas Juan? Recuerdo que con total indiscreción, hablando de su futuro, le pregunté una vez. “Yo ya estoy casado con el Judo” fue su contestación.

Aunque luego conoció a Rosa Ansó, una chica de Tauste con la que se casó, se fueron a vivir a Francia y de allí surgió un pequeño al que llamó David.

El Judo de Cotrelle

Cuando Juan apareció por Zaragoza, he echado cuentas, y Juan nació en el 44, lo conocimos en el 69, tendría entonces 25 años. Ahora me parecería un niño. Claro yo entonces tenía 15, y yo si que era un niño, y él me parecía mayor, como mi Profesor. Lo que si recuerdo del Judo que practicaba era la forma en que ejecutaba la caída de frente, una caída larga, con una forma envidiable, que parecía fácil, fluida, que todos tratamos de imitar. Y la forma de sus movimientos, la manera en que se movía y se desplazaba.

Como movimiento especial hacía hane goshi, que lo aplicaba en cualquier circunstancia, pero especialmente cuando el contrario iba hacia atrás.

Y todos los movimientos los realizaba con una forma envidiable. La misma autoridad que él desprendía cuando se ponía ante un grupo de alumnos, emanaba en el momento de realizar y demostrar cualquier movimiento de Judo.

La mirada del Profesor

Siempre recordare, a poco de iniciarme a hacer Judo con 15-16 años, sería cinto amarillo o naranja, y mi profesor Ángel Claveras se trajo a clase a un amigo francés, también profesor de Judo. Este era Juan Cotrelle.

Durante alguna explicación en la sesión, sin hacer grandes aspavientos, pero se me abrió la boca y bostecé. Recuerdo y no podré olvidar la mirada de Cotrelle.

No dijo nada, solo me miro y yo entendí que no debía haber bostezado.

Una situación y una mirada que he vuelto a recordar mil veces. Una mirada que he intentado reproducir siempre, cuando con algún alumno se ha producido una situación similar.

Relación con el alumno

El Profesor de Judo francés Jean Cotrelle comentaba las diferentes fases por las que pasa la relación en Judo entre el profesor y el practicante: primero cliente, más tarde alumno y finalmente amigo.

Cumpliendo ciclos

Y como aceptaba cumplir ciclos

Los judokas tenemos nuestras fases.

Cuando somos jóvenes, lo tenemos todo. Tiempo, juventud, salud, todo un futuro por delante, un abanico de posibilidades. Practicando Judo pasamos por una fase de competición, nos hacemos profesores y empezamos, impartimos clases, tenemos alumnos y seguimos adelante… vamos ganando puntos, y cumpliendo ciclos nos vamos posicionando.

El recorrido puede ser:

“Cumples los 20, llevas los 30, pasas los 40, dejas los 50 y llegas a los 60. Si consigues los 70, cuando recibes los 80 cada día ya es un regalo y cada jornada conforma un ciclo completo”.

Al ser judokas observamos de manera más evidente como este paso del tiempo nos afecta, como dice Jorge Manrique

“Las mañas y ligereza y la fuerza corporal de juventud, todo se torna graveza cuando llega al arrabal de senectud.”

En 2022, Juan se vino estando ya jubilado a vivir a Zaragoza, porque tenía aquí a su hijo David y a sus nietas, que le llenaban la vida.

Con mis amigos Carlos García y Paco Gracia, durante años, llevamos quedando los martes y jueves cuando Paco sale de dar clase a las 11 de la mañana, en la terraza de un bar que se llama el Organillo.

Cuando supimos que Juan estaba por Zaragoza y se lo comentamos, dijo: “Salgo a dar una vuelta cada día y me tomo un café, si lo puedo hacer con vosotros, mejor”.

Y desde mayo de 2022, todos los martes Juan ha acudido al Organillo y hemos tenido la posibilidad y la suerte de disfrutarlo, poder hablar con él, conocer su vida, su forma de pensar y de resolver situaciones.

Y muchos días, contándonos y analizando su vida, el comentario era: “hemos vivido haciendo lo que nos gustaba, pues ya está bien”.

En definitiva, hemos podido estar con él sus últimos años, y conocer más a fondo su vida y su forma de actuar. La de nuestro Profesor de Judo, Juan Cotrelle