José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo
Siguiendo con la tónica de que en vacaciones surgen menos ideas, y que podemos aprovechar para fomentar la “cultura de Judo”, me parece apropiado este artículo, que en su momento Jesús Asensio subió en Arajudo, y que de alguna manera nos ayuda a conocer cómo el Judo llegó a Europa y a España.
Y el que quiera saber de su autonomía que pregunte a sus mayores
En una de las últimas sesiones con los matutinos este pasado curso, no se como salió el tema de los cintos de colores y la nomenclatura de los movimientos que se atribuye al maestro Kawaishi y tuve que explicar que a Kawaishi se le considera como el introductor del Judo en Europa…
Al llegar a casa busqué entre mis libros “Mi método de Judo” de la editorial Bruguera, su autor Kawaishi y que tengo desde que comencé a practicar Judo. Es un libro muy sencillo y rudimentario, que para mí lo más interesante y anecdótico que aporta es que tiene la distribución y nomenclatura de los movimientos.
Queriendo saber más sobre Kawaishi busqué en Internet. Con las nuevas tecnologías se accede rápido a cualquier información aunque a veces no sea todo lo estricta que nos gustaría.
Y queriendo confirmar mis nociones sobre el desarrollo del Judo en Europa, rebusqué entre mis libros y encontré cuatro que trataban el tema.
Dos, los Prontuario-Guía de la Federación Española, de Víctor Garrido Troncoso el último de 1992, el otro anterior, y dos tesis doctorales. Una de 2003 de la Universidad de León, realizada por Carlos Gutiérrez García, y otra de 2009 por la universidad de Barcelona elaborada por Encarna Planells.
Las dos tesis doctorales entiendo que son muy completas. Son trabajos de investigación tan exhaustivos y profundos, con tantas citas, datos, nombres, que a mi me resultan complicados de seguir, y eso que soy veterano, que me gusta y soy un profesional del tema, así que para un simple practicante puede resultar muy arduo.
Y dicho esto, pienso que son dos libros que los que nos dedicamos a la enseñanza del Judo, deberíamos tener aunque solo sea como libro de consulta o para poder buscar datos.
Y dicho esto también, y habiendo cotejado las dos tesis quiero resumir a continuación lo que pienso y pensaba antes de hacerlo y que cómo mínimo cualquier practicante de Judo que se precie, debe conocer sobre la historia de su deporte.
Que el fundador del Judo fue Jigoro Kano y que era japonés.
Hasta aquí creo que vamos bien, y esto pienso que no se le escapa a nadie.
Que el Judo llegó a Europa por dos vertientes:
En Gran Bretaña hacia 1920 con el japonés Koizumi y en Francia hacia 1935 con el japonés Kawaishi. Que los dos estuvieron juntos un tiempo en Gran Bretaña y los dos fueron y volvieron a Japón durante la guerra
Que a Kawaishi se le atribuyen los cintos de colores y la nomenclatura de los movimientos: 1ª de pierna, 5ª de cadera… aunque la investigación de Carlos y Encarna hacen presagiar que lo idearon entre los dos.
Que se puede decir que el Judo se inició en España hacia 1950, en tres ciudades más o menos a la vez.
Que en Madrid el introductor fue el peruano Alfredo San Bartolomé, en Barcelona el francés Henri Birnbaum, alumno directo de Kawaishi, y en Zaragoza el holandés Albert Van Dick.
De todo ello tanto Carlos Gutiérrez como Encarna Planells, tienen en sus tesis datos, documentos, y citas para aburrir, por lo que invito a todos los que quieran conocer más a fondo la historia del Judo en esa época, a hacerse con esas tesis.
Realmente de los tres, el que verdaderamente tenía su Judo “acreditado”, es Henri Birnbaum. Henri Birnbaum fue alumno directo de Kawaishi y de los primeros cintos negros de Europa.
Los datos que aportan de su aprendizaje de Judo San Bartolomé y Van Dick son muy imprecisos. San Bartolomé dice que aprendió con japoneses y Van Dick cuando lo entrevistamos nosotros nos contó que él practicaba lucha grecorromana y que viviendo cerca del puerto en Amberes, aprendió Judo practicando con los japoneses en sus barcos cuando atracaban en el puerto y permanecían el tiempo que tardaban en vender sus mercancías.
Luego está el tema autonómico. Yo puedo hablar de Zaragoza, que es de lo que me he informado.
Entre 2004 y 2008 mi amigo Paco Gracia y yo tuvimos la posibilidad y nos comprometimos a llenar una página semanal con Judo, los martes, en el periódico deportivo Equipo de Zaragoza.
Entenderéis que llenar una página cada martes durante cuatro años con Judo, cuando muchos fines de semana no había ninguna actividad de Judo era complicado.
Decidimos para los martes que no tuviésemos nada, ir confeccionando la historia de Judo en Aragón, y buscamos a los pioneros.
Localizamos y entrevistamos a Albert Van Dick, entonces vivía, que nos contó sus comienzos en el local de la calle Maestro Marquina, hasta que enviado por Birnbaum llegó el francés Fermín Caballo, luego el inglés Jetzs y más tarde el también francés Robert Muratore y que trasladados a Marina Moreno 21, instituyeron el club Judokwai y sentaron las bases.
Hablamos con Luís Zapatero que fue el que heredó el legado de estos últimos y durante muchos años impartió clase en el club Judokwai de Zaragoza de donde salieron judokas que fueron profesores, de donde salimos nosotros, que a nuestra vez hemos formado y seguimos formando profesores…
Recuerdo al maestro japonés Shu Taira en las Quintas Jornadas de Judo de Torrelavega que impartió junto a Carlos Sotillo, cómo hacía un croquis en una pizarra. De Jigoro Kano iba sacando ramas, componiendo un árbol genealógico, haciendo ver de donde veníamos cada uno y el tronco común.
Concretando que, los conocimientos mínimos que el practicante de Judo de a pie en España debe saber son:
Que Jigoro Kano fue el fundador. Que en Europa los introductores fueron Koizumi en Gran Bretaña y Kawaishi en Francia. Y que en España fueron San Bartolomé en Madrid, Birnbaum en Barcelona y Van Dike en Zaragoza.
Y el que quiera saber de su autonomía que pregunte a sus mayores.