Era una muerte anunciada. Jesús padecía una cardiopatía que se había agravado mucho en la última época.

Nos va a costar acostumbrarnos titulé un artículo, que aun se puede leer, que se publicó en la página de la RFEJYDA, aludiendo a cómo lo íbamos a echar en falta y a la incógnita de qué iba a pasar con su página de Arajudo tras su desaparición.

Porque en su página cabía y estaba todo. Jesús acudía siempre donde se le llamaba. Y si no podía ir, pedía información y fotos y las colgaba en su página. 

Jesús Asensio de profesión era administrativo. Cuando apareció por el club en enero 1999 no recuerdo en qué empresa trabajaba. Durante un tiempo fue secretario en la Federación Aragonesa y más tarde pasó a trabajar en Tagoya donde lo hizo los últimos años de su vida. 

Durante los años 2004 al 2009 cuando con mi amigo Paco Gracia “construíamos” una página semanal de Judo en el diario deportivo Equipo, Jesús era el que facilitaba las fotos con que se ilustraban los artículos.

Hay que decir que Jesús en las competiciones fotografiaba a todos los que participaban.

Hacía fotos a todos, no solo a los conocidos o “importantes”. Y hay que reconocer que con la cantidad de fotos que hizo, y algunas o muchas, seguro que podrían pecar de “indiscretas”, nunca colgó una foto que ridiculizara o pusiera en evidencia a nadie.

Los últimos años se pasaba habitualmente por el club. Llegaba discretamente se sentaba en un banco que tenemos en un extremo de la sala y observaba los entrenamientos. 

En ocasiones traía discos con fotos que entregaba a los interesados.

Tengo que reconocer que mis alumnos y yo hemos sido unos privilegiados. Tenemos las mejores fotos que nos podían haber hecho en judogi. 

Cuando un fin de semana había programada una competición que propiciaba un viaje, pasaba por el club a principio de semana para preguntarme y quedar para realizar el viaje y si no organizarse por su cuenta.

Y ahora llevo un año que cuando viajo a una competición y no paso a buscarlo, parece que me falta algo. Mi coche parece que quiera dirigirse al lugar donde quedábamos. Y lo echo de menos. 

Jesús era el encargado de preocuparse de saber la dirección del pabellón y en cuanto subía al coche ponía el GPS.

Cuando parábamos, aunque sabía que no le convenía por su obesidad y haciendo caso omiso a los consejos de todos, siempre pedía un batido de chocolate y bollería.

Habitualmente él solo colgaba las fotos. En contadas ocasiones después de una competición o una actividad donde los resultados no habían sido como él pensaba que tenían que ser, surgía su vena literaria, saltaba y escribía una crítica en que lanzaba “puyas como dardos”, sin saber muy bien a quién dirigía, y que quizá no debería haber hecho, porque aunque todos podemos opinar, para hacer una cierta crítica hay que tener cierto nivel. 

Y  Jesús como fotógrafo y creador de su Arajudo era “el más completo”, pero como judoka tenía un nivel muy “de a pie”. Y aunque nunca tuvo intención de ofender, yo se que alguna vez recibió críticas de algunos que entendían que su función no era esa.

La idea de colgar mis reflexiones surgieron en un viaje cuando había estado preparando el artículo “¿por qué el Judo?” para una  idea de promoción en un comienzo de curso para el diario Equipo. 

Se lo comenté y me invitó a colgarla. “¿Por qué el Judo?” fue la primera de una serie de 161 reflexiones que cada quince días colgó entre junio de 2008 y mayo de 2014. La última “nos vemos en la silla” lo hizo el 1º de mayo de 2014. 

Desde que su enfermedad se había agudizado venía menos por el club.

Entraba, se sentaba en su banco y se dedicaba a seguir el entrenamiento mientras respiraba y se impregnaba  del olor y del ambiente que le había cambiado la vida. 

Porque de Arajudo nos beneficiamos todos, pero de Arajudo también se benefició él. Arajudo a Jesús le cambió la vida.  Con su página se dio a conocer, y además encontró un nuevo aliciente y un nuevo sentido en su vida.

Y la vida sigue sin Arajudo. De momento nadie ha asumido la responsabilidad de crear una página similar. No ha habido sustituto. Ahora no existe una página donde quepa todo, cada uno publica en su Web las fotos de sus actividades.

Y no es lo mismo. Antes solo con Arajudo estábamos informados de todo lo que acontecía en el panorama del Judo nacional… y en el de todo el mundo.

Cuando queríamos saber algo solo teníamos que abrir esa página que nos ponía al día. 

Nuestro club va a cumplir 40 años. En el pasillo de entrada tenemos fotos que llevan desde el principio…, casi 40 años. Son las de los siete primeros décimos danes y Jigoro Kano de joven, la del día del primer entrenamiento en el club, otras que hicimos proyectando en la nieve, en un río, en la playa y en la montaña. 

También del equipo del club, (que era el de la autonomía), cuando se celebraban los campeonatos de España por autonomías en la década de los 90, de muchos kangeikos y de alguna exhibición relevante.

Ahora cuando entramos en el club, nos encontramos también y de frente, con una foto de Jesús que nos apunta con su cámara, como tantas veces hizo con cada uno de nosotros. 

 

Pero ahora Jesús ya no está, y la vida sigue…