José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

Había ganas, es la expresión que emplea mi alumno Jorge Monge, que ahora trabaja fuera de Zaragoza, cuando después de un tiempo que estamos sin vernos, le expreso la alegría que siento al verle.

Y había ganas es lo que sentí yo este pasado 18 de agosto, cuando con el club cerrado, decidí organizar un entrenamiento, con los que en su momento se apuntaron para entrenarse en verano, en caso de que se realizara algún entrenamiento.

Y con el club ya preparado para empezar en septiembre, el 18 de agosto, convoqué a los que se habían comprometido a entrenarse en verano.

Un grupo reducido que desde junio no nos veíamos, acudió a entrenarse.

Y había ganas, como dice mi alumno Jorge Monge, es lo que sentí yo, al verles aparecer otra vez por el club y saber de sus vidas.

Y había ganas de verlos en el tatami otra vez en judogi.

Y había ganas cuando les volví, ver, sentir, y oír hacer uchi komi.

Y había ganas de verles mover y hacer en desplazamiento para empezar a hacer randori.

Y había ganas de verlos tirar y caer, y volver a oír el sonido de las caídas.

Concluyendo, que había ganas de verlos y de tenerlos conmigo.

Y había ganas, aunque no sea yo imparcial al decirlo, de reconocer lo bien que hacen Judo, y de la suerte que tengo, al tener los alumnos que tengo.

En definitiva, alguno pensará, como en su momento me dijo mi amigo Mario Muzas, presidente de la gallega, que soy un “enfermo de Judo”, aunque presiento que somos muchos los Profesores de Judo, que después de casi estos dos meses “de descanso”, sentimos que, había ganas…