José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

En la pasada convocatoria en la aragonesa, mi alumno Saúl Crespo obtuvo el 2º dan.
Saúl Crespo es el pequeño de mis alumnos, los hermanos Crespo.
Jonatan y David ya son cuartos danes, y Saúl acaba de obtener su segundo dan

Preparando el examen, me comenta que, en los fundamentos en Judo suelo, en el programa, solo figuran las bases de las salidas de las inmovilizaciones, y en los apuntes que yo le he pasado vienen también lo que son las inmovilizaciones.

Cómo no recuerdo qué incluí en los apuntes. Al llegar a casa los busco y veo que si, que antes de hablar de las salidas de las inmovilizaciones, me parece acertado definir lo que es una inmovilización.

Y ¿qué es una inmovilización?
La mejor explicación que recuerdo fue al maestro coreano Han No San, competidor a principio de los 60, y que luego se afincó en Alemania, en un curso para Profesores, que se celebraba en Barcelona, donde él impartía lo que se llamaba Perfeccionamiento.

Y en una de sus sesiones, enfocada a Judo suelo, nos preguntó a los que participábamos: ¿qué es una inmovilización?

La respuesta fue prácticamente unánime: un control en el suelo.

El maestro sin mediar palabra cogió a su uke, lo tumbó boca abajo, se puso encima y lo sujetó con fuerza. Nos miró y gritó ¿control?, ¡que control!, mientras nos demostraba como lo cogía y agarraba cada vez más fuerte.

A continuación se puso él boca arriba, puso a su uke entre sus piernas y lo abrazo con piernas y brazos, sin dejar que apenas se pudiera mover, dudo que pudiera respirar, nos volvió a mirar y repitió gritando: ¿control?, ¡qué control! ¡Qué control!

Y luego vino su explicación. Aceptaba que una inmovilización fuera un control, pero un control con condiciones. Y decía:

Una inmovilización es un control, donde uke está boca arriba, tori encima de él y con libertad de movimientos.

Y a partir de allí pasaba a explicar y demostrar distintas formas de inmovilizar incidiendo en los detalles que él consideraba más importantes.

Y a mi, a partir de esa sesión, me quedó claro qué era una inmovilización y como debía explicar el concepto de inmovilización.

Los profesores normalmente cuando explicamos una inmovilización, demostramos la técnica que queremos transmitir, incidiendo en los puntos importantes de control: cabeza, línea de hombros y línea de las caderas y en la forma que hay que abordarla para que no se nos vaya.

Pero no solemos dar, tampoco en ese momento, ni entendemos que haga falta toda una disertación de qué es una inmovilización.

Es distinto cuando alguno va a realizar un examen de paso de grado o un curso de titulación, que tiene que tener más conocimientos y las ideas más claras y entonces antes de decir las bases de las salidas de una inmovilización, no está de más tener en cuenta, y saber definir lo que es una inmovilización.

Hasta aquí el artículo surgido de la preocupación de Saúl Crespo por los contenidos de su examen.

Cuando se lo doy a leer a su hermano David, me dice que le parece bien, pero que “pesa” poco.

Le parece escaso y corto como artículo, y le digo que me diga ideas para ampliarlo pero no se le ocurre nada.

Comenta que la definición de maestro Han No San sobre la inmovilización le parece muy buena y que seguro que si yo la recuerdo es por la forma en que lo hizo: abrazar y sujetar a su uke y gritando “control, qué control”.

Y es cierto. Muchas veces los movimientos se nos quedan por la forma en qué los conocemos y la situación en qué los aprendemos. Quién nos los enseña y cómo llegan a nosotros.

De cada curso realizado, de cada Profesor que hemos conocido, guardamos un recuerdo de su enseñanza, de su explicación y de su trato.

La escritora Maya Angelu dice que:

“Las personas se olvidan de lo que dices,
También se olvidan de lo que haces,
Pero nunca se olvidan de cómo les haces sentirse.”

Es por lo que muchas veces, para mantener conceptos en el recuerdo, en el momento de captarlos, es más importante la forma que el fondo.

Cuando impartimos nuestras clases de Judo y queremos conseguir que nuestros alumnos recuerden las ideas que decimos, no está de más, aparte de incidir en los puntos esenciales de cada técnica, tener anécdotas asociadas a su explicación, contar cómo nació la técnica, quién la empleaba, cómo lo hacía, narrar situaciones vividas alrededor de esa técnica, que pueden facilitar su aprendizaje, como hizo en este curso el maestro Han No San cuando gritó ¡control que control!