José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo
¿Cómo estás maestro? Me pregunta mi alumno David Crespo, el rato que quedo con él a la semana para cambiar impresiones, contarnos nuestras clases, preocupaciones, y comentar nuestra vida alrededor del Judo.
David Crespo, actualmente es 4º dan y entrenador nacional. Hace Judo conmigo desde muy pequeño. En su momento cuando competía, solía superar los sectores, participando en fases finales donde alguna vez resultó medallista. Ha terminado sus estudios de psicología, e imparte clase de Judo en un par de centros y colegios.
Y mi respuesta es, “arrancando”. Porque es lo que estamos haciendo ahora todos los profesores de Judo al empezar: “arrancando el curso”.
Esperando a que vuelvan nuestros alumnos, y muchas veces, más que pensando en el tema económico, que también, porque los que se vayan incorporando, puedan empezar, y porque la rueda empiece a rodar. En definitiva, porque todos puedan volver a hacer.
Todos tenemos expectativas y nos preocupamos en nuestras sesiones, de plantear y cumplir objetivos. Y el objetivo fundamental en cada sesión debería ser que, nuestros alumnos salgan contentos y satisfechos con el trabajo que hemos propuesto y han realizado.
Cuando alguna vez, al terminar la sesión oímos decir, con satisfacción entre ellos, ¡qué bien!, notamos que el trabajo que han hecho les ha cargado de endorfinas y buenas sensaciones, lo que les hace encontrarse a gusto y les produce esa sensación de bienestar que al expresar en voz alta, a nosotros de alguna forma, nos gratifica.
Y, ¿cómo son nuestras sensaciones? ¿Cómo son las sensaciones de los profesores?
Nuestras sensaciones fluctúan, dependiendo de como nos hemos encontrado en cada sesión. Y eso, creo que nos pasa a todos los profesores. El Judo es el mismo. Lo que tenemos que enseñar por programas de cinto, es lo mismo. Lo que cambia es, cómo lo enseñamos, a quien se lo enseñamos, con quien tenemos que compartirlo, la actitud de nuestros alumnos, y como lo encajan. Y dependiendo de como sucede todo esto, salimos mejor o peor de las sesiones.
Los que bregamos hace tiempo, muchas veces ya no tenemos la inquietud por el tema económico de aquellos que están empezando. Ya hemos pasado por ello. No tenemos que estar pensando en quién viene, ni conseguir que le guste ni que se quede, por el tema de salir adelante. Por eso, nuestro trabajo tenemos que hacerlo, por nosotros y por nuestros alumnos, y como mejor sepamos, pero una con mayor tranquilidad, por como lo puedan encajar ellos.
Nuestro problema es por intentar hacerlo bien y que aquellos que han confiado en el Judo y en nosotros, salgan realizados de la sesión. Y mi respuesta a ese ¿cómo estás? que me hace David, depende del momento y de cómo salgo o he salido de cada sesión, de cómo está siendo el día, o de como ha sido para mí, el día anterior.
Una jornada de sesiones, con alumnos que quieren hacer, que te hacen la clase agradable, que entienden los que les dices, que tratan de hacerlo, y salen contentos y con ganas de volver, que notas que progresan, que les gusta, que entre ellos se va formando ese ambiente que tu ya has vivido y que conoces bien, y que es lo que a fin de cuentas pretendes, te das cuenta de que vas realizando tu labor, y que el trabajo por el que has apostado merece la pena.
Y por todo ello, ahora a principio de curso, nuestra respuesta a ese ¿cómo estás?, que en mi caso hace David, podría ser: arrancando.