José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo
A veces me pregunto, ¿qué tenemos que enseñar los Profesores de Judo?
Evidentemente Judo. El que se apunta a hacer Judo, quiere aprender movimientos de Judo. Y cuando nos llega uno nuevo, ¿qué le enseñamos?, ¿qué le tenemos que enseñar?
Si va a aprender movimientos de Judo, va a tirar y va a caer. Tiene que aprender a caer y le tenemos que enseñar las caídas.
Pero antes, en el momento de pasar a la sala, cuando entra en el tapiz, le explicamos que en Judo existe el ritual del saludo, le mostramos como hacerlo y tratamos de explicarle que es una muestra de respeto hacia lo que vamos a hacer, y que hay que saludar antes de entrar.
Aquí el nuevo empieza a intuir que hay unas normas, que existe un respeto, que ya ha empezado a notar desde que ha entrado en el club, al ver como se conducen los que van a resultar ser sus compañeros, que por el club no hablan a gritos, que le tratan con deferencia, y le dan indicaciones cuando al ponerse el judogi ven que no sabe como atarse el pantalón. Que le ayudan y enseñan a anudarse el cinto en el momento de cambiarse, dejando ordenadas sus pertenencias en el vestuario, y acompañándole hasta el tapiz.
Y pasando el momento del saludo, tenemos que tratar que entienda que antes de nada tiene que calentar, y la importancia que tiene el realizar un calentamiento.
Si realizamos un calentamiento clásico, con ejercicios de gimnasia tradicionales de manera individual, movilizando las articulaciones y todas las partes principales del organismo, podremos empezar a darnos cuenta de su coordinación, elasticidad, fuerza inicial y habilidad para realizar los ejercicios.
Si es un calentamiento a base de juegos notaremos además de su movilidad y coordinación su capacidad para integrarse y forma de conducirse en el grupo. Y nuestro nuevo judoka entenderá que sigue habiendo unas normas que todos respetan y que deberá cumplir él también.
Y después de haber calentado, tendrá que aprender a caer. Tendrá que aprender a adaptar su cuerpo al tapiz, a rodar de distintas formas sin apoyar los brazos, a amortiguar los choques con el tatami, golpeando de una determinada manera con lo que irá adquiriendo una sensación de seguridad.
Y cuando ya tenga nociones de cómo caer, podremos tratar de iniciarle en algún movimiento para lo que necesitará de un compañero, al que tendrá que tener cerca, y ese acercamiento, ese agarrar a su compañero quizá al principio le imponga. Una vez agarrado, deberá aplicar el movimiento y tirar con cuidado y sobre todo controlar al tirar. Y aquí empezará a entender la responsabilidad que tiene sobre su compañero, y su compañero sobre él.
En definitiva, que a la pregunta ¿qué tenemos que enseñar?, la respuesta podría ser:
A saludar, a calentar, a caer, a aprender los primeros movimientos en estático, y a comenzar la práctica en desplazamiento.
Y todo esto, el saludo, el calentamiento, las caídas, los primeros movimientos y el randori, se enseñarán y se practicaran en un ambiente donde primará el respeto, la responsabilidad, el orden y la obediencia.
El que viene nuevo, que al principio solo quiere aprender movimientos, poco a poco se irá dando cuenta por el ambiente y el proceder de sus compañeros, de que además aprende a saber estar, a saber respetar y saber comportarse de una manera determinada en las distintas situaciones que se presentan.
En su momento escribí en un artículo titulado el Judo enseña a vivir, y hablando del Judo y de los niños decía que, para los niños, todo es Judo.
Y decía: porque Judo es:
Abrir la puerta, entrar en el club y al respirar y sentir la primera bocanada, entender que allí entre olores, cuadros, fotos, copas… se hace otra cosa, “que se vive” de otra manera.
Y que Judo es, saludar al llegar a los que ya están allí, y saber esperar que vayan llegando los compañeros.
Y que, en esa espera, Judo es saber estar sin levantar la voz y sin jugar, manteniendo un comportamiento que muchas veces extraña a los mismos padres que les acompañan, y que contagia a los que entran, sin siquiera haber empezado la sesión.
Y que Judo a esa edad, es pasar a cambiarse, y si les ayudan sus padres, colaborar con ellos a ponerse el judogi y dejar la ropa ordenada.
Y que Judo es poco a poco, aprender a cambiarse solo, y en el vestuario ser ordenado.
En definitiva, que Judo es una actitud. Cuidar el club, tratar de valerse por si mismo, respetar las cosas de los compañeros y no tocar nada.
Y hasta aquí sin haber pisado el tatami, “ya se ha empezado a hacer Judo”.
Porque una vez centrados en el tapiz:
Judo es también pasar al tatami, saludar al entrar y seguir las indicaciones del profesor.
Judo es aprender a anudarse el cinturón.
Judo es obedecer siempre al profesor.
Judo es saber estar, no levantar la voz, aprender a como hay que estar sentado en el tapiz y saber esperar.
Y Judo es conocer, tratar, aceptar a sus compañeros y respetarlos.
Y sin haber empezado aun la sesión, ya se ha hecho mucho más Judo.
Porque Judo también es ponerse en una fila por orden de grado con sus compañeros para saludar.
Y ya en el calentamiento Judo es aprender a correr y desplazarse por el tatami. Y en los juegos correr, esquivar, saltar, empujar, arrastrar, coordinar, pasarlo bien…
Judo es no hacer trampas, y tener claro que no vale engañar.
Judo es jugar con todos, hacer con todos, aprender a elegir y a cambiar de compañero.
Judo es ayudar y cuidar a tu contrario.
Judo son las caídas.
Judo es aprender y practicar los movimientos.
Judo es aprender a tirar con cuidado y controlando, para evitar que tu compañero se haga daño, y aprender a caer y practicar las caídas para realizarlas con soltura.
Judo es tener contacto físico con tu compañero, sentirlo delante y pelear con unas normas que todos aceptamos y respetamos.
Judo es no levantar la voz durante la sesión y estar en silencio cuando se trabaja.
Judo es tratar con tus compañeros, Judo es saber pedir perdón cuando sin querer propinamos un golpe, una patada o proyectamos sin un buen control.
Y Judo es saber dar las gracias a tu compañero cuando ha trabajado contigo y te ha ayudado a progresar.
Y Judo es aprender a ganar y saber aceptar perder, y con un fuerte espíritu de superación tratar de remediar la situación.
Concluyendo que Judo es respeto y que Judo son formas.
Y como todo esto forma una parte importante en la vida del niño que lo practica, sin darse cuenta, como judoka lo irá integrando en su vida con normalidad, lo que le hará formarse y crecer, y en definitiva vivir.
Por eso podemos decir que el Judo enseña a vivir.
Y todo esto que es Judo, junto con el saludo, el calentamiento, las caídas y los movimientos, es lo que los profesores tenemos que tratar de inculcar en nuestros niños, propiciando un ambiente adecuado, donde el Judo vaya calando en nuestros alumnos, para que puedan asumir e integrar en sus vidas, y que para nosotros sean unas nociones más, de todo lo que tenemos que enseñar.
Porque en el aprendizaje de Judo de nuestros niños, tenemos que entender que todo es Judo.