El judoka del que hoy hacemos merecido recuerdo, es el primer español que nos demostró que se podía competir a nivel internacional sin ningún tipo de complejo ante cualquier rival. Sin excusas, con trabajo y sacrificio, puso el nombre de España en lo más alto del panorama internacional. Embajador de su tierra, puso el nombre de las Islas Canarias en el mapa europeo del deporte.
Nacido en Galdar (Las palmas de Gran Canaria), pertenece a una de las generaciones más importantes de judokas canarios, la mayoría de ellos provenientes del deporte autóctono de las islas, la lucha canaria. Los hermanos Coruña, Alberto Castillo, Rafael Oramas, Miguel Ángel Tejera o Juan Valencia, entre otros, hicieron que el Judo isleño disfrutara durante más de una década de su época mas laureada.
Santiago Ojeda, puso nuestro Judo en lo más alto, en una época en que España no es la España que hoy conocemos a nivel deportivo. No puso excusas, era un luchador y eso hizo en cada tatami que piso por todo el mundo, luchar por estar en lo más alto.
Para conocer mejor a Santiago Ojeda, lo que significó en nuestro deporte y como era fuera y dentro del mundo del deporte, han querido aportar su visión y vivencias, Aythami Ruano, canario y olímpico español en Atenas 2004, Santi Ojeda Jr, que siguió los pasos de su padre y llego a ser puntal A en lucha canaria y Macario García, el respetado maestro de Judo español que compartió tatami con él.
Nos cuenta Aythami que, en canarias, Santiago Ojeda tiene en la historia del deporte un reconocimiento doble, uno que le viene de la lucha canaria donde fue la máxima categoría, puntal A en una época donde esta modalidad ocupaba mucho tiempo en la vida canaria y él era su máximo exponente. y el otro por el Judo, donde era un deportista muy popular, que llevó el nombre de Canarias a las portadas de los periódicos deportivos nacionales por sus logros. Llegando incluso a tener durante años una popularidad comparable a otros deportistas como Manolo Santana u Orantes.
Casualmente, comenta Aythami, “comencé a hacer Judo en Sansofé de la mano de Ramón Domínguez, ese gimnasio era propiedad de Santiago Ojeda y allí le conocí, recuerdo que cuando aparecía por allí era como un dios para nosotros, muy alto, brazos largos y muy fuerte. Nunca se me olvidará que tenía una estantería acristalada con los bordes de aluminio y llena de trofeos y me pasaba horas viendo aquellos trofeos y dorsales. Yo era muy joven, y por lo tanto no hablaba con él, pero si que era amigo de mi padre. Al crecer en su club, desde pequeño fue inevitable que en muchas ocasiones me compararan con él y yo cuando lo hacían pensaba, ojalá pueda yo llegar a lo que él fue”.
La época de esta generación pionera del Judo canario, en la que Ojeda fue el máximo exponente, me recuerda a los georgianos actuales, ellos hacían luchas de toda clase, entrenaban juntos cada día una cosa, eran los mejores en todas las luchas y lo demostraban a nivel nacional e internacional.
Él nunca quiso dejar la isla, y no sabremos que más lejos podría haber llegado en Judo si se hubiese dedicado exclusivamente a este deporte, todas las personas mayores que me hablan de él así lo dicen. Para mí fue un orgullo poder conocerle.
El comienzo de mi padre en Judo no fue a una edad temprana”, nos comenta su hijo Santi Ojeda, “ahora que un niño con 4 o 5 años haga Judo es una cosa normal, pero en aquella época ni se planteaba, mi padre cuando llega a las Palmas, ayudaba en un bar que había montado su familia. Aunque antes de entrar en el servicio militar ya había entrenado algo de Judo, no fue hasta ese momento cuando empezó a destacar. Un comandante de aviación se fijo en él y lo puso en el camino.
Como padre era un hombre cariñoso, serio, muy familiar, tuvo dos hijos, Nayra y yo, era un hombre de su hogar, le encantaba poder reunir a la familia en casa y poder comer todos juntos, su familia estaba por delante de todo. Era muy serio con su deporte y después dejar de competir, siguió siéndolo igual, si podía, a las 21h estaba en la cama y a las 5:30h se levantaba para empezar la jornada.
Era una persona inteligente y muy trabajadora, gracias a eso tuvo éxito no solo en el deporte.
Mi padre tenía una gran afición a la pesca y muchísimos amigos, siempre que salíamos a dar una vuelta, le podían parar 50 o 60 personas, era muy carismático y respetado. Como legado personal, mi padre me dejó el respeto, la honestidad, y el ser trabajador, que sin sacrificio no hay nada. “Cuando quieres hay algo hay que ganárselo, nadie te regala nada”, decía.
Macario García recuerda que Santiago era una de los judokas más inteligentes que ha visto en un tatami, y que era temido a nivel mundial por sus oponentes, sabían que no podían pegarse a él en ningún momento. “Le recuerdo con el judogi puesto y el cinturón no muy atado y ganando uno tras otro a los rivales que le salían al tatami. A nivel técnico aprendió rápidamente, tenía muchos movimientos limpios y ganadores. Trabajador y competidor de raza, así lo recuerdo.
Algunos datos a destacar a nivel deportivo de Santiago Ojeda:
1) Santiago Ojeda, a la edad de 29 años, consigue el primer título de Campeón de Europa para España. Este hecho histórico para nuestro deporte, se produjo en el Palacio de los Deportes de Madrid (11-13 de mayo de 1973).
2) Fue el primer medallista español en el prestigioso Villa de París (actualmente Grand Slam de París), donde en el año 1973 consiguió una medalla de bronce.
3) Primer representante de nuestro país en unos Juegos Olímpicos, en los de Múnich del año 1972.
4) 19 veces campeón de España Senior, hasta la fecha de hoy nadie lo ha conseguido igualar.
Currículum deportivo Judo.
Representante español en los Juegos Olímpicos de Múnich (Alemania) en 1972.
Campeón de España en 19 ocasiones, entre categoría +93kg y Open, entre los años 1966 al 1978. Hasta la fecha, nadie ha logrado superar este logro.
3º en el 1973 en el Villa de París
6º Dan a título póstumo.
Técnicas predilectas: O uchi gari, Harai goshi y Te guruma.
Medallista Europeo.
2º en categoría +93kg en Gotemburgo (Suecia)
3º en categoría +93kg en La Haya (Países Bajos)
1º en categoría +93kg en Madrid (España)
Documentación e información: Santiago Ojeda (hijo) y Rafael Ortega.
Agradecimientos: Aythami Ruano, Macario García y Santiago Ojeda.