26/7/1951 – 5/11/1971

Y de la vida rota
del atleta vencido
por la suerte, se forjó
su recuerdo para siempre

Raúl Calvo (derecha) y su hermano Carlos

Se cumplen 50 años del fallecimiento en un tatami de nuestro protagonista. Un protagonista cuyo nombre, por el torneo internacional que se realiza anualmente, conocemos todos los competidores de nuestro país, pero, ¿quien fue Raúl Calvo?

Antes de conocer mejor al protagonista de hoy, vamos con algunos datos de su Memorial: 55 países han participado a lo largo de estos 49 años de torneo, dentro de ese número tan elevado de países, potencias mundiales de nuestro deporte como: Japón, Rusia, Corea, Francia y por supuesto España, han peleado por las medallas de este prestigioso torneo internacional. Con estos países, entre otros, podremos imaginar que por el “Raúl Calvo” ha pasado lo más granado de nuestro deporte, campeones Olímpicos, mundiales y europeos.

En el año 1976 se disputo en Madrid, en el Palacio de Deportes, el Campeonato del Mundo categoría Junior, con el nombre de Memorial Raúl Calvo. Judokas como el italiano Ezio Gamba, el británico Neil Adams o el japonés Yamashita, participan en ese mundial.

Ahora si, nos metemos de lleno a conocer a nuestro protagonista, este gaditano que dejo una onda huella en el Judo andaluz y nacional.
Hijo de gaditano y madrileña, Don Carlos y Doña María Lucía. Pasa sus años en Puente Mayorga, una pedanía del municipio de San Roque, en una casa frente al mar de la Bahía de Algeciras. Nace en el seno de una familia humilde y trabajadora, de esas familias de la postguerra española que salían adelante con imaginación y mucho trabajo, De padre emprendedor y aventurero, que en una época de su vida sacaba barcos hundidos de Gibraltar y que fue funcionario de estado, más tarde dedicaría su vida al Judo y doña María Lucía el motor de ese hogar.

Nadie mejor que su hermano Carlos, un año y medio mayor que Raúl, para mostrarnos como era y como vivió nuestro protagonista su vida.
Carlos: Mi hermano, de niño era muy habilidoso y con mucha vitalidad, cualquier cosa que hacíamos en pandilla y que llevará un componente físico, era siempre el primero en hacerlo, que íbamos a coger cangrejos él era el que más cogía, que teníamos que saltar por cualquier lado, él era el primero en hacerlo. Siempre fue un niño muy coordinado. Era un niño feliz y alegre.

Ya en su adolescencia era muy deportista, muy bien parecido, alto y fuerte, además era muy simpático, todas las chicas iban detrás de él y muy buen estudiante, termino la Maestría industrial y en el Campeonato de España que se hacía entre alumnos de Formación Profesional fue subcampeón de España de electro montaje representando a los Salesianos de Cádiz. Le gustaba practicar mucha clase de deportes, Judo, atletismo, natación y buceo, entre otros.

Raúl practicando una de sus aficiones acuáticas y con sus trabajos de electro montaje.

Tenía varias aficiones y como era muy habilidoso y se le daba bien todo lo que hacia, también tocaba la guitarra en la rondalla del colegio, todavía tenemos esa guitarra con la que salía a tocar en casa. Al vivir enfrente del mar, le gustaba todo lo relacionado con el mar, en especial la pesca submarina. También le gustaba coleccionar sellos. Como a todos los chicos jóvenes de esa época le gustaba ir a los guateques que se hacían en las casas.

Llegamos al Judo juntos y lo comenzamos en casa, mi padre nos compro un curso CCC, que te preparaba para ser cinturón amarillo y que estaba dirigido Por Fernando Franco de Sarabia (primer cinturón negro de Judo oficial del Judo español). Justo en esa época, en el colegio donde estudiábamos, Los Salesianos, mi padre nos apunto a Judo, el profesor era un chico joven de 21 o 22 años, antiguo alumno del colegio, que había aprendido Judo en la Marina y tenía cinturón amarillo, José Arellano Campos, a pesar de su bajo grado inicial, nos enseño el Gokyo completo. él inicio el judo en Cádiz, en el año 1960 aproximadamente. No había judogis, nos poníamos las chaquetas viejas de nuestro padre y con eso hacíamos, eso si, todos los días se tenían que coser después del entrenamiento, terminaban siempre rotas. No había tatami, lo fabricábamos nosotros con juncos que cortábamos de la playa.

Raúl en el tatami era todo destreza, captaba todo con muchísima sencillez y naturalidad, podía trabajar izquierda y derecha, yo entrenaba todos los días con él y aunque era mayor y más grande físicamente, siempre me ganaba.

Raúl con compañeros de Club de Cádiz, de arriba de derecha a izquierda: Cervera, Carlos Calvo y Romero. De rodillas de derecha a izquierda: Galiana y Raúl Calvo
En el astillero de Cádiz, la flota japonesa arreglaba sus barcos y de vez en cuando en aquellos barcos venía algún japonés con muy nivel de Judo. En la foto aparece Hirakoba, campeón de Japón, era jefe de maquinas de un barco, estuvo en Cádiz una larga temporada y como uke cogió a Raúl por su limpieza como uke. Esta foto fue tomada en el club de Cádiz CA-IPPON.

Como anécdota de competidor y siendo muy joven y en un campeonato militar, ganó a uno de los mejores competidores que ha tenido nuestro país, José Luis De Frutos por estrangulación en un campeonato en Toledo.

En familia era un poco introvertido, reservado, claro que también hacía bromas cuando tocaba hacerlas y una persona muy cariñosa.
Aquí termina la alegría de la vida mostrada por su hermano Carlos y comienza la pena de la juventud truncada a los 20 años de edad. Al escribir este articulo, salto la duda de hacer esta pregunta a su hermano Carlos, porque el paso del tiempo hace que el dolor sea más leve en la perdida de alguien querido, pero puede aparecer si no hay sensibilidad al tratarlo. La pregunta fue: ¿Cómo después de lo que le paso a tu hermano en un tatami, pudisteis tú y tu familia dedicar la vida al deporte que más dolor os causo? ¿Cómo se puede luchar contra esos fantasmas? Su respuesta, con emoción contenida fue: Como homenaje a él, en su honor.

5 de noviembre de 1971 Madrid, en una acción de judo pie, Raúl pierde la vida.

Continua su hermano Carlos,

El funeral fue en el Pabellón el Portillo, lugar donde entrenaba Judo. Fue algo todavía recordado en Cádiz por la cantidad de personas que se acercaron a despedirse de mi hermano y a darnos apoyo a la familia. En ese pabellón y en ese momento, como familia, decidimos seguir con el Judo, por él, por su memoria. Al día siguiente del funeral, estuvimos toda la familia en el tatami para continuar las clases, eso nos marco para toda la vida. Más adelante hicimos un centro deportivo en su nombre, el club Raúl Calvo, todo esto dirigido por mi padre que quería perpetuar la memoria de su hijo.

Para nuestra familia, es una gran alegría el saber que el Memorial Raúl Calvo es tan conocido y no solo en España, ese fue nuestro objetivo de que su nombre no cayerá en el olvido.
En Cádiz Capital hubo decenas de niños que se llamaron Raúl por mi hermano, muchísimas familias pusieron ese nombre en su honor, hoy en día, todavía pasa de vez en cuando por el gimnasio alguno de esos niños, ya adultos, recordando que él se llama Raúl por Raúl Calvo.
Pude participar como competidor en su primer Memorial que se hizo en Granada, un momento de gran emotividad para la familia.

Desde otro punto de vista, desde el de alguien que no le conoció pero que le tiene presente todos los días, Raúl Calvo, su sobrino, nos habla de como ha ido conociendo a su tío por todo lo que le han ido contando personas que si le conocieron.

Hay todavía gente, que se pasa por el gimnasio, y detrás del mostrador tenemos pintados dos cuadros de él, y las señoras mayores suelen decir: hay que guapo era y que buena persona. Un hombre de Valencia que vino a hacer la mili a Cádiz y coincidió con mi tío y con mi padre, se paso por el gimnasio a saludar y cuando vio a mi padre se puso a llorar como un niño chico recordando lo bien que se habían portado con él y hasta le enseñaron algo de Judo. A mi me dicen que tengo la mirada igual que mi tío. Siempre me cuentan anécdotas de él las personas mayores y hacen muchas veces referencia al entierro en el Portillo. Otros muchos vienen a recordar que fueron compañeros de tatami. Estoy más que orgulloso de llevar el nombre de mi tío y ahora en mi familia tengo un sobrino que también se llama Raúl, la continuidad de su nombre y recuerdo esta asegurada.

Datos deportivos.
Participo en el Campeonato de Europa Junior de Burdeos el 14 de marzo de 1970.
Campeón de España Junior
El Consejo Superior de Deportes y la Real Federación Española de Judo y D.A, decidieron perpetuar su memoria, creando, el Memorial Raúl Calvo y el premio al mejor judoka anual que se concede en la gala de la RFEJYDA.

Muchos judokas nacionales e internacionales seguirán participando en el “Raúl Calvo”, uno de los memoriales más antiguos a nivel mundial del Judo. Y la memoria y el nombre de su protagonista, seguirá vivo, tal y como su familia se propuso que fuera.