ELLAS VISIBLES

Son dos judokas asturianas, Amelia, de Oviedo y Elena, de Gijón.  Al ser mis alumnas las junté en su día para que comenzasen a practicar el  ju-no-kata.

Llegaban del judo de competición y habían defendido al equipo de su autonomía en muchos combates durante años. Ahora las estaba invitando a acercarse a una nueva especialidad que solo conocían de preparar sus exámenes para pasar de un dan a otro.

La competición de kata era distinta. Nuevas reglas y otra forma de hacer.

Así las cosas, diseñamos un plan de trabajo por el que se sintieron atraídas. Se iniciaron en una disciplina en que se compite por parejas, contra hombres o con carácter mixto:  Dos chicos, dos chicas o chica y chico. Es vivir el judo desde otro punto de partida.  Ángulos poco parecidos al randori o al shiai.

La competición será valorada por cinco maestros jueces de kata donde se califican variables para cada movimiento. Uke y tori demuestran puntos esenciales, distancias, ataques, defensas, contactos, desplazamientos, etc., que deberán confluir en la efectividad. Gana quien hace un judo preciso, contundente y real.

Con esos principios y la vista puesta a plazo medio iniciamos la estructura de clases.

En 1998, Shiro Yamamoto, maestro del Kodokan,  llegó a Oviedo a impartir un stage invitado por el sensei  Shu Taira, apasionado de las katas. La federación de judo del Principado de Asturias apoyó la idea y así nació el primer campeonato de Asturias de kata al que, tras pedirle permiso al sensei,  bautizamos  “Trofeo Shiro Yamamoto”.

Al año siguiente en Madrid se celebró el  Ier Campeonato de España  promovido por  Juan Delgado Tostado, director de la Escuela Nacional y siendo presidente de la RFEJYDA,  Alejandro Blanco Bravo. ¡Había empezado la competición de kata en judo!.

Con el atractivo de fijar la idea en un campeonato nacional Amelia y Elena se volcaron de inmediato en la nueva rutina de entrenos. No fue fácil comenzar a obtener resultados. Tras unos años en competición autonómica donde incluso llegaron a participar en otras katas con otros compañeros  su primera experiencia juntas fue en el ju-no-kata y siguieron durante años  sin cambiar a ninguna otra de las cinco oficiales.

El día a día tenía que ver con la programación en el club. Estudiaban y estaban a la espera de trabajos y oposiciones. Compartían clases y entrenamientos con estudios. Había que meter mucho tatami si pensábamos en medallas. Y decidimos intentarlo.

Amelia aún seguía dedicando tiempo y entrenamiento a sus combates en los que llegó a ser distinguida por la FAJYDA como campeona autonómica en distintas categorías durante trece años y medallista nacional. Pero teníamos que darle espacio al kata y  aumentar la exigencia. Las dos empezaron a colgarse del JU.

Muchas veces los tres solos en el dojo. Antes o después de las clases. Las katas te proponen distancias de las que no siempre podemos disponer. Se necesita espacio en el tatami y concentración y es complicado practicarlas compartiendo en un entrenamiento con randoris.

La planificación se fue cumpliendo y en 2004 llegó el momento de sus primeros resultados. Primero se proclamaron campeonas de Asturias y en Toledo subcampeonas de España haciendo olvidar aquella sexta plaza nacional de años anteriores. Después fueron ocho años los que repitieron resultados nacionales como subcampeonas. Los madrileños Manuel García y Vicente Picazo fueron campeones.

Eso no les impidió pensar en grande y aspirar al podio para conseguir metales internacionales. Pisaron tatamis de competición lejos de España y obtuvieron resultados: 

Bronce en el Campeonato de Europa de Turin – Italia en 2006.

Bronce en el Campeonato de Europa de Wuppertal –  Alemania 2007.

Plata en el Open Internacional de Madrid de 2009

Plata y subcampeonas de Europa en Pordenone-Italia en 2010.

Sexto puesto en Venecia. Open de la Copa de Italia 2010

Décimo puesto en el Campeonato del Mundo de Pordenone – Italia 2012

Sexto puesto en el Campeonato de Europa de Malta en 2013

Después de ese 2004 siguieron compitiendo muchos años y siempre rondaban el podio más alto llegando a ser fijas entre las medallas de cada campeonato de España.

Se labraron un nombre en los campeonatos de Europa  donde fueron capaces de estar en la lucha por los mejores puestos. Conocidas entre sus rivales y respetadas por su judo. A menudo se mostraban como una de las parejas españolas a tener en cuenta dentro del  ju-no-kata.  En el equipo de la selección española ellas siempre contaban para sumar una posible medalla. Amelia y Elena son dos nombres unidos al ju no kata.

Asturias en esos momentos tenía un equipo muy fuerte y el trabajo de cada uno de los componentes de la selección asturiana en su gimnasio permitía a todos mejorar constantemente. En su mismo dojo había otra pareja medallista en varias katas en campeonatos nacionales:  Angel Prendes y Vicente Jesús González, campeones de España con dos medallas continentales y campeones de Europa en el katame no kata en Koper- Eslovenia 2012. Todo ayudaba a entrenar a gran nivel dentro del club.

También contamos con el apoyo imprescindible de la Comisión Nacional de Kata.

Pero mantenerte durante años en los primeros puestos nacionales requiere de mucho esfuerzo y tiempo. A partir de 2011 todo empezó a cambiar y no era tan fácil destinar horas al judo. Debían asistir también a un trabajo y no podían dejar los estudios. Elena, técnico de soldadura en una gran empresa y Amelia, tras finalizar sus estudios universitarios, atendían sus turnos de trabajo y el entrenamiento hubo de limitarse.

A la vez trazamos un plan para priorizar en cada sesión de club  y muchas veces a puerta cerrada, la preparación de su paso al grado al sexto dan. En los exámenes de Madrid lograron hace años el ansiado cinturón rojo-blanco. Amelia como la primera mujer asturiana en alcanzarlo y unos meses más tarde Elena. 

Cada año traía nuevas expectativas y el judo debía acoplarse a ellas. Encajar horarios y hacer coincidir ideas de futuro era un poco más difícil. Tuvimos que adoptar decisiones y llegó el momento de aceptar otras funciones donde  Amelia y Elena toman caminos diferentes. Elena decidió seguir en la competición de kata con otros compañeros y Amelia se decantó por otro tipo de actividad como maestra de judo. Integró por muchos años la Escuela Técnica de la Fajyda  e impartía los cursos de kata para paso de grado. Se afianzó como una de las jueces en los campeonatos de España de kata y forma parte de la Comisión de Kata de Asturias. Actualmente entrena en otro club.

Sus participaciones tienen una trayectoria dilatada y afortunadamente llena de buenos momentos. Algunos muy curiosos:  En el primer europeo habrían sido campeonas si hubiese existido un solo turno de competición. Y momento flipante cuando en plena ejecución del kata, concentración absoluta, a Elena se le cae al tatami su paquete de clínex… ¡Se querían morir!, ¡Dios!. Pero aún así regresaron con un bronce europeo.

Eso sin olvidarnos del campeonato del Mundo donde se vivió por parte de casi todas las selecciones un episodio que no sé calificar. Nervios infinitos cuando les dicen que no pasan el control por no tener un judogi homologado por la F.I.J., y las obligan a acudir a una de las dos tiendas oficiales en el polideportivo. La cola de competidores de muchos países para comprar judogis era enorme. Mientras estaban pagando la compra en la tienda oímos por megafonía que las anunciaban como la próxima pareja al tatami. El corazón saltando para poder llegar a tiempo … Uf, todo aquello no ayudó.

Hubo cosas mejores como “la preocupación” por no encontrar a su entrenador en el polideportivo italiano para decirle que la puntuación había concluido y eran ya subcampeonas de Europa. Buscando por gradas, salas de entreno y vestuarios alguien les dijo:  “le vi haciendo estiramientos fuera colgándose de una barra …”.  Es que, era difícil aguantar la presión a pie de pista y salir del poli fue necesario. ¡Qué mal lo pasé!.

Luego, ya juntos, abrazos, emoción y lloros a tres bandas. Y felicitaciones del equipo español donde siempre nos sentimos parte de esa familia de campeones. Muy guapo.

Claro que hubo de todo, momentos amargos y lesiones inoportunas como la de 2011. Acudían con la moral por los cielos como subcampeonas de Europa y la mirada puesta en lo más alto. Dos días antes del campeonato de España clasificatorio para el europeo y mundial durante unas pruebas físicas, Amelia se lesiona en Oviedo y aparece con los dos brazos escayolados en el campeonato de España. Golpe inesperado y duro.

Elena siguió en competición unos años más y junto con Cintia de Saa del club Takeda consiguió un nuevo subcampeonato nacional en 2014 y la plaza para el europeo.

Séptimas en el campeonato de Europa de Lignano – Italia 2014.

Oro en el campeonato de Asturias 2015. No pueden asistir al campeonato de España por lesión de su actual compañero Vicente Jesús González, de su mismo club.

Tras unos años fuera de la competición en 2018 vuelve con Juan Patricio Rodríguez, del Oviedo Sport. Consiguen el título autonómico y Bronce en el campeonato de España.

Bronce en el Open Internacional Trofeo Ibérico España – Portugal  2018.

Oro en la Copa de España de kata 2019.

Bronce en el Open Internacional Trofeo Ibérico España – Portugal  2019

Campeones de España 2019.

Bronce en la Copa de España de Olivenza 2019

Puesto 11 en el campeonato de Europa de Gran Canaria – España  2019.

El año 2020 la covid paralizó el ámbito deportivo en el mes de marzo. Un mes antes se clasificaron campeones de su autonomía.

Todo esto solo es el apunte de la historia de dos mujeres, Elena y Amelia, que desde Asturias, han entrado por su enorme trabajo y talento a formar parte, con derecho propio, de la historia del judo español en la especialidad de KATA, aportando a nuestra federación de JUDO tres medallas en campeonatos de Europa.

*   A día de hoy aún son la única pareja femenina española con esos resultados.