José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

Habiéndose enterado alumnos, amigos y conocidos de nuestra decisión de jubilarnos, esta es la pregunta que surge en cada conversación. Y ¿ahora qué? ¿A que te dedicas?, ¿A qué te vas a dedicar?, Y mi respuesta esta siendo siempre, “a seguir viviendo, pero con menos preocupaciones y compromisos”.

Y tenemos que reconocer, que hemos tenido la suerte de haber podido hacer en nuestra vida lo que más nos gustaba. Como decía Confucio:

“Elije un trabajo que ames, y no tendrás que trabajar un día en tu vida”.

Las primeras clases de Judo que impartí, fue ya hace más de 50 años. Tendría 18 años y era cinto azul, sustituyendo en ocasiones a mi Profesor Ángel Claveras.

Luego ya siendo cinto marrón, sustituyendo en el club karate kan, a mi amigo que luego sería mi socio Jesús Sánchez, los meses que pasó en Francia con el profesor Juan Cotrelle.

En 1974 ya siendo primer dan, compaginaba los estudios que empecé en la Facultad de Veterinaria, con unas clases de Judo en un club de taewkondo recién abierto en la calle Sevilla de Zaragoza, y en una sala en la localidad de Tauste, que Jesús Lagranja, un alumno de Ángel, había montado.

Fue en 1977, cuando Jesús Sánchez y yo, nos embarcamos en la aventura del club de Judo Las Fuentes. Inicialmente en un local que alquilamos, trasladándonos luego cuando pudimos, al definitivo y actual. Y durante todo ese tiempo compaginando con clases en colegios, pues había que sacar adelante el proyecto en el que nos habíamos metido.

Y hasta aquí hemos llegado. Hemos vivido todo lo que os podáis imaginar que pueda vivir un Profesor de Judo. Hemos pasado por todas las situaciones a las que pueda enfrentarse un Profesor de Judo. Sesiones, niños, exhibiciones, competiciones, viajes, papás, alumnos, federativos, políticos…

Durante tiempo, teníamos pensado aguantar hasta el 2027, pues nos hacía ilusión cumplir los 50 años con el club, en activo.

Porque además, “Estar ocupados en cosas que nos gustan, nos mantiene vivos” (Francés Miralles)

Y como nos ha gustado y nos gusta lo que hacemos, nos ha mantenido y nos mantiene  vivos. Pero la edad no perdona, y ya no el trabajo, sino la responsabilidad y el compromiso de cada día, es lo que empieza a abrumarnos y empujado a retirar.

Teníamos ofertas inmobiliarias interesados para el tema del local, pero tenemos la ilusión de que el club de Judo Las Fuentes celebre en 2027 su 50 aniversario, y luego siga adelante.

Y queriendo evitar compromisos y responsabilidades, en 2025, hemos decidido que nuestro alumno David Crespo se haga cargo del club, y lo lleve a cumplir de momento, estos primeros 50 años.

Y a partir de ahora viviremos con la tranquilidad que da, el no tener que estar pendiente de compromisos y responsabilidades, de horarios para impartir clase. No tener la preocupación de cómo estará el club, de tener todo previsto, vivir la angustia de qué pasará, de si vendrán o no, o de cómo vendrán los niños, los adultos, de que ninguno se haga daño y de que salgan contentos y quieran seguir viniendo.

Del compromiso de llevarlos a competir, de que puedan ganar o perder y sus consecuencias. Ya cuando cintos marrones y danes, del estrés de prepararlos para el paso de grado. De la sensación de ser yo, el que se está examinando.

Y misión cumplida. Sensación del deber cumplido con lo que, en su momento nos propusimos. Ahora ya sin tantas responsabilidades, nos podemos ir tranquilos, nos podemos retirar, y con la tranquilidad de que, lo que hemos hecho hasta ahora lo dejamos en buenas manos.

Yo personalmente, escribir, como me gusta, voy a seguir escribiendo. No en vano he escrito y publicado dos libros, y llevo desde 2008 escribiendo un artículo cada 15 días. Hasta 2014 en Arajudo que subía Jesús Asensio, y desde 2014 hasta hoy, en la página de la RFEJYDA, donde lo hace Alfonso Escobar.

El tema es, que cuando impartía clases, de cualquier situación producida durante las sesiones surgía una idea, y podía salir un artículo. Ahora no imparto clases y no está esa posibilidad, pero en más de 50 años he tenido multitud de situaciones y anécdotas que puedo referir.

Y como “cualquier vida merece la pena de ser contada”, de cualquier situación se puede aprender y tomar ejemplo.

Porque, “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”

Así que, a partir de ahora, como me gusta escribir y disfruto haciéndolo, voy a tratar de recordar y referir situaciones que me parezcan que puedan resultar interesantes y sobre las que todos podamos reflexionar.

A muchos os podrá parecer esto una banalidad. Otros os identificareis a veces porque habréis sufrido las mismas situaciones o parecidas. A algunos os parecerán historietas del “abuelo Cebolleta”, como dice mi alumno Saúl Crespo, que os entretendrán o no, porque “para gustos están los colores”, pero que allí estarán, para que podáis sacar vuestras conclusiones.

Y mientras la RFEJYDA me lo permita y me deje, y Alfonso Escobar, en su página me aguante, cada quince días seguiré escribiendo.