Pero también intento hacerle entender que el saludo en Judo al entrar al tapiz es o debe ser una actitud para el judoka. Una actitud de querer hacer Judo. Con el saludo el judoka tiene que intentar abstraerse de su vida fuera y al pisar la lona, asumir e interiorizar que va a hacer Judo.

Con el saludo el judoka se dice a si mismo y quiere expresar: “voy a hacer Judo”.

¡Saluda Rubén! Indico a Rubén Gayan cuando tenía tres años (ahora tiene cuatro) en uno de sus primeros días en el momento de entrar en el tatami. Y Rubén sonriendo a sus compañeros que ya estaban sentados, levanta el brazo y les saluda con la mano.

Rubén Gayan es hijo de mi alumno Sergio Gayan 2º dan, y actualmente directivo de una entidad bancaria.

En Japón para saludarse entre ellos, los japoneses no se tocan. En la vida cotidiana los japoneses se saludan haciendo inclinaciones de cabeza o de tronco más o menos repetitivas, acusadas, y más o menos ceremoniosas y solemnes dependiendo de la situación o de la categoría de la persona a la que se saluda.

En el mundo del Judo, clases, cursos, concentraciones en que la gente va llegando y suben al tatami, y están hablando y saludándose cuando llega el profesor o cuando el profesor decide, los coloca en una fila para hacer el saludo colectivo. Es una forma de romper esa dinámica y es una forma de manifestar el ¿movemos o qué? porque hay que empezar. 

En las universidades en Japón el saludo se hace al entrar en la sala donde está el tatami.

La sala suele ser muy grande, los tatamis son amplios y suele haber espacios alrededor del tapiz donde puede haber bancos, incluso también un despacho para profesores y el saludo en pie se hace al entrar en la sala y no al subir o pisar el tatami.

Una vez se ha saludado al pasar a la sala, pasan el tatami y sentados o tumbados se ponen a estirar mientras van llegando todos. A una señal del capitán se inicia un calentamiento muy light normalmente dirigido por un kohai para luego pasar a hacer caídas y uchi komi.

Cuando llega el profesor, saluda al entrar en la sala; los alumnos estén haciendo lo que estén haciendo lo dejan y volviéndose hacia él saludan a su vez.

Cuando el profesor ya en judogi decide, se lo indica al capitán que convoca a todos al saludo general.

Los alumnos se colocan por cursos y una vez todos colocados entra el profesor y se coloca frente a ellos.

Habitualmente todos en seiza y a la voz del capitán se realiza el saludo. En tres tiempos, “shomen ni” (al lugar de honor), “sensei ni” (al maestro), “otagai ni” (entre los compañeros).

El judoka catalán del Vital Esport Víctor García Osado que viajó a Japón este verano hizo un video corto del saludo en grupo. Se puede ver en su página de Judo Attitude. 

Yo tengo que reconocer que desde hace tiempo solo realizo el saludo al principio y al final en las clases de pequeñitos. En este grupo todo es Judo y el colocarse, presentar a los nuevos, decir los nombres, recordar consignas, recordar movimientos, ayuda a comenzar la sesión, da confianza, seguridad y fomenta la cohesión del grupo.

Con el resto, infantiles y cadetes solo saludamos al final. Al principio iniciamos un calentamiento con los que entran primero a los que se van añadiendo conforme llegan los demás. Al terminar con los infantiles y cadetes saludamos en la fila para de alguna forma terminar la sesión.

Con los adultos no esperamos a nadie. No tiene sentido que el que llega pronto o llega a la hora, tenga que esperar y no aproveche ese tiempo porque hay otros que llegan más tarde.

Así que el que llega primero si está solo, empieza a estirar o a hacer su calentamiento y en cuanto llega el siguiente empiezan a hacer uchi komi o lo que corresponda. El resto se va incorporando hasta que considero que está la mayor parte del grupo y a partir de lo que se está haciendo y he previsto iniciamos la sesión.

Finalizando el entrenamiento, terminan de realizar sus series de flexiones y abdominales y quedan tumbados por el tapiz, relajados tratando de volver a la calma y no interrumpimos este momento para saludar. 

Algunos estiran, hablan con sus compañeros, otros relajados se medio duermen y poco a poco van pasando a la ducha.  

Durante la sesión con los pequeñitos, infantiles y cadetes trato de que no salgan del tapiz. Si alguno necesita de verdad ir al servicio sale y cumple todo el protocolo de saludar con cierta corrección al salir y al volver.

Con los adultos durante el tiempo de randori, si pueden hacer todos a la vez, cada tres o cuatro cambios, tienen un tiempo para hidratarse. Si se tienen que alternar entre randoris salen a beber cuando lo necesitan.

En el momento de salir y entrar hay quien saluda y quien no. Aquí no pongo especial atención porque si el saludo es una actitud hacia el entrenamiento, el entrenamiento ni ha terminado ni se ha roto. 

Salir a beber agua forma parte del entrenamiento y no tiene sentido mal saludar, dar cabezazos torcidos al salir a beber agua cada vez que se sale y entra durante la sesión por un mero formalismo. 

Alguno se escandalizará por cómo estoy contando que hago las cosas, pero os puedo asegurar que en mis clases no hay menos orden, disciplina, buenas maneras y buen ambiente de trabajo, que en otras en que se pone especial énfasis en el tema del saludo.

En cursos solo para profesores se está instaurando, aunque sea uno el que dirija la “fiesta” y sea el que lleve la voz cantante, que se salude en pie y todos en circulo.

De esta manera nadie es más que nadie, ninguno se siente ofendido por estar en una u otra fila y sufren menos las articulaciones de los mayores con problemas en rodillas y caderas.

Pero con más o menos protocolo, siempre cuidando las formas y buenas maneras, lo que nos tiene que quedar claro es que al entrar al tatami, con el saludo lo que dice el judoka es: ¡Voy a hacer Judo!