José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

Nuestro judoka empieza a hacer Judo y empieza a pasar de grado hasta llegar a obtener el cinto marrón.

Empieza a otear la posibilidad y proximidad de lucir ya el cinto negro. Que seguro ha soñado, y se lo ha planteado como judoka muchas veces, y hace mucho tiempo.

Y junto a su Profesor deciden preparar su examen, y empieza a preocuparse del kata, y del programa de movimientos que va a tener que demostrar, y en consecuencia, de hacerlos mejor.

No es consciente de que todo lo que ha hecho hasta ahora, y de como lo haya hecho, y de lo que se haya preocupado, es lo que conforma su Judo actual, y es desde esa base, de donde va a partir su preparación para pasar ese examen.

¿Y cómo se conforma el Judo de nuestro judoka?

Nuestro judoka, la mayor parte de las veces, se incorpora en nuestras sesiones siendo un niño. Aunque también los hay que empiezan mayores.

Y sea cual sea la situación, empieza a hacer Judo, empieza a jugar. Aprende a caer y a practicar las caídas. Comienza a conocer movimientos que empezará a ejecutar. Unos le gustarán más y saldrán mejor que otros, pero poco a poco, y aprendiendo y practicando más movimientos, irá subiendo en el escalafón de cinturones.

Amarillo, naranja, verde, azul, y llega a marrón. Durante todo este tiempo, sobre todo si ha empezado de niño, habrá participado en competiciones y ganado o perdido, pero se habrá dado cuenta de que cuando le han salido los movimientos, y los ha sabido aplicar, ha ganado, y que para que le hayan salido y haya podido ganar, ha tenido que repetirlos muchas veces y tratar de mejorarlos mucho.

Que cuantos más compañeros haya tenido en las sesiones para practicar, más evidente habrá sido la progresión, más situaciones parecidas a las que se puedan dar en los combates se habrán producido, y en consecuencia, el aprendizaje y la posibilidad de salir airoso de los combates, habrá sido mayor.

Y nuestro judoka sigue practicando regularmente. Y sigue compitiendo de manera habitual. Lo más frecuente en un entorno regional, incluso nacional. Excepcionalmente, si consigue resultados importantes, pueda participar en algún torneo internacional. Por todo esto participará en entrenamientos regionales, a veces nacionales, stages o cursos, dentro o fuera de su Autonomía, incluso en otros países.

Y compita o no, dedicará más tiempo, más sesiones, más preocupación, y más horas a entrenarse. Y todas estas horas de dedicación y de práctica es lo que va conformando el Judo de nuestro judoka.

Y a partir de ahora, con el paso de grado como objetivo, con fecha fijada para su examen, todo su tiempo de Judo, todo lo que haga, de alguna manera deberá preparar ese momento.

Y durante la sesión sea con quién sea, el trabajo tiene que tener como finalidad, el examen.

Saber qué hay que hacer, conocer cómo se hace, y hacerlo, son las premisas que tiene que tener presente en cada sesión. La preparación es en cada momento, es cada día y es con cualquiera. No tiene sentido hipotecar el tiempo de entrenamiento de un compañero, o de un amigo, aunque él esté por la labor de colaborar.

El pasar a cinto negro no tiene que agobiar ni al candidato, ni al compañero que le va a hacer de uke, ni al Profesor. Preparar el examen, es una excusa para, durante ese periodo, plantear sesiones especiales, practicar más a fondo, conocer, investigar, y disfrutar de la preparación de las técnicas, y de que, Profesor y alumno, al relacionarse más tiempo, se conozcan mejor.

En este tiempo antes del examen, además de las sesiones de preparación, puede estar indicado, realizar una prueba mediante un “examen test”, para ver que hay que corregir.

El Profesor puede montar un tribunal con otros Profesores o alumnos de un mayor grado, para hacer pasar a su alumno por el momento del examen. Y el alumno se va a ver en el compromiso de tener que explicar, exponer, y demostrar sus conocimientos en un momento similar, al que tendrá que someterse en unos pocos días.

Entonces se va a dar cuenta de donde encuentra mayor dificultad, qué apartados tiene que mejorar, y en caso de que algo no convenza al “tribunal”, tendrá la posibilidad de enmendar, antes de la prueba definitiva.

Tener claro entonces que, nuestro judoka cuando decide preparar su examen, parte de un nivel que ha conformado su trabajo de formación. Trabajo de formación que incluye desde sus primeros momentos, cuando aprende y practica y obtiene sus primeros cintos de color, con los movimientos iniciales, hasta toda su vida deportiva, entrenamientos, combates, competiciones y cursos.

Y es ahora con el objetivo marcado, cuando llega el momento de enfocar todo el trabajo de Judo a preparar cada movimiento, en cualquier momento de entrenamiento y con cualquiera, “a dorar la píldora”, para en un momento determinado concretar con el que le vaya a hacer de uke, y que le ayude a preparar el examen.