José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo
Nota del autor de este artículo.- Este artículo ha surgido a raíz de que cayera en mis manos el libro “La alegría de educar” de José Manuel Marrase, me viera identificado yo, viera reflejados a alumnos y amigos Profesores de Judo, con los que he mantenido conversaciones, me han contado y he visto conducirse en sus clases, con sus alumnos en muchas situaciones similares a las que se plantean en el libro.
He tratado de trasladar momentos que el autor plasma en el aula con sus alumnos a los que todos vivimos en nuestras sesiones de Judo en el tatami con nuestros judokas.
No pretendo sentar cátedra sino compartir experiencias y dar ideas ante situaciones que Marrase tiene en el aula y que nosotros tenemos en nuestros tatamis y que seguro que todos solventamos y resolvemos de distintas maneras.
A mi escribirlo me ha ayudado a darme cuenta de muchas cosas que puedo mejorar y espero que nos ayuden a todos en nuestra tarea como Profesores y en nuestra “alegría de educar”.
En letra normal y precedido por un guión, extractos del libro, (cambiando alumno por judoka en muchos casos y aula por tatami), “La alegría de educar”.
En letra cursiva, con el apunte Nota del autor ( N.A.-), mis aportaciones, pensando fundamentalmente en clases infantiles de Judo aunque en muchos casos podría tratarse de cualquier edad.
Y a continuación en algunos párrafos, también en cursiva, y marcado con (S.C.-) anotaciones de mi alumno Saúl Crespo, ideas que dijo tener como alumno, al leer este artículo en borrador.
Y empezamos…
-Nuestra tarea diaria consiste en descubrir a cada alumno. Conseguir que se sienta único y consciente de su responsabilidad enfocada a los demás.
N.A.- En el momento del saludo, el primer día presentarnos y hacer que cada uno se presente. Explicar qué es el Judo y qué es lo que vamos a tratar de hacer allí. Intentar recordar y repetir el nombre de cada uno. A partir de entonces, aprenderse los nombres y cada día nombrarlos a todos antes de empezar la sesión, para que como dice Daniel Pennac en su libro “Mal de escuela”, al pasar lista, cada uno tenga “el mínimo segundo que el alumno siente que existe para su Profesor”, y que tenga su momento de protagonismo antes de empezar. También dar la posibilidad si alguno quiere decir los nombres.
-Enseñar es conseguir avances en cada uno de nuestros alumnos.
N.A.- Conforme van aprendiendo y practicando movimientos invitar a que puedan demostrarlos delante de los demás.
-En el momento de educar, primero tengo que conseguir que me escuchen, después que vayan aumentando su nivel de participación, con ello conseguiré ir interesándome cada vez más en ellos como personas.
-El secreto radica en sentir, comunicar… sentir el aula, el tatami, hacerlo propio, hacerlo como un espacio con vida propia. Sumergirlo en una actividad continua, apasionante.
N.A.- Saludar al entrar al tapiz, y una vez que se entra en el tatami, conseguir sentir que se ha entrado en el mundo del Judo. Un mundo distinto donde hay que aprender a estar: sentarse bien, hacer caso, no enredar, respetar…
S.C.- Un mundo de desconexión de la vida cotidiana con vida propia, donde se aprenden valores importantes.
-Para ello tenemos que adecuar nuestras propias emociones a las señales sensibles que recibimos, con el fin de crear un ámbito de afectos y complicidades. Tenemos que tratar de conocer a nuestros alumnos desde el primer día y tomar pequeñas medidas a diario para aumentar su ilusión y su esfuerzo.
N.A.- Aprenderse los nombres y decirlos añadiendo, conforme los vayamos conociendo y si es posible alguna característica de cada uno de ellos.
S.C.- Creándose en algunas ocasiones vínculos mayores con el paso del tiempo, que son el fruto de tratar con ellos desde el primer día.
Enseñar, tiene que conducir a la mejora, desarrollar capacidades, investigar, innovar, gestionar emociones, comunicar y convivir éticamente. Los docentes somos buscadores de cualidades, no de defectos.
N.A.- Destacar lo bueno del grupo, de alguno de ellos o de todos si es posible.
S.C.- Una mejora que para los alumnos es importante, es el paso de cinturón.
-Educar en la actualidad, significa saber detectar esas ilusiones quizá adormecidas por un exceso de comodidad que les paraliza y les resta capacidad crítica y resiliencia frente al problema.
N.A.- Preguntar qué es lo que realmente les gusta del Judo. Qué es lo que más les gusta.
No es posible mejorar los recursos emocionales y cognitivos de nuestros alumnos, si no mejoramos los nuestros.
N.A.- Destacar algo del grupo que motive especialmente al Profesor, en el momento de comenzar la sesión.
-Un valor añadido consiste en ofrecer un aprender que resulte atractivo y sugerente. Debemos crear nuestro propio estilo.
N.A.- Hacer que digan los movimientos que ya han trabajado. Explicar la dificultad de los movimientos nuevos y la forma de practicarlos. Indicar y utilizar una progresión adecuada en el aprendizaje para facilitar la progresión.
-Sobre la autoridad. Cómo debe ser la autoridad.
Coherente: En educación, las contradicciones no se perdonan.
Dinámica: Capacidad de impactar emocionalmente, de organizar, de ilusionar…
Significativa: Razón de ser y práctica con lo que adquiere validez moral y utilidad. No aceptar líderes negativos que coarten la libertad de sus compañeros y les hagan sentirse inferiores.
Didáctica: Controlamos la situación y además convencemos. Una mirada, un gesto, una frase, el viejo arte de la conversación… hacer entender que nos importa su educación.
Adaptativa: saber leer el grupo. El sentido de adaptación precisa un conocimiento previo del grupo y del alumno, y las medidas que adoptemos tienen que ser edificantes, nunca humillantes.
Sentido de reverencia: pensar en la tarea ilimitada de fomentar sus aptitudes.
Acumulativa: tenemos que ser asertivos, afirmar en cada momento nuestro estilo docente con decisión, sin complejos, demostrar seguridad y naturalidad.
-La gestión de conflictos en un grupo, necesita construirse sobre una base ética. Actuar siempre en el sentido de formar personas mejores, formar personas buenas en el sentido más amplio. Primero formarte como persona, luego… (Humanismo activo)
N.A.- De vez en cuando recordarles que:
Que hagáis mejor o peor los movimientos de Judo, ahora no es lo más importante, porque si seguís haciendo Judo aquí, los acabaréis haciendo bien, porque estáis en un buen club, tenéis un buen Profesor y el grupo es muy bueno. Lo que más me importa ahora es que sepáis comportaros, que sepáis estar.
S.C.- El Judo aporta valores muy importantes que no se transmiten en otros deportes, o por lo menos así lo siento yo.
-¿Cómo enseñar?
Binomio enseñanza-educación
-Un Profesor es ante todo un buen educador. No es posible enseñar sin educar.
-En el tatami tenemos que vivir los valores. Cada sesión se tiene que teñir de los valores que favorecen la progresión integral de cada uno de nuestros alumnos.
Para ello mezclar emociones, ser sensibles y detallistas.
N.A.- Respeto, orden y obediencia, y para ello el primero que tiene que respetar, y poner los medios para que la sesión no sea un caos, es el Profesor.
-Cuando entramos en el tatami tenemos que ser capaces de captar sentimientos.
N.A.- Mostrar empatía, mirar las caras, preguntar y si es necesario, tratar de entender.
-La sensación de acompañamiento que percibe el alumno se traduce en una mejora de resultados siempre que actuemos de forma continua y sientan la ayuda y el ánimo como una constante.
N.A.- El Profesor tiene que resultar un referente para ellos. Alguien en quién puedan confiar y al que puedan acudir.
-Nuestros alumnos tienen que sentir nuestro acompañamiento
Gestos y miradas
-Cuando miramos a nuestros alumnos captamos estados de ánimos.
-Tenemos que representar emociones
-Las miradas imponen y seducen. Transmiten afecto, interés y toda una mezcla de emociones.
-A veces señales que se presentan súbitamente y que pueden facilitar un mejor conocimiento del alumno, una mejor complicidad emocional.
-Poner a punto nuestro sensor emocional.
-Para los alumnos con poca presencia en el grupo es especialmente significativo que nuestro sensor emocional detecte su realidad. Que noten que nos interesamos por su mejora constante.
-Los alumnos “ausentes”, distantes en el grupo valoran especialmente nuestra atención.
-Nuestros mensajes son captados de forma instantánea, y la respuesta del grupo está condicionada por ellos.
N.A.- Lo fácil es llevarse bien, preocuparse y aconsejar a los que hacen bien y no dan problemas. Pero es más importante y realmente más efectivo mostrar interés y atención por los que no nos resultan tan cómodos. Hay que “ir a por ellos”, y captarlos.
S.C.- Intentar integrar en el grupo a personas tímidas o distantes, y mejorar el comportamiento de los que no saben comportarse.
Las palabras
Usamos las palabras para convertir a cada alumno en nuestro aliado emocional.
Una comunicación directa y sincera es insustituible.
N.A.- Es importante que cada judoka se sienta único
“Las personas se olvidan de lo que dices,
También se olvidan de lo que haces,
Pero nunca se olvidan de cómo les haces sentirse.”
(Maya Angelou)
-El énfasis es el indicativo de nuestra intención de enseñar de forma asertiva y efectiva.
-Es uno de los aspectos y forma parte y demuestra al alumno, la diferencia entre pasar una hora o vivir una hora.
N.A.- Tenemos que conseguir que nuestros judokas vivan esa hora, que se les haga corta la sesión. Nuestros judokas tienen que sentir que nos preocupamos de ellos, que nos importan como judokas y como personas.
-Ser asertivo significa tener claros unos principios y unos valores que siempre se manifiestan con coherencia, con corrección y con naturalidad.
Afectividad
-Un lenguaje asertivo debe tener también su barniz de cariño. Nuestras palabras se tienen que revestir de afecto. Los alumnos deben percibir un interés real hacia ellos. Desde el afecto es fácil plantear altos niveles de exigencia.
Complicidades positivas
-Los educadores trabajamos con material humano y sensible con el que cualquier interacción puede servir para avanzar y crecer o para impedirlo.
-Si establecemos complicidades positivas podemos conseguir mejoras significativas.
N.A.- Y para establecer complicidades positivas es importante conocer a nuestros alumnos. Su entorno familiar, sus estudios o actividad laboral, relaciones, problemas personales…
-Vemos crecer a nuestros alumnos e influimos en ellos de forma considerable, sencillamente porque pasan muchas horas con nosotros, y esta influencia resulta importante para que desarrollen estímulos sanos y constructivos.
N.A.- Por eso es importante que el Profesor sea capaz de transmitir:
Pasión, autenticidad, coherencia, curiosidad, optimismo, equilibrio y ética.
Los estímulos
-Educar consiste en estimular, provocar, animar.
N.A.- Hacer notar los progresos y valorarlos. No solo deportivos, también de forma de actuar.
S.C.- Progresos físicos y mentales.
-Cuando los estímulos son constantes, orientados hacia el placer y el deseo de saber producirán mejoras significativas.
-Alentar y activar a cada grupo requiere que nosotros estemos activados. Como ocurre con la pasividad la actividad también se contagia.
-Si queremos estimular en clase tenemos que desenvolvernos con un fondo optimista.
N.A.- Abordar la clase con un mensaje interno de “¡a por ellos oe…!”
S.C.- Con un mensaje de optimismo para los que preparan y se van a presentar a una competición.
-Si asumimos nuestro papel de docentes-educadores, resulta determinante que impulsemos las esperanzas y la resiliencia o capacidad de recuperación frente a las dificultades o a los desengaños.
-Todas las personas necesitamos “abrirnos hacia el exterior”, encontrar nuestro encaje en la comunidad y ser aceptados.
-El estímulo más duradero y profundo es el que induce al deseo de saber. Lo cierto es que cuando sabemos más, gozamos más del aprender y también percibimos lo mucho que nos queda por saber.
N.A.- Conseguir que sepan los nombres de los movimientos de su programa, demostrarlos delante de todos, y demandar aportaciones de los demás.
S.C.- Conforme los alumnos conocemos y aprendemos los movimientos que vemos hacer a los mayores, queremos parecernos a ellos, llegar a hacerlos tan bien como ellos.
Saber crecer
-Si sentimos la clase sabemos calibrar los estímulos y proyectarlos en ella adaptándolos a cada grupo y a cada aluno.
-Saber nos conduce al crecimiento. El alumno tiene que descubrir que puede saber más y mejor y que puede hacerlo de forma natural.
-¿Podemos hablar de un saber emocional o de la emoción de pensar?
-El sentido de crecimiento personal se fundamenta en valores. Inducir valores, en el sentido de asociar lo que podamos crear con su proyección hacia los demás, con su utilidad social.
N.A.- Y estos valores pueden ser: Amistad, respeto, orden, confianza. Participación, autoestima, integración, disciplina, responsabilidad, amor propio, colaboración, voluntad
La clase holística
-Nuestro interés es que todo el grupo funcione y la mejora de cada alumno es la mejora del grupo.
N.A.- Mejora en puntualidad, amabilidad, generosidad, respeto, orden, convivencia, paciencia, laboriosidad, tolerancia, saber disculparse…
S.C.- Si el grupo crece, todos crecemos.
-Sabemos cómo debemos enseñar en función del grupo.
Entrar y salir
-Esperamos al alumno, saludamos, hablamos, le decimos: tú eres importante, esta clase es única. Se pueden efectuar preguntas de diferentes tipos, sobre contenidos de clases anteriores, tratando de que este enfoque inicial proporcione al alumno una sensación de pertenencia, significa decirle: eres tú, para mí eres importante, esta clase es importante…
-Nuestra presentación es vital: definimos actitudes, valores, intenciones…
-Esta claro que tenemos que hablar del programa, pero es mucho mejor hablar de actitudes, de valores… Si transmitimos interés, decisión ayuda y otras sensaciones que activen circuitos de ilusión, conectamos emocionalmente con el grupo y conseguimos una disposición favorable para el aprendizaje.
N.A.- Decir los nombres de todos, decir los movimientos. Expresar el Profesor lo que siente por la clase, por el grupo, que lo que nos gusta es estar con ellos, ver como se comportan, como aprenden, como se conducen entre ellos, como evolucionan. ¿Eso es importante!
“Pero nunca se olvidan de cómo les haces sentirse”
-Debemos tener en cuenta los valores que fomentan la autoestima, el autofavoritismo.
¡Eres el mejor!
-Pensar que nuestros alumnos son los mejores contribuye a que tiendan a serlo.
N.A.- En ocasiones cuando estamos acertados en algún comentario o después de recordar los nombres de todos, nos merecemos decirnos ¡qué bueno soy!, y si es el grupo el que merece nuestra aprobación no esta de más halagarles con un ¡qué buenos sois! O que buenos somos cuando nos podamos referir a todos.
-Salir bien de la clase también es vital. Es un buen momento para reforzar mensajes de ánimo y de superación. Y sintetizar el contenido de la clase.
N.A.- Al terminar la sesión en el momento del saludo, ¿qué movimientos hemos trabajado hoy? ¿Qué hemos dicho que era importante en cada movimiento? O hacer alguna pregunta sobre algo que haya pasado durante la sesión.
Ritmo
-Para disponer de un tiempo eficaz, tenemos que estar dispuestos a dedicar un tiempo mínimo para despertar emociones.
N.A.- Principio de la sesión, momento del saludo, comentarios sobre el grupo y planteamiento del trabajo a realizar.
S.C.- Y realizar calentamientos dinámicos.
-Importancia del acompañamiento emocional en la evolución positiva del alumno.
-Hay que dedicar un tiempo a activar las emociones del alumno en sentido positivo. Este tiempo es el más fructífero.
-Somos más receptivos a las opiniones positivas que a las negativas y, como cabe esperar, el impacto es mayor si los dictámenes o juicios provienen de personas que valoramos o son importantes para nosotros.
-Incidiendo en lo negativo magnificamos el fracaso; obtenemos mejores resultados incidiendo en la mejora.
N.A.- Tener más presentes a los judokas menos dotados o que veamos con menos motivación por la actividad. O a los que captemos con problemas, detectar que problema es y tratar de solucionarlo.
Sorprender, motivar
-En nuestras clases tenemos que conseguir transmitir un conocimiento significativo que perdure.
-Los contenidos y nuestra capacidad de expresarlos van unidos. ¿Cómo resultar interesantes? Transmitiendo emociones.
N.A.- Puede ser contando historias de cuando éramos como ellos, cuando teníamos su edad, su nivel…
S.C.- Presentar resultados, que hayan obtenido judokas mayores del club, para motivar a los más jóvenes, e invitarles en ocasiones a participar con ellos.
Descubrir el talento
-“Trata a un hombre como es y seguirá siendo lo que es. Trátalo como puede y debe ser y se convertirá en lo que puede y debe ser”.
-Potenciar su motivación y sus conocimientos.
-Podemos impactar en cada alumno si lo conocemos y logramos que se sienta protagonista de su desarrollo. Por lo tanto resulta necesario hablar con él, conocer su ámbito familiar, sus aficiones, su forma de estudiar, su organización del tiempo…
“Pero nunca se olvidan de cómo les haces sentirse”
-Tienes que leer con pasión, sentir las palabras. ¿Quién puede renunciar a sentir, a vivir?
-Tenemos que despertar el impulso de aprender.
Educar para la vida
-Nuestras clases deberían constituir un foro de ensayos vitales, un foro de formación orientado a que los alumnos aprendan a vivir.
-Podemos plantear las clases de forma que nuestros alumnos aprendan a pensar, y por consiguiente a vivir.
-Cada grupo o cada alumno requiere un tiempo para el aprendizaje y ese tiempo lo administramos nosotros.
-Todo resulta fácil si incorporamos pasión.
-Para lograr una educación ética para la vida, es necesario conocer muy bien al alumno e incidir en las carencias de estas virtudes o cualidades.
-Una de las claves para conseguir una educación de calidad es el respeto. Se tiene que inculcar día a día, clase a clase. El respeto del alumno se debe basar en nuestra autoridad moral. En constituir para ellos un buen referente.
Entrenar
-“Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito”
-La base de todo dominio y todo saber reside en la ilusión y en el trabajo. En cualquier actividad humana, la repetición de determinados ejercicios o prácticas nos va a proporcionar soltura y seguridad.
-El judoka también experimenta esta gratificación cuando domina una materia y se siente ágil con sus procedimientos.
-Cuando se va generando un elevado nivel de autoconfianza, basado en el entrenamiento, los resultados positivos se van produciendo.
-Los binomios experiencia-conocimiento, empatía-entusiasmo, son vitales en un buen entrenador.
-No puede existir un nivel óptimo de entrenamiento, si no comunicamos energía y sensaciones positivas en el aula.
Sistema de valores
-Cuando los maestros crean un entorno empático y sensible, estimulan las ganas de aprender.
N.A.- A base de respetar y sentir el respeto de sus compañeros, de la amistad que va surgiendo, de la confianza…
“pero nunca se olvidan de cómo les haces sentirse”
S.C.- Un buen ambiente, estimula el seguir aprendiendo, y hace esperar con ilusión el siguiente entrenamiento.
-La escuela es el ambiente donde me impregno de unos valores y de un nivel de motivación determinados.
La acumulación del detalle
-Los detalles deben concordar con los valores
-La mejor manera de mostrar la calidad, es acumular actuaciones positivas a diario.
N.A.- Y destacarlas y hacerlas notar
-Toda educación de calidad debe basarse en la verdad, la belleza y la bondad
-¿Qué se espera del profesor?
Pasión: sentir lo que hacemos, vibrar con ello
Autenticidad: y solo lo seremos si somos asertivos y defendemos y practicamos actitudes, virtudes y valores.
Coherencia: lo que hacemos y decimos tiene que formar un todo
Curiosidad: quieren saber más, me piden más…
Optimismo: no podemos hacer fácil lo difícil, pero si que lo parezca.
Equilibrio: compensando exigencia con dedicación, organización con creatividad, libertad con responsabilidad.
Ética: nuestras decisiones pueden afectar a las personas que nos rodean.
N.A.- Conseguir que el judoka se divierta y se sienta importante y mediante la practica del Judo, tratar de integrar y transmitir las siguientes actitudes y valores:
Respeto, orden, obediencia, responsabilidad, colaboración, disciplina, voluntad, autoestima. Amistad, generosidad, gratitud, convivencia, paciencia, perseverancia…
“Las personas se olvidan de lo que dices,
También se olvidan de lo que haces,
Pero nunca se olvidan de cómo les haces sentirse.”
Como he comentado al principio, No pretendo sentar cátedra sino compartir experiencias y dar ideas ante situaciones que Marrase presenta en el aula, que nosotros tenemos en los tatamis y nos enfrentamos en nuestro día a día.
A mi escribirlo me ha servido de terapia y ayudado a darme cuenta, encarando el final del camino, de todo lo que puedo mejorar y que espero que podamos aprovecharnos todos en nuestra tarea como Profesores, y en nuestra misión y “alegría de educar”.