Y nosotros no íbamos a ser menos. Y en cuestión de unos meses algunos teñimos nuestros judogis e imitando a los participantes de Beauvallon y a los campeones Geesink y Okano, para los entrenamientos, nos vestimos de colores.

Reconozco que soy un clásico, fiel a los protocolos, respetuoso con las normas, acusado muchas veces de conformista por mis propios alumnos porque me muestro reacio a  criticar por norma cualquier reglamento o normativa que surge. Entiendo que quien tiene que organizar una actividad lo haga y ponga sus condiciones, si te interesa participas y si no, lo dejas estar.

Mi amigo y socio Jesús Sánchez me reprendió al comienzo de las últimas jornadas de Torrelavega cuando observó en la primera sesión con el maestro Koga, que yo llevaba el cinturón rojo blanco cuando el maestro iba de negro. 

¡Qué cómo no guardaba el protocolo! me dijo.

Antes había preguntado a Raúl Merino cómo debíamos ir y me había dicho que estábamos en casa, que nos pusiéramos como más cómodos nos sintiéramos. Que el día de la inauguración y el de la clausura por un efecto de imagen los que lo fuéramos, si era posible, lleváramos el rojo blanco.

Pero ¡qué protocolo! respondí… Si el primero que estaba rompiendo con las normas era el mismo Koga que se presentaba a impartir las Jornadas con judogi azul.

Porque lo que no he visto nunca en una universidad en Japón es un judoka japonés de azul para entrenarse y mucho menos profesores con judogi azul.

También tengo que admitir que las veces que he estado en Japón apenas he visto a algún profesor o maestro muchos de ellos octavos danes, llevar el cinto rojo blanco. En sesiones de katas en Kyoto en ocasiones aparecía un maestro que se veía muy anciano con un cinto totalmente rojo.

Hablando con el maestro Fujii, que siendo octavo dan siempre iba con cinturón negro, le pregunté porqué nunca se ponía el cinto rojo blanco y me contestó que portando el negro se sentía siempre que estaba en disposición de aprender, y que si se ponía el rojo blanco daba la sensación de que ya había terminado, que lo sabía todo.

Una vez que vinieron invitados a España y a Zaragoza una selección de universitarios japoneses de la región de Kansai, a entrenar y a competir, los tres maestros que los acompañaron, que eran octavos danes vinieron con su cinto rojo blanco. De hecho cuando se fueron me dejaron sus cintos y el cinto que yo luzco ahora habitualmente es el del maestro Nakaji.

Yo cuando obtuve el sexto dan estuve mucho tiempo sin ponérmelo. Me parecía un grado demasiado importante, un color que no merecía llevar. Había mitificado mucho el grado. Sin embargo en España, ya había muchos profesores que siempre iban de colores

Ya de 7º dan a raíz de pensar y escribir un artículo en agosto en 2012 no me he puesto otro. De alguna manera me decía: “si no lo llevo ahora, ¿cuándo me lo voy a poner? Si me descuido se me va a pasar el arroz y no voy a tener tiempo…”

Mi amigo Raúl Merino ante este tema me dice que él escuchando a todo el mundo observa todo tipo de teorías y que cada uno va cambiando de opinión conforme pasa de grado, pasa el tiempo y va evolucionando.

Recuerdo hace unos años que Pablo Saez, profesor del Vital Esport en Tarragona me preguntaba en unas Jornadas en Torrelavega como era el protocolo para llevar o no el cinto rojo blanco.

No conozco que exista tal protocolo. Pienso que la norma debe ser de aplicar el sentido común. Está claro que el que ostenta un grado tiene todo el derecho del mundo a lucirlo. Pero “allí donde fueres haz lo que vieres” y esta es una máxima que todos nos podemos aplicar.

Si estás en una universidad en Japón “la cuna del Judo” y nadie se pone el cinto bicolor no vas a ser tu el que lo hagas. Si coincide y te invitan a la ceremonia del kagami biraki a principio de año y todos van de colores, tampoco vas a ser tu el que dé la nota.

Ya en España si te invitan a impartir un curso o una sesión, lo normal es que si eres el protagonista te pongas de gala. Y qué mayor honor y más responsabilidad para ti que entre los asistentes tengas altos grados, que luciendo sus colores, tengan interés en escucharte. 

Lo que parece normal y no hay nada escrito, es que si asistes a un curso o una concentración y vas a participar activamente en el randori, si vas a entrenarte vistas de negro.

Y el profesor aunque sea por tradición siempre con judogi blanco, y por supuesto si se vistiera de azul porque se va a entrenar, nunca con el cinto rojo blanco. Aunque ahora no se que se dirá y que se empezará a hacer

Porque Koga parece que está revolucionando el Judo tradicional incluso en Japón. 

Pero Koga es Koga, igual que Geesink fue Geesink y Okano es Okano, los tres han sido campeones olímpicos, y los tres son unos mitos del Judo mundial.

Cuestión de colores.