Cuando aún no me dedicaba a impartir clases comencé a “hacer de entrenador” con mis compañeros de club más jóvenes. Así en 1975 junto con mi actual socio Jesús Sánchez, después de clasificar al equipo de Aragón en Pamplona en el campeonato de España infantil por equipos, nos desplazamos a Fuengirola a la final del campeonato. ¡Resultamos quintos!
Un año más tarde un componente de este equipo infantil, actual profesor de Judo y amigo mío, Paco Gracia resultó medalla de bronce en el campeonato de España esperanza.
Paco, más joven que yo, era un amigo compañero en el club y entrenábamos juntos bajo la tutela de nuestro profesor Ángel Claveras, pero a estos campeonatos fui yo el que lo acompañé.
Pero como ya he indicado antes, mi primer alumno de verdad fue Manuel Orgaz. Orgaz apareció con cinco años en la clase del colegio Santo Tomás de Aquino. Era el clásico niño al que gustaba el Judo, que no se le daba mal y que poco a poco fue entrando en mi vida y se me fue ganando.
Orgaz empezó a competir. Recuerdo cosas que en ese tiempo hice con él y por él. Empezar a conocerle más, planificar, organizar y controlar su entrenamiento y su preparación física, en definitiva ayudarle a plantear su vida…
Siendo él juvenil, para asegurar combates en los campeonatos de España me desplazaba y asistía a los campeonatos autonómicos a Madrid y a Barcelona a conocer, filmar y controlar sus rivales, recuerdo a algunos de sus rivales de entonces, los madrileños Miguel Ángel Cabas, Luís Miguel Fernández, los catalanes Antonio Maza, Roger Cid, el andaluz Carlos Pérez, el valenciano Sergio Vicent, no recuerdo ahora más nombres, y tengo en la memoria como madrileños y catalanes me miraban desconfiados cuando me veían filmar sus campeonatos regionales.
También acompañarle, organizarle viajes, concentraciones, cursillos, en muchos casos incluso ayudarle económicamente, no podía pretender que sus padres asumieran tantas actividades… y quedar con él a mediodía cuando salía del instituto, para que hiciera nage komi…, conmigo.
Orgaz compitió en el campeonato de Europa júnior en Atenas en 1989 y quizá fue allí donde tuve mi primer contacto con la Federación Española, a través del equipo nacional júnior que entonces tutelaba el catalán Jordi Yuste.
En 1993 en el campeonato de España senior Roberto Naveira venció a Orgaz en la final. El campeonato del mundo se celebraba en Hamilton (Canadá) y Naveira fue convocado. Decidí acudir. La excusa era presenciar el campeonato pero mi objetivo, ahora no me importa decirlo, era filmar a Naveira pensando en la preparación del campeonato de España de 1994.
Yo cumplí mi objetivo y además asistí a un campeonato del mundo importante para España, donde Almudena Muñoz resultó subcampeona y León Villar resultó bronce.
Empiezas como entrenador con veinte años, pasas por distintas fases, y vas quemando etapas.
Fue en 1993, después de los Juegos de Barcelona cuando Alejandro Blanco vino a Zaragoza. Ángel Claveras mi profesor y entonces presidente de la Federación, me dijo que pasara por la sede de la Federación que Alejandro quería hablar conmigo. Alejandro me propuso ser entrenador nacional de la categoría juvenil.
Vio que dudaba, y dudé porque tenía en el club un grupo importante de competidores fuerte con los que trabajaba ilusionado. En 1994 y 1995 Aragón resultó campeón de España por equipos de autonomías siendo todos los componentes miembros del club.
Entonces me dijo “¿qué hago pues? Tu estás en todos los ajos ¿se lo tengo que proponer a otro que no aparece por ningún sitio?, lo que haces en tu club y con tus alumnos quiero que lo hagas en la Federación.”
A Alejandro era difícil negarle nada. Su carisma, su poder de convicción, su saber hacer las cosas, tenía un atractivo que te hacía difícil negarte y que le ha llevado donde le ha llevado…
¿A qué me comprometo al decir que si?, pregunté… es una categoría que no tiene mucho movimiento respondió, un par de concentraciones al año, alguna salida…
Mi primera experiencia como entrenador del equipo juvenil fue una concentración en Lejona en el País Vasco. Allí me di cuenta de que mi función no era solo de entrenar a los componentes del equipo, sino que debería ejercer de cuidador del grupo de jovencitos a lo largo del día…y de la noche.
Lo que estaba haciendo con amigos míos profesores de Judo en los cursillos en Jaca en verano durante muchos años con nuestros alumnos, tenía que hacerlo con los juveniles del equipo nacional. Con la diferencia que nosotros en “nuestra casa” era con nuestros alumnos a los que conocíamos, nos relacionábamos, llegábamos a querer, y teníamos cierta credibilidad entre ellos.
En la concentración juvenil, ellos eran desconocidos para nosotros y nosotros para ellos y teníamos que imponer nuestro criterio y autoridad… y era distinto.
Tengo que decir que en mi tiempo como entrenador juvenil, la RFEJYDA me proporcionó la oportunidad de tener importantes experiencias deportivas como entrenador.
Aparte de la experiencia de las concentraciones y las salidas, asistí a los Juegos juveniles europeos en Baht con Pedro Riaguas que era el entrenador juvenil de la categoría femenina. Estuve en Gdansk en Polonia con Mauricio Casasayas, en Japón con Gerardo Poncela acompañando al equipo júnior. Como técnico español en Bouloris en la Costa Azul en Francia, con la flor y nata del profesorado del Judo francés, en Argentina con Ricardo Leiva actual director de Deportes del C.O.E.
En 2000 siendo entrenador nacional juvenil, sufrí un grave accidente de tráfico. Me estaba recuperando y coincidió que Gerardo Poncela entonces entrenador del equipo júnior era contratado por la Federación Mejicana. Alejandro propuso que pasara yo a ocuparme del equipo júnior.
Y comencé mi andadura con los júnior. En la primera salida encontré un equipo en un ambiente que desconocía.
Mostraba un comportamiento impropio de un equipo nacional. Impropio hasta hacerme sentir avergonzado muchas veces por su manera de proceder y no tener claro hasta donde llegaba mi autoridad en ese momento cuando en ocasiones el delegado responsable de la expedición “reía sus gracias” y parecía que aceptaba ese comportamiento…
Con el equipo júnior las salidas eran más frecuentes teniendo como objetivo los campeonatos de Europa y del Mundo.
Yo era oficialmente el entrenador del equipo júnior, pero yo no los entrenaba. En las salidas era su acompañante que trataba de conocerlos para intentar poder ayudarles en el momento de competir.
Recuerdo que en los viajes en el avión o en el autocar, cuando no los conocía, me sentaba con cada uno de ellos para que me contase qué hacía, como ganaba sus combates y como quería que me condujese yo para ayudarle mejor en el momento del combate.
Cuando en alguna ocasión que entre todos no ganaron un combate, alguna vez pasó, volvía decepcionado como si la culpa fuera mía…y ¡yo no los entrenaba! No era el responsable… Entendía que la responsabilidad era del sistema establecido que evidentemente no era el idóneo.
Se realizaba el campeonato de España y con los campeones y subcampeones se iniciaban las salidas. Los que tenían la suerte de que en su club su profesor estaba implicado, entendía del tema y tenían gente para entrenarse tenían más posibilidades y a veces “rascaban”.Y cuando era así yo me alegraba como si el triunfo fuera mío sin ser mío en absoluto.
Pero nuestra Federación funcionaba así. Puntualmente los concentraba. En las concentraciones tenía la posibilidad de conocerlos y tratarlos más. Excepto de las primeras salidas que como ya he comentado lo pasé mal, de esta etapa como entrenador júnior guardo muy buenos recuerdos.
Del conjunto que formamos con Vicente Cepeda coordinador de la categoría y que oficialmente hacía las veces de delegado, pero que su veteranía le hacía resolver y asumir cualquier situación y Pedro Riaguas, como entrenador de las chicas, conseguimos hacer entender a nuestros pupilos lo que la federación y nosotros pretendíamos de ellos.
Habitualmente eran buenos judokas, cada uno “de su padre y de su madre” pero con aptitudes. Meterse en una final del campeonato de España no era, ni es tarea fácil. De todos guardo buenos recuerdos y cuando pienso en ellos o los encuentro, los considero un poco míos.
En las reuniones que teníamos en la Federación expuse más de una vez que trabajando así era difícil tener resultados, pero era complicado cambiar nada. Cada vez que volvía de una competición me sentía fracasado. A mis alumnos y amigos les contaba mis sensaciones y me planteaba la posibilidad de dejarlo.
¿Pero quién no quiere ser entrenador del equipo nacional? Además no se me exigía gran cosa, estar disponible y no dar problemas…, y me facilitaba viajar, asistir a competiciones internacionales lo que me hacía estar al día…
En 2008 Juan Carlos Barcos se hizo cargo de la Federación. Me llamó para decirme que iba a cambiar técnicos y que a mi me afectaba el cambio. Reconozco que lo sentí pero que a la vez me sentí aliviado.
Por esas fechas había empezado ya a escribir las reflexiones que Jesús Asensio colgaba en Arajudo. En febrero de 2013 Gonzalo González Taboada, gerente de la RFEJYDA me llama para pedirme un artículo sobre Judo que pueda presentar en la nueva página de la española. Confeccioné uno que hasta la fecha ha tenido más de 27000 entradas.
A raíz de la muerte de Jesús Asensio, escribo un artículo que pienso que debe salir en la página de la española y se lo mando a Gonzalo pidiéndole que lo publique en recuerdo y en homenaje al creador de Arajudo. Lo publica encantado y me brinda la posibilidad de que a partir de ahora cuelgue mis reflexiones en la página de la española.
Cuando lo comento con algunos de mis amigos y alumnos hay quien me dice ¿pero no te vas a encontrar con las manos atadas para decir lo que quieras?
Nunca he sido especialmente crítico, en ocasiones he expuesto lo que sentía que por otra parte muchas veces es lo que muchos sentíamos. Además Gonzalo me ha asegurado libertad de cátedra. Y es la página de la española, la página oficial. No se si tendrá tantas entradas como tenía Arajudo porque el lamin de las fotos era muy goloso y todos entrábamos para buscarnos o ver quién había estado y en donde…
Mi primera licencia federativa data de 1970, es decir pertenezco, soy socio de la RFEJYDA desde febrero de1970. Es mi Federación. He desempeñado función como entrenador nacional juvenil desde 1993 y júnior hasta 2008. Ahora, me ayuda a dar a conocer mis reflexiones, escribo en ella…
Es una etapa más.