José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

El día 1 de abril confinado en casa, por el tema del coronavirus, escucho en televisión, que parecía que se estaban produciendo menos urgencias en los centros sanitarios. Y que si esto se consolidaba se iría volviendo a la normalidad.

Pero ¿cómo se vuelve a la normalidad? ¿Cómo se va a volver a la normalidad?

El Presidente de Gobierno anunció en su momento el “estado de alarma”: todo cerrado y todos en casa. Esto se llevó a efecto de un golpe.

Y ahora mediante unas fases de un nuevo concepto al que nos vamos acostumbrando, “la desescalada”, vamos poco a poco volviendo a nuestra vida.

Se nos va “desconfinando” de nuestras casas, poco a poco y por fases.

Y mediante la desescalada, se abren tiendas, se abren bares, se montan terrazas, aunque todo esto con restricciones.

Y paulatinamente vamos asumiendo la normalidad.

¿Y qué pasa con el Judo?

El Judo es un deporte de contacto y hasta que no se tenga claro que el virus está erradicado, o hay un tratamiento o vacuna, y hay posibilidad de controlar un nuevo rebrote como el que hemos sufrido, pienso que va a ser complicado practicar, por el acercamiento que supone entre personas en el momento de trabajar.

El Judo es un deporte en el que para practicarlo, tenemos que estar cerca y agarrarnos a un compañero. Compañero que percibimos de una manera distinta, mucho más completa que haríamos en otras situaciones y en un sentido mucho más amplio.

Porque al agarrarnos, además de notar su condición física, su nivel técnico, y su capacidad de relación, esa cercanía nos hace compartir su aliento y notar su olor.

En el trabajo en suelo muchas veces intercambiamos sudor, lo que puede parecer antihigiénico y seguro que lo es, pero es así y a nosotros que nos gusta el Judo, que lo hemos mamado desde pequeños, nos hemos acostumbrado, nos resulta normal, no nos molesta y no nos parece mal.

Y es esa relación tan estrecha con el compañero que propicia el Judo, lo que caracteriza y hace del Judo distinto a otros deportes.

Y los valores que el Judo entraña, tienen que ver mucho con esta situación.
Aceptación del contrario, en que con un trabajo diario al final podrá derivar en esta máxima: “Jita kyoei” “Amistad y prosperidad mutua”.

Y aunque nos gustaría que no fuera así, nos da la impresión de que por todo esto, hasta por lo menos después de este verano, no va a poder volver la normalidad a nuestros clubes.
Va a ser un semestre sin Judo. Un semestre sin haber podido trabajar, un semestre con los clubes cerrados.

Y con un poco de suerte, el que se haya podido mantener y pueda levantar la persiana se enfrentará a una sociedad, mermada económicamente, con miedo a las relaciones personales intensas, como puede favorecer y favorece el Judo.

Nuestros alumnos de siempre, posiblemente vuelvan. La captación de nuevos alumnos quizá sea más complicada.

Y nos enfrentaremos a un nuevo curso, después de pasar unos meses en paro, con las dificultades propias de haber pasado esta pandemia.

Sanidad explica que en los clubes, habrá que atenerse a unas normas por parte de los usuarios:

-Desinfectar el calzado al llegar.
-No usar los vestuarios
-No ducharse
-Mantener la distancia de seguridad

La RFEJYDA ha marcado unas recomendaciones:

-Antes de ir al gimnasio, si tienes fiebre o malestar no vayas.
-Lleva tu botella de agua, equipación y judogi limpio y desinfectado.
-Antes de empezar la sesión. Lavarse y desinfectar manos y pies antes de entrar en el tapiz.
-Durante la sesión mantener la distancia de seguridad.
-Después de la sesión. Desinfectarse manos y pies y al llegar a casa el material utilizado.

Tanto Sanidad como la RFEJYDA, lógicamente exigen, mantener la distancia de seguridad. Y eso en Judo… ¿cómo se hace?

Porque si hay que mantener esa distancia, ¿Qué tipo de Judo vamos a hacer?

¿Qué movimientos de Judo vamos a poder hacer a dos metros del compañero?

Tandoku renshu (entrenamiento en solitario), caídas, teoría de Judo…
Esto para solventar una sesión puede estar bien. Pero si no, eso no es Judo, eso solo es ejercicio físico…”solo gimnasia” (como decía el maestro Uzawa).

¿Por qué no te reinventas?, me dice una de mis sobrinas. ¿Y a qué se refiere con reinventarse? Entrar al tapiz y separados hacer ejercicios y caídas. Eso es ejercicio, o practicado de una determinada manera, preparación física: se podrá trabajar la resistencia, fuerza, velocidad, elasticidad, coordinación, que puede estar bien, pero no es Judo.

Lo nuestro es enseñar Judo, y los clubes llevamos muchos años intentándolo. ¿Ahora vamos a cambiar?
Se habla mucho de la nueva normalidad. ¡Qué nueva normalidad!
Normalidad de toda la vida es lo que nos hace falta, no nueva normalidad.
Necesitamos normalidad como siempre.

Poder llegar al club, levantar la persiana, esperar a nuestros alumnos, cambiarnos, pasar al tapiz y empezar. Con ejercicios, juegos, caídas y comenzar a trabajar por parejas, eso es normalidad.

¡Normalidad!, no nueva normalidad, ¡NORMALIDAD!!

En un artículo titulado, “el Judo enseña a vivir”, tratando de explicar lo que era Judo decía:
“Porque Judo es: abrir la puerta, entrar en el club y al respirar y sentir la primera bocanada, entender que allí entre olores, cuadros, fotos, copas… se hace otra cosa, “que se vive” de otra manera.
Y que Judo es saludar al llegar a los que ya están allí y saber esperar que vayan llegando los compañeros.
Y que en esa espera Judo es, saber estar sin levantar la voz y sin jugar, manteniendo un comportamiento que muchas veces extraña a los mismos padres que les acompañan y que contagia a los que entran, y aun sin haber empezado la sesión.
Y que Judo a esa edad es pasar a cambiarse y si les ayudan sus padres, colaborar con ellos a ponerse el judogi, y dejar la ropa ordenada.
Y que Judo poco a poco es aprender a cambiarse solo, y en el vestuario ser ordenado.
En definitiva que Judo es una actitud, cuidar el club, tratar de valerse por si mismo, respetar las cosas de los compañeros y no tocar nada.
Hasta aquí y sin haber pisado al tatami, “ya se ha empezado a hacer Judo”.
Y una vez centrados en el tapiz:
Judo es también pasar al tatami, saludar al entrar y seguir las indicaciones del profesor.
Judo es aprender a anudarse el cinturón.
Judo es obedecer siempre al profesor.
Y Judo es saber estar, no levantar la voz, aprender a como hay que estar sentado en el tapiz y saber esperar.
Y Judo es conocer, tratar, aceptar a sus compañeros y respetarlos.
Y sin haber aun empezado la sesión ya se ha hecho mucho más Judo.
Pero Judo también es ponerse en una fila junto a sus compañeros respetando el grado para saludar.
Y ya en el calentamiento Judo es aprender a correr y desplazarse por el tatami. Y en los juegos, correr, esquivar, saltar, empujar, arrastrar, coordinar… pasarlo bien.
Judo es no hacer trampas, y tener claro que “no vale engañar”.
Judo es jugar con todos, hacer con todos, aprender a elegir y cambiar de compañero.
Judo es ayudar y cuidar a tu contrario.
Judo son las caídas.
Judo es aprender y practicar los movimientos.
Judo es aprender a tirar controlando para evitar que tu compañero se haga daño, y aprender a caer y practicar las caídas para realizarlas con soltura.
Judo es tener contacto físico con tu compañero, sentirlo delante y pelear bajo unas normas que todos aceptamos y respetamos.
Judo es no levantar la voz en clase y estar en silencio cuando se trabaja.
Judo es tratar con tus compañeros, Judo es saber pedir perdón cuando sin querer propinamos un golpe o una patada o tiramos sin un buen control.
Y Judo es saber dar las gracias a tu compañero cuando ha trabajado contigo y te ha ayudado a progresar.
Y Judo es aprender a ganar y a saber aceptar perder y con un fuerte espíritu de superación tratar de remediar la situación.
Concluyendo que Judo es respeto y que Judo son formas.”

Hasta aquí lo que decía el artículo.
Y es a esta normalidad en Judo, la normalidad de siempre, lo que nos gustaría a todos llegar a lograr. Esa vuelta a la normalidad.