No pretendo sentar cátedra con lo que pueda decir, pero entiendo que pueden ser ideas para que el que quiera pueda utilizar. No en vano llevo más de 40 años al pie del cañón en primera línea y cuando yo empezaba todas las indicaciones que pudiera obtener y todo lo que me decían me servía para incluir y probar en mis clases.

Seguro que hay quien lleva mucho más tiempo y tiene más experiencia que yo, y de quien podríamos aprender todos,  pero como no lo escriben… no tenemos oportunidad de hacerlo.

Los alumnos cuando se inscriben en el club lo hacen con una motivación

Como dice el psicólogo deportivo Jean M. Williams, el mejor profesor o entrenador no es el que más sabe de su deporte sino el que más sabe de sus alumnos y de lo que les ha llevado a practicar ese deporte.

Cuando son niños los apuntan sus padres. Los padres quieren lo mejor para su hijo y piensan en el Judo para canalizar su energía, trabajar su psicomotricidad y que de alguna manera adquiera hábitos que le sirvan para la vida.

El profesor tiene que conseguir que el niño se divierta y que se sienta importante. Y además que  haga ejercicio, aprenda los movimientos y se vaya impregnando del espíritu del Judo.

Existen objetivos en los dos sentidos. Por parte de los alumnos y por parte del profesor.

Los alumnos vienen con unos objetivos que el profesor tiene que tratar de intuir o conocer.

¿Con qué objetivos vienen los alumnos? A los pequeños inicialmente los apuntan sus padres por las razones que hemos expresado antes. 

Una vez iniciados, el profesor tiene que tratar de “engancharlos”. Tiene que conseguir que el Judo les guste. Que les guste aprender y practicar movimientos, que les guste “pelear” haciendo Judo, que les guste estar con sus amigos, que les guste hacer deporte y que el mundillo del Judo empiece a entrar en ellos… que comiencen a sentir que lo que hacen en el club es distinto…, que son judokas.

El adulto viene a hacer deporte, quiere hacer ejercicio, mejorar su condición física, bajar de peso, aprender Judo, tener un método de defensa, relacionarse…

¿Qué objetivos se plantea el profesor? El profesor necesita llenar sus clases, y tiene que tratar de conseguir que sus alumnos salgan satisfechos de las sesiones, con la sensación de haber aprovechado el tiempo, aprendido y progresado.

¿Con qué contenidos cuenta y en que forma? Parafraseando al entrenador serbio de fútbol Voskov que decía “futbol es futbol”, Judo es Judo y en las clases de Judo hay que hacer Judo. Y Judo se hace aprendiendo y practicando movimientos, repitiéndolos en diferentes oportunidades y en distintos desplazamientos y tratando de pulir detalles cada vez que se realizan.

Los entrenamientos de cada deporte son siempre parecidos. Se podrá cambiar el calentamiento y la introducción, pero en el momento de practicar, futbol es futbol y Judo es Judo.

Los entrenamientos en las universidades en Japón  son siempre muy similares. Un primer tiempo corto de estiramientos y calentamiento articular, media hora de uchi komi para pasar a hacer “ju renshiu” (literalmente entrenamiento suave), que así llaman ellos a lo que nosotros llamamos randori, normalmente no menos de una hora.

En nuestros clubes y con nuestra mentalidad, no hay que hacer solo esto si queremos conservar a nuestros alumnos. En las clases de veteranos o de Judo lúdico los calentamientos podemos tratar de hacerlos distintos haciéndoles trabajar de diferente manera la condición física.

En las sesiones normales de niños, en cuanto a Judo se refiere,  nos podríamos plantear dividir el curso de Judo en tres unidades. Primer trimestre repaso, consolidación de los movimientos ya aprendidos y recuperación de la forma física, segundo trimestre aprendizaje de los movimientos nuevos de cada grado y puesta a punto para las competiciones si las hay, y tercer trimestre terminar con las competiciones, ultimar y preparación de examen, para luego pasar de grado y preparar y realizar, si es el caso, exhibiciones de fin de curso.

Los objetivos para los grupos de adultos no competidores, además de los inherentes a la practica del Judo: hacer deporte, cambiar de ambiente, relacionarse, puede ser el de preparar pasar de grado. Con los kius es evidente. Con los danes desde el principio de curso, hay que ver quien cumple los requisitos o que hay que hacer para cumplirlos y empezar  a trabajar: conocer el programa, los movimientos, mecanizar, sentir, perfeccionar…

Los tiempos son distintos para los competidores. Los competidores tienen que trabajar en base a su calendario, sus objetivos de competición y preparar sus combates. Tendrán que preparar y hacer sesiones específicas de preparación física fuera de las sesiones de Judo.

Y durante las sesiones, tienen que insistir en los movimientos con los que saben que ganan, buscar objetivos de procedimiento que les ayuden a ganar y tienen que estudiar recursos y trabajarlos para incluirlos en su sistema de competición. 

Trabajando en esta reflexión me ha traído mi alumno Daniel García este pensamiento que le había mandado un amigo y que circula por las redes.

Daniel García es 2º dan de Judo, entrenador de tenis y durante el curso además de estudiar, imparte clases de tenis. Entre sus compañeros de tenis y de la Universidad, destaca por su físico y a veces le comentan que está así porque practica Judo… y que es genético y un amigo le ha mandado este pensamiento. Se refiere a los que se dedican a hablar… 

Dice así:

Lo llaman suerte pero es constancia

Lo llaman casualidad pero es disciplina

Lo llaman genética pero es sacrificio

Ellos hablan, tú te entrenas…

Y esto evidentemente podemos aplicarlo a cualquier actividad…

Para los profesores de Judo que llevamos toda la vida “peleando” por nuestro club y que hemos vivido y vivimos el Judo como nos gusta, podíamos enunciarlo así:

Lo llaman suerte pero es dedicación

Lo llaman casualidad pero es trabajo

Lo llaman genética pero es interés

Ellos hablan, tú te preocupas…

Y es por eso que un año más, vamos al lío