
José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo
Mi alumno David Millán, cuando con 18 años era cinto marrón, estaba en la fase de realizar los cursos para poder presentarse a cinto negro, y los estaba haciendo, ilusionado.
Y me preguntaba: ¿qué puedo hacer para progresar?, ¿qué puedo hacer mejor?
Mi contestación era: entrenarte más y preocuparte, dedicar más tiempo, y seguir practicando.
Insistía, ¿y cuando pase a cinto negro, que tendré que hacer para mejorar? Y yo contestaba lo mismo: entrenar más, no dejarlo.
De vuelta a casa, como no le ví muy conforme con mi respuesta, seguí pensando en él. Y pensé que lo que tiene que hacer es seguir con interés corrigiendo y practicando los movimientos.
Y se me ocurrió, que la próxima vez que me lo fuera a encontrar le preguntaría: ¿David, tú conduces?, ¿tienes carné? Presumía la respuesta, porque se que lo tiene.
¿Y que haces para conducir cada vez mejor y con más soltura? Y no se lo que me contestará, pero la respuesta, yo también la tengo muy clara y es: conducir más, seguir conduciendo. Y aprovechar diferentes espacios, con más o menos tráfico, de día y de noche, y es esa práctica, lo que le hará coger sensaciones, seguridad y destreza al volante.
A nadar se aprende nadando, a conducir se aprende conduciendo y los movimientos de Judo se aprenden, se sienten, y se integran en el judoka, practicándolos. Cuantas más veces y más tiempo, mejor.
David paso a 1º dan, opositó a la Guardia Civil, que era su ilusión y su proyecto de vida, y pasando todos los procesos, allí está, metido en el Cuerpo. Apenas lo veo porque no está en casa, pero recuerdo con cariño su ilusión, su práctica, y toda su vida en torno al Judo, incluida la preparación de obtención de su primer dan.
Con la misma problemática, ahora, Cesar Suárez, también preparando su paso a cinto negro, me pregunta ¿qué puedo hacer para mejorar?
Y mi respuesta es parecida: preocuparte más. Preocuparte más por hacer bien los movimientos, por hacer mejor, y repetirlos. Dedicar más tiempo, no hacer por hacer, que cada acción que hagas, tenga sentido…
Recuerdo mis primeros tiempos, quizá antes de obtener el primer dan, nuestro nivel de Judo seguro que era muy básico, pero nuestra ilusión por el deporte que estábamos practicando era máxima, y dedicábamos todo nuestro tiempo y poníamos todo el esfuerzo en practicar y practicar para progresar.
Con mis amigos de Judo, Jesús Sánchez y Manolo Hernández, capitaneados por nuestro Profesor Ángel Claveras los fines de semana, quedábamos sábados y domingos para hacer entrenamientos de ne waza, y en un momento determinado realizar tandas de 500 uchi komi, alguna vez tratamos de llegar a 1000, que no se si bien o mal hechos, pero lo intentamos cumplir.
Las veces que he estado en Japón, en diferentes universidades, dedican en cada sesión de mañana y de tarde un tiempo a hacer uchi komi, y un mínimo de una hora al ju renshu, (lo que aquí llamamos randori). Un tiempo que todos hacen, todos los días, por la mañana, por la tarde Y lo hacen todos. Los que hacen muy bien, los que no hacen tan bien, siempre refiriendo y comparando entre ellos, y a distancia de nosotros…
Y así los cuatro años de Universidad, entrenándose cada día, (conduciendo cada día), resolviendo los distintos problemas que se crean entre ellos, llegan a hacer como hacen y dan respuesta a las preguntas de David y de Cesar, de qué pueden hacer para progresar, para hacer mejor: dedicar más tiempo, preocuparse por corregir y entrenarse más.