José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

El pasado 1 de febrero, tuvimos en la Federación Aragonesa un seminario de arbitraje, para poner al día a árbitros y profesores de la autonomía.

El seminario lo impartió Jesús Gallego, árbitro internacional, miembro de la comisión nacional de arbitraje y responsable del colegio regional de árbitros.

Trató de aclararnos las nuevas normas que se han introducido después del Torneo de Paris y que, de momento, van a funcionar a partir de ahora.

En cuanto a las valoraciones.

Se vuelve a contar con el yuko.

En mis primeros tiempos de Judo, final de la década de los 60, comienzo de los 70, los combates de Judo se ganaban por ippon, wazari o decisión.

Recuerdo al maestro Luís Zapatero, arbitro internacional, en aquel momento de los pocos y mejor que podía haber en España, cuando explicaba y justificaba el sentido del ippon.

Un ippon era un “fuera de combate”. El Judo provenía del ju jutsu, una forma de lucha, y pedía imaginar una proyección de Judo sobre el asfalto o la acera de la calle, en que sería imposible para el que había sido proyectado, levantarse y seguir en la contienda. Quedaba fuera de combate. En suelo, con un estrangulamiento o una luxación de codo, era evidente que no podría seguir, y los 30 segundos de inmovilización, se presumía que era el tiempo que durante la pelea le costaba al que inmovilizaba sacar la daga, o el puñal de su funda, para terminar con su rival.

El wazari era para cuando el contrario no había caído lo suficientemente fuerte y podía levantarse para seguir la disputa. Tras dos wazaris, se entendía que, con dos tantarantanes de ese nivel, el rival quedaba anulado.

Y la decisión, cuando el tiempo del combate terminaba, y ninguno de los dos había conseguido proyectar, el árbitro tenía que valorar, para decidir quien era el ganador, si había habido alguna técnica con un peligro real a punto de proyectarlo, y si no, las entradas que cada uno había realizado, o finalmente la actitud y ganas de ganar que había puesto cada uno durante el combate.

Esta fue la primera explicación que oí y entendí, y mis primeras nociones de porqué y cómo se ganaba un combate de Judo.

Como valoraciones solo existía el ippon, el wazari y la decisión, luego se instauró el koka y el yuko. El koka ya no existe y el yuko ha habido un tiempo que no se ha valorado, pero ahora se ha vuelto a instaurar.

A tener en cuenta que, las características que debe reunir un ippon son: fuerza, velocidad y control (proyección sobre la espalda). Si falta alguno de estos requisitos, la proyección se valoraría como wazari, y sería yuko en las caídas de costado, o con falta manifiesta de fuerza y velocidad.

En cuanto a salidas de la zona de competición

Las primeras competiciones oficiales que yo viví y recuerdo fueron en Zaragoza. Las arbitraba Luís Zapatero, porque era el único árbitro que existía en la regional. Luís Zapatero era el profesor de Judo del club Judokwai en Zaragoza y era árbitro internacional.

Entonces, la mayor parte de las competiciones se realizaban en los clubes. Recuerdo, incluso fases de la liga nacional, allá por los 70, en zonas que se habilitaban en los clubes, en absoluto “reglamentarias”, jugando con los espacios entre columnas.

La razón era porque no existía el tatami como se conoce ahora. Los tatamis que había en los clubes de Judo, eran de paja y mantas, con una lona encima y no se podían mover.  

Tampoco existían tantos polideportivos ni salas donde poder instalarlos. En un momento determinado, nuestra territorial consiguió un tatami (50 planchas), que le pasó la Federación Española.  

Como todas las planchas eran de un mismo color, se colocaba una cinta roja o blanca para delimitar el área de combate, y evitar que los competidores salieran y se proyectasen fuera.

Las salidas del tatami no se sancionaban. Cuando los competidores se acercaban a la línea roja, (si se había puesto), o al límite del tapiz, el árbitro anunciaba mate y los hacía volver al centro.

En suelo, cuando existía inmovilización, si en los intentos por escaparse, se salían o estaban a punto de hacerlo, el árbitro anunciaba sono mama (no moverse), y con la ayuda de los jueces y si no de otro competidor, ante el asombro del público, al que siempre provocaba hilaridad la situación, los arrastraban al centro.

Con las nuevas normas, las salidas en tachi waza y ne waza intencionadamente del área de combate, serán sancionadas con shido.

Mientras uno de los dos competidores esté tocando el área de combate, se puede seguir la acción, pudiendo atacar y valorar.

En cuanto a agarres

Cuando los competidores luchaban por conseguir su agarre y no se agarraban, el árbitro anunciaba mate los juntaba y colocaba en el centro del tapiz, y cogidos con un agarre fundamental, hacia proseguir el combate.

Los agarres de pistola, solapa, o metiendo los dedos por dentro de las mangas, antes sancionados, ahora se admiten.

Agarrar la pierna sigue sin estar permitido, la pierna del contrario solo se puede tocar hasta la altura del faldón, por debajo de este, esta sancionado.

Romper el agarre y separarse está sancionado con shido.

Romper el agarre a una mano, se puede hacer, pero buscando a continuación una oportunidad de ataque.

El “abrazo del oso” directo se permite siempre que no se junten ni se agarren las manos.

Y hablando de agarres de piernas, la primera vez que vi, y al primero al que ví hacer morote gari en competición con efectividad, fue al maestro Gerardo Poncela, entonces aun competidor.

Estoy hablando allá por los 70, en la liga nacional. Se enfrentaban en las instalaciones de la Academia General Militar de Zaragoza, el equipo de Aragón con, no se si con el de la alavesa, vasca, o guipuzcoana, el caso que en su equipo llevaba a Gerardo Poncela.

Recuerdo que marcó varios ippones agarrando las piernas, sorprendiendo a sus rivales, realizando morote gari con mucha efectividad.

Y lo tengo grabado en mi mente, porque se llevó por delante al puntal de nuestro equipo, entonces mi Profesor, Jesús Vicente, un policía nacional, fuerte de verdad, que habitualmente ganaba sus combates aplicando un ko soto gake contundente.

En cuanto al apoyo de la cabeza

La cabeza ahora dejará de ser sanción y se puede apoyar si es como ayuda para ejecutar una técnica. El “zambullirse” en técnicas tales como uchi mata sigue siendo sancionado con hansoku por su peligrosidad.

Y estos son los cambios, que nos transmitió Jesús Gallego en el Seminario del pasado día 1, ya en vigor para todas las competiciones, pudiendo sufrir quizá pequeños ajustes, después del próximo mundial de Hungría.