José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

“No había conocido nunca el Judo de cerca…, y es que el Judo es elegante”, comentaba mi sobrina Begoña a mi hermana Pilar, una mañana tomando un café, que desde que su pequeño Quique hace Judo, empezó conmigo y ahora hace con mi amigo y socio Jesús Sánchez, cuando lo va a buscar y llega antes, a veces pasa a ver la sesión y ve como se desarrolla.

Y continúa, “van todos de un blanco impoluto, y están en silencio. Con sus cintos de colores, haciendo caso al Profesor, saludando a cada momento, ayudando a levantarse a su compañero cuando lo tiran…”, y dice, “y es que el Judo, resulta elegante…”

Llevo toda la vida haciendo Judo. El club de Judo Las Fuentes va a cumplir 50 años, y es ahora cuando en mi familia empiezan a dar importancia al Judo, y a mi dedicación como Profesor de una actividad, cuando ven como influye en sus pequeños, y como estos, salen cada día entusiasmados, felices y distintos, después de haberla practicado.

Y no se si se pueda o deba llamar elegancia, pero educación o una forma de conducirse en los clubes de Judo, si que es lo normal, y existe. Y lo propicia el Judo. El protocolo de necesitar un tapiz, de tener que ir descalzos, saludar antes y después de cada práctica, y de al ser un deporte de contacto, el cuidado y la responsabilidad que asumimos sobre nuestro compañero, que muchas veces llegará a ser nuestro amigo, es evidente.

Y como el Judo se propaga y difunde a través de los Profesores y se manifiesta en las competiciones, me veo obligado a comentar estos dos aspectos en donde se revela.

Elegantes, muchos Profesores me han parecido elegantes, educados y cortados por un mismo patrón y todos elegantes en su forma de actuar y de conducirse. Admiro y conozco a muchos, y por algunos tengo especial cariño y devoción.

Pero me gustaría destacar y no quiero que nadie se ofenda, como elegantes impartiendo Judo, y demostrando movimientos, a mis Profesores franceses Juan Cotrelle y Jacques Leberre. Seguro que existen y son muchísimos más, pero yo tengo una imagen y un especial recuerdo de la elegancia de estos dos expresando su Judo.

Compitiendo es más complicado apreciar la elegancia, porque en el barullo del combate, valoramos la técnica, la habilidad y rapidez para aplicarla en el momento oportuno, la inteligencia para sacar adelante un combate, el trabajo físico que hay detrás de cada uno, pero catalogar de elegante a uno que compite resulta más complicado.

De entre los nuestros yo recuerdo a Ignacio Sanz Paz. Y seguro que, aun siendo muy complejo resaltar la elegancia en un combate, podía apostar y nombrar muchos más. Pero no lo voy a hacer, y por lo que vuelvo a disculparme, porque no puedo nombrar a todos, no me cabrían aquí, pero la imagen de Sanz Paz en el mundial de Paris del 79, encadenando fácil un uchi mata tras otro, poniendo en pie a todos los entendidos que se encontraban en las gradas del Pierre de Coubertin, la tengo grabada en mi memoria.

Seguro que hay muchos más Profesores y competidores a los que se puedan considerar elegantes, pero estos son los que, a mí, en su momento, me lo han parecido.

Quizá lo que mi sobrina Begoña, quiso expresar en su comentario, no es lo que es en sí el factor de la elegancia, que es algo muy subjetivo, sino la disciplina que observa en el grupo durante la sesión y que de alguna manera respira cuando trae a Quique, y entra en el club.

¡Pásalo bien! es una expresión que me he acostumbrado a oír, por parte de algunas mamás cuando dejan al pequeño antes de la sesión.

Y por supuesto que el niño tiene que pasarlo bien. Pero hay formas y formas de pasarlo bien. En un contexto de Judo, pasarlo bien, es aprender una disciplina deportiva, saber comportarse cumpliendo unas normas, respetando y sintiéndose respetado por sus compañeros.

Pasarlo bien es apreciar, como los movimientos a base de repetir, repetir y repetir, y a base de esfuerzo y concentración, le comienzan a salir.

Y pasándoselo bien, el niño hace ejercicio, aprende y practica los movimientos, aprende y comienza a relacionarse, se acostumbra a obedecer y a respetar, va creciendo y se va haciendo mayor, con este contenido en que el respeto, la disciplina y también elegancia conforman lo que es, en definitiva, el Judo.