José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

Mi alumno David Crespo me censura cuando le enseño algún artículo, donde integro partes, o incluyo artículos completos ya publicados, porque pienso que a lo mejor en su momento no se leyeron, o que vienen al caso por el tema que estoy tratando, y ya tengo escrito. Me reprocha que no sean textos nuevos, y que tire de hemeroteca.

Los Profesores de Judo, y profesores de cualquier materia, aparte de las distintas situaciones que en el trato con nuestros alumnos cada día se nos pueden presentar, en el momento de enseñar y demostrar movimientos, tenemos un programa.

En Judo, existe una progresión en el aprendizaje donde los movimientos están agrupados de una determinada manera y el nivel que el judoka va adquiriendo se manifiesta por el color del cinturón.

En la enseñanza, en las distintas asignaturas, en matemáticas, en física, en química, en lengua, en cada curso hay una teoría específica, y con el tiempo y la práctica y el día a día, se van afianzando los conocimientos.

Cuando un niño aprende a sumar, a restar, a multiplicar, a dividir, a leer, al principio irá lento y le podrá costar, pero a base de hacerlo a diario, integrará en su cerebro esa forma de razonar y relacionar hasta hacerlo de forma inconsciente y sin costarle nada.

En nuestras clases de Judo, los Profesores tenemos que tratar de enseñar Judo. Y el Judo son muchas cosas. Pero son muchas cosas que se aprenden y se interiorizan a través de la enseñanza y la repetición.

Por supuesto que para interiorizar, es primordial el cuidado de las formas, pero también es, a través del aprendizaje y de la práctica de las técnicas, de los movimientos.

Un pequeño, cuando aprende a sumar, se ayuda a contar con los dedos. Cuando un principiante en Judo comienza a conocer un movimiento, tiene que pensar y mecanizarlo todo. Donde pone los pies, como agarra, qué tiene que hacer con las manos, cómo coloca su cuerpo, cómo tiene que hacer para levantar, para proyectar, controlar…

Cuando el pequeño ha aprendido a sumar, en ocasiones practica con juegos de números y en muchos casos llega a adquirir una soltura con su mente y una facilidad, que nunca hubiera podido imaginar cuando empezó.

Conforme el inexperto en Judo, comienza a practicar, a base de repetir y de hacer los mismos movimientos, los mecaniza y va interiorizando, resultándole más fácil el llegar a hacerlos con cierta soltura.

Los uchi komi del que empieza, suelen adolecer de coordinación, de forma, que a base de repetir y corregir empezará a hacer bien y empezará a sentir.

Es por eso que en las sesiones de Judo no nos tiene que importar a los Profesores, el hacer repetir las veces que haga falta los movimientos a nuestros alumnos.

El maestro Henri Birnbaum, el Sr Birnbaum, en los cursos de Profesores nos hacia resaltar la importancia de ser “pesados” como Profesores en hacer repetir y trabajar a nuestros alumnos cada técnica, hasta que llegaran a realizarla con un nivel aceptable.

Habrá quien pensará: ¡pues vaya rollo esto del Judo, tanto repetir! Pero no es así. A todos nos gusta hacer lo que dominamos, y conforme repitamos ese rollo, ese rollo comenzará a salir mejor, empezaremos a sentir las acciones básicas de cada movimiento, iremos afianzando nuestra base de Judo y podremos sentir la progresión, el Judo llegará a gustarnos más y las sensaciones serán mejores.

Por otra parte, nuestros alumnos, cuando vienen a nuestras clases de Judo, vienen “a ver que es esto del Judo”. Y quieren aprender Judo y hacer ejercicio.

Aprender Judo implica entender y asimilar unas formas de conducirse, y practicar unos movimientos en un ambiente y entorno determinado.

Hacer ejercicio, puede ser “solo gimnasia”, como decía el maestro Uzawa, se puede hacer también, tratando de introducir “fantasías orientales”, o aprendiendo, practicando y repitiendo los movimientos de cada programa, que en un cierto plazo de tiempo, entenderán, sentirán, les dará seguridad y les proporcionará una base de Judo.

Y a continuación quiero poner, aun sabiendo que no es del gusto de David que repita artículos, un artículo que escribí en 2008 y se publicó en Arajudo. Fue uno de mis primeros artículos, el número 11, cuando empezaba a escribir, y plantea esta situación de repitiendo siempre lo mismo.

“Si siempre hacemos lo mismo…”
Al segundo mes de comenzar el curso en una clase de un colegio con 24 niños, entre 6 y 11 años, de los que la mitad son nuevos, cuando repasando movimientos un antiguo amarillo naranja, viene y me dice: “Profesor si cada año hacemos siempre lo mismo porque hay nuevos, no vamos a aprender nada…”

Ante esa pregunta se me ocurrió la siguiente reflexión y pregunté:

¿Quién de vosotros juega al fútbol?, levantaron la mano varios. No, pero ¿quién juega de verdad, de forma seria? ¿Quién se entrena con cierta periodicidad? Levantaron la mano menos e interrogué a uno de los más serios. ¿Cada año se apuntan niños nuevos a fútbol? Si claro, muchos.
¿Y en qué consiste un entrenamiento de fútbol? ¿Que hacéis para empezar? Corremos alrededor del campo. Y ¿corréis todos o solo los nuevos? Todos. ¿Y después? Hacemos pases con el balón. ¿Todos o solo los veteranos? Todos. ¿Y después? Hacemos tiros a puerta. ¿Todos o solo los nuevos? Todos.

Evidentemente los veteranos os cansáis menos, hacéis mejor los pases de balón, tiráis más fuerte a puerta, pero todos tenéis que hacer todo, muchas veces, para conseguir dominar el balón y dominar el juego.

En Judo esta claro que un o soto gari de un veterano es mucho mejor y más efectivo que el de un nuevo, pero también tiene que practicarlo para llegar a sentirlo.
Más adelante cuando trabajemos el programa de examen, los nuevos aprenderán y trabajarán los movimientos para pasar a blanco amarillo y los veteranos a su cinto. Terminará el curso y cada uno habrá obtenido el grado correspondiente.

En las competiciones hay unos movimientos que se usan más que otros. Hay campeones del mundo y olímpicos que han ganado con o soto gari y con o goshi, “que son movimientos que se aprenden para cinturón amarillo”, pero que si salen… sirven para siempre.

A nadar se aprende nadando, y Judo se aprende practicando, aunque sea muchas veces los mismos movimientos. Cada movimiento tiene infinidad de detalles y de posibilidades de aplicarlo, por eso el Judo es tan difícil, tan largo, tan apasionante y tan bonito.

Un movimiento se puede trabajar mucho tiempo y no llegar a dominarlo en todas las situaciones posibles.