Los últimos han sido Ignacio Alcibar (número 46 de cinto negro), Emilio Serna (número 88), y coincidiendo en el tiempo también el japonés Awazu en Francia…

En Aragón, lo digo porque es mi autonomía, en estos años ya se han ido José Yagüe, Pedro Auria, José Maria Lacasta… 

En España nos han abandonado de forma natural ya, entre otros, Alfredo San Bartolomé, Fernando Franco, Manuel Palacio, Miguel Real, Enrique Azcarate, Santiago Ojeda, Miguel Erice, Roland Burger, Henri Birnbaun, Jesús Alcibar, José Luís De Frutos, Fernando Fernández, Fernando Reyero, Paco Talens, Amado Ramos, Toshiyasu Uzawa, Ignacio Alcibar, Emilio Serna, aunque nunca nos parece que sea natural ni que sea oportuno que nadie se vaya.

También y por accidente… José Miguel Sanz, María José Blázquez, Sergio Cardell, Francisco Ayala, José Juan López Recarte…

Y los que quedamos vamos tomando posiciones, para encarar la recta final.

Prácticamente todos los Profesores que impartieron mis cursos de titulación: 

Paco Talens, Fernando Reyero, Henri Birbaum, Emilio Serna, Toshiyasu Uzawa, ya han partido…

Es una consecuencia del paso del tiempo y como dice la canción “unos que nacen otros moriran…”

Y como llevan mucho tiempo en el candelero, poco antes de irse, algunos acaban de recibir su reconocimiento en forma de octavo o noveno dan y apenas llegan a tener tiempo de disfrutarlo.

Lo que nos lleva a pensar y a decir ¡que temprano se nos hizo tarde!

Pero hay que aceptarlo, asumirlo y tratar de entenderlo. Y de cada uno de ellos podemos mirar hacia atrás y ver su trayectoria. Y es lo que hay. Y los que nos quedamos tenemos que seguir adelante. No hay otra. Vivir el presente y disfrutarlo.

Los judokas tenemos nuestras fases.

Cuando somos jóvenes, lo tenemos todo. Tiempo, juventud, salud, todo un futuro por delante, un abanico de posibilidades. Practicando Judo pasamos por una fase de competición, nos hacemos profesores y empezamos, impartimos clases, tenemos alumnos y seguimos adelante… vamos ganando puntos, y cumpliendo ciclos nos vamos posicionando.

El recorrido puede ser:

“Cumples los 20, llevas los 30, pasas los 40, dejas los 50 y llegas a los 60. Si consigues los 70, cuando recibes los 80 cada día ya es un regalo y cada jornada conforma un ciclo completo”.

Al ser judokas observamos de manera más evidente como este paso del tiempo nos afecta, como dice Jorge Manrique

“Las mañas y ligereza

y la fuerza corporal

de juventud,

todo se torna graveza

cuando llega al arrabal

de senectud.”

Algunos pensaran que este es un artículo triste. Pero no tiene porque ser triste. Es realista y es un artículo de reconocimiento a todos los que nos han precedido y han hecho de su vida el Judo y aunque no estén ahora, han formado, forman parte y son responsables del Judo actual.

Sin ellos esto no hubiera podido ser. Algunos no están, pero quedan sus alumnos, su legado.  “En barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada” (Gabriel Celaya)

Y nosotros que estamos pilotando nuestros propios barcos compartiendo su bandera, tenemos que seguir mientras aguante “el cuerpo”, viviendo, disfrutando del Judo y haciendo lo que siempre hemos hecho. Con nuestras clases, nuestra gente, nuestros alumnos, nuestros niños… cogiendo el testigo de los que han estado antes que nosotros. En definitiva con nuestra vida en torno al Judo.

Porque todos somos alumnos y maestros en la escuela de la vida.

Para al final del camino estar en paz con nosotros y con nuestra vida y poder expresar como decía Amado Nervo

“Vida nada me debes

Vida nada te debo

Vida estamos en paz” 

 

No hay otra…