José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

¡El tirar en Judo es lo más!, es el comentario que hace un alumno mío cinto marrón, a un compañero al terminar una sesión en que hemos dedicado un tiempo a hacer nage komi utilizando la colchoneta. Y quizá dice eso, porque no está acostumbrado a tirar demasiado, y es porque en mis clases desde hace muchos años, apenas se tira.

Pero el Judo es un deporte donde se aprenden los movimientos con la finalidad de proyectar, al contrario. Y ¿por qué en mis clases no se tira?

En su momento, tratando este tema, escribí un artículo que titulaba “Caer por caer” y que, en 2016, Alfonso Escobar subió en esta página. En ese artículo trato de justificar por qué no debemos caer tanto. Como habrá quien no lo recuerde, lo incluyo a continuación. Entiendo que habrá muchos Profesores que no compartan esta opinión. Pero los tiempos evolucionan, y muchos deportes se van adaptando a nuevas tendencias y situaciones.

Evidentemente es tirando como aprendemos y entendemos los movimientos de Judo, y son las proyecciones lo que argumenta su práctica. Y es a base de tirar con cada movimiento que el judoka va aprendiendo, asimilando y creando su Judo.

Lo que a veces no somos conscientes es, de con qué jugamos. Qué es lo que tiramos.
Proyectamos a nuestro compañero. “No estás jugando con una pelota, es un niño como tú, y tienes que cuidarlo”, tengo que indicar a veces a un pequeño, o no tan pequeño, cuando veo como trata en ocasiones a su compañero sin ninguna deferencia. “Simplemente por la posibilidad de quedarte sin compañero, tienes que tratarlo con cuidado. Está aprendiendo Judo como tú…”

En mis sesiones evito que tiren con los movimientos en que la caída provoca un impacto importante en las articulaciones. Proyectamos con los movimientos que de alguna manera pueden realizarse de forma rodada, y las caídas pueden ser siempre controladas y pactadas.

De los quince movimientos que hay en el programa para primer dan, vamos tirando de manera adaptada en, de ashi barai, o soto gari, hiza guruma, o uchi gari, tai otoshi (rodado), okuri ashi barai, sasae tsuri komi ashi, y evitamos tirar, aunque hago que levanten, en seoi nage, o goshi, tsuri komi goshi, uki goshi, harai goshi, uchi mata, uki otoshi y kata guruma.

Para que reconozcan cómo es cada movimiento tirando, y cómo tienen que realizar los movimientos de manera completa, a menudo practican nage komi tirando con fuerza en la colchoneta, pero cuando aprenden los movimientos, los reconocen y los practican en el tatami, solo tiran en los movimientos en que las caídas son rodadas, pactadas y controladas. En los movimientos que causarían impacto al caer, solo levantan.

A la hora de hacer randori, les indico que traten de “jugar”, sin abusar de las caídas, aunque por supuesto, tirando cuando hay que tirar.

Conforme se acerca el momento de pasar a 1º dan comienzan a practicar los movimientos, tirando sobre el tapiz, pero toda la parte de aprendizaje y de preparación, la hacen tirando lo menos posible, levantando en los movimientos cuando procede levantar, o con caídas rodadas y controladas, y sobre la colchoneta de nage komi.

Caer por caer (2016)

¿No os hacéis daño? Decía mi madre una vez que acudió a ver una demostración que organizaba la Federación. Y daño, daño… si el tapiz está bien montado sobre una zona que amortigua bien no te haces, y realizando bien las caídas evitas romperte algo, pero no evitas los microtraumatismos.

En su momento pude ver una película que trataba de los microtraumatismos en el deporte. Se veía un corredor en rayos X cómo sus articulaciones a cada zancada sufrían un impacto, en los tobillos, rodillas, caderas… También una proyección de Judo, donde se observaban todas las repercusiones que tenía en su organismo el que era proyectado.

En mis comienzos de Judo ya de cinto azul y marrón me gustaba caer y caía mucho. Recuerdo un examen al que acompañé y que realizó en Fraga mi profesor Ángel Claveras. El profesor en Fraga era Salvador Cónsul entonces cinto verde. Ángel examinó a sus alumnos y luego explicó e hizo una demostración de los movimientos. Adivinad quién le hizo de uke. Y el tatami era especialmente duro. ¡Puro suelo!

Además, la influencia de nuestro profesor Jean Cotrelle propiciaba este hecho. En un momento determinado sufrí una osteopatía de pubis. Una osteopatía de pubis se produce por una descompensación de los músculos abdominales y abductores, lo que provoca un arrancamiento óseo y se manifiesta con un dolor en el pubis, que te imposibilita en ocasiones incluso el andar.

Cuando el Dr Zoppetti, traumatólogo, vio las radiografías, no dio importancia a la osteopatía, se quedó asombrado con el desgaste que observó en mis caderas con relación a mi edad y me vaticinó que era carne de prótesis de cadera.

En mi caso el proceso se aceleró por un accidente y el Dr Zoppetti resultó tener razón.

“Yo bien que te di a luz sano”, decía mi madre cuando llegaba a casa con las molestias producidas después de cada sesión.

El hecho es que es bueno practicar deporte. Y dentro de los deportes, por todos los valores que encierra es mejor practicar Judo. (¡Qué voy a decir yo!)

Porque el deporte es sano pero llevado a la competición el deporte ya no es tan sano. Las caídas repetitivas que el Judo conlleva no pueden ser beneficiosas para las articulaciones y el aparato locomotor.

Incluso cayendo bien. Caer bien en Judo evita roturas o luxaciones, pero no los traumatismos que son continuos.

El que quiere competir tiene que entrenarse fuerte y en consecuencia tendrá que caer. Pero caer por caer… por eso mantengo que en las
sesiones hay que evitar las caídas.

El Judo es relativamente joven. Los que empezaron con Judo en España nos van dejando. No hay, no puede haber un estudio porque los que nos dejan son la primera generación. Los últimos han sido los pioneros Antonio Nacenta y José María Chinchurreta.

En el Torneo de Paris si te fijas en los antiguos, que asisten como espectadores, van todos renqueando. Seguro que la edad influye, pero ¿cómo andarían si no hubieran caído tanto?

Es duro que sea yo el que tenga que decir esto. Pero hay que ser realista.

Nuestra función como profesores de Judo es enseñar Judo. Pero Judo es todo y dentro de esa enseñanza tenemos también que tratar de ayudar a la formación integral de nuestros alumnos, conseguir su bienestar, y para eso es importante preservar su salud.

Con la salud de nuestros alumnos, los Profesores de Judo tenemos una responsabilidad.

En principio el deporte es sinónimo de salud y el Judo además de un deporte es una forma de vida. Pero llevado a la competición…

Algunos puristas se escandalizarán por lo que digo, pero pienso que es mi obligación.

Los Profesores de Judo queremos que nuestros alumnos tengan los mayores éxitos deportivos si ellos lo quieren así. Y queremos el mayor éxito y mejor asentamiento en su vida, aunque a veces ellos no pongan todos los medios que pensamos que deberían. En definitiva, queremos que sean felices.

Por eso no podemos exigirles cada día que caigan. Caer por caer no tiene sentido. Cuantas menos caídas durante la sesión mejor, y las que haya que hacer si es posible bien amortiguadas. Los nage komi siempre en colchoneta.

Incluso en la preparación de nage no kata, durante su preparación y entrenamiento muchas caídas también en la colchoneta, como los nage komi.

Porque hay que proteger el deterioro de nuestros alumnos y evitar el caer por caer.

Hasta aquí era el artículo subido en 2016, que al releer ahora sigo apostillando, aunque entiendo que a nuestros judokas, llenos de vida y salud, con las facultades físicas intactas, les pueda parecer que, “el tirar en Judo es lo más”, y de hecho así le pareció y expresó mi alumno.

Pienso que para nosotros, tirar en Judo, tiene que ser el objetivo y la finalidad de cada movimiento, pero lo que para nosotros, “tiene que ser lo más”, es preservar la integridad de nuestros alumnos, y que, si para conseguir eso tenemos que hacer que tiren y caigan menos, tendremos que hacerlo, porque en alguna forma es nuestra responsabilidad.