El maestro Suk Joo Chung llegó a España hacia 1973 a Santander, invitado por el maestro Lee Young. De Santander pasó a Bilbao y estuvo un par de años impartiendo clase en el gimnasio Yamagata, para más tarde montar su propio Gimnasio Escuela Chung.

Fue en la década de los 80 cuando tuvo con sus alumnos los mejores resultados. Los más relevantes, Fernando Blas fue campeón de España en 1984, subcampeón en  1985 y nuevamente campeón en 1986 y 1987. Iñaki Ordóñez fue campeón en 1984 y bronce en 1985 Alberto Nieto resultó medalla de bronce en 1986, 1988, 1991 y subcampeón en 1993, y Alberto Gil que a pesar de ser un buen judoka solo tuvo resultados regionales.

A raíz de esa concentración entablé relación con el maestro y en su momento, fuimos un fin de semana a entrenar a su club en Bilbao.

Recuerdo la sesión del viernes por la tarde como un entrenamiento agónico. Un calentamiento largo, intenso y fuerte y unos randoris que evidenciaron el porqué podía pedir a su Iñaki que no parara de atacar cuando competía.

Más tarde desde la Federación Aragonesa una Semana Santa lo trajimos a Zaragoza.

Y en Zaragoza, el maestro seguía siendo el Chung que a base de historias y demostraciones nos imbuía en un Judo que él hacía sencillo, directo, que apetecía imitar.

“Habéis elegido el deporte más bonito, pero también el más difícil e ingrato”, decía… 

Y  en sus entrenamientos conseguía que todos nos entregásemos a tope como él decía. 

Otra anécdota que recuerdo del maestro Chung. Contaba que algún Profesor a veces le trataba de decir como tenía que hacer las cosas, también en Judo, y él, que entendía que no tenía nivel para que se le dirigiera en esos términos comentaba: “Yo no puedo chulear con monedas a un conductor de autobús. El conductor de autobús tiene muchas más monedas que yo…” para manifestar que el que le estaba apostillando no tenía nivel suficiente para hacerlo…

Y “chuleando a tope”, era su frase preferida cuando quería expresar y contaba historias donde él o sus alumnos habían salido victoriosos.

Y “chuleando a tope”, es la frase que me vino a la cabeza el pasado mes de noviembre preparando con mis alumnos los hermanos Crespo su examen de tercer dan, y es la idea responsable de este artículo.

Jonatan el mayor, en el momento de realizar el katame no kata, un kata en el que hacía unos días se encontraba realmente torpe en los desplazamientos en shikko, demostró un empaque y una soltura como para poder pensar ya no en aprobar su examen “con nota”, sino en poder participar en un campeonato de katas. No digo ganarlo, pero si participar con cierta dignidad y estar a la altura de las circunstancias.

Porque los profesores de Judo cuando “chuleamos”, habitualmente es un chulear interno de sensaciones. Chulear para un profesor de Judo no quiere decir jactarse de nada delante de los demás. Chulear es una manera de sentir satisfacción dentro de uno mismo, después de impartir una buena sesión y de realizar un buen trabajo. 

Chulear es la sensación que nos queda cuando nuestros alumnos resultan vencedores en una competición, cuando aprueban un examen de paso de grado o cuando demuestran que hacen bien Judo.

Chulear para mi este verano pasado, fue cuando me enteré de que mi alumno Daniel García había sido número uno en su promoción, en el curso de monitores en Guadalajara. 

Me invadió una satisfacción y como diría el maestro Chung, sentí que estaba “chuleando a tope”.

Chulear para un Profesor de Judo, es cuando sabemos que podemos llevar o enviar a nuestros alumnos a cualquier sitio, porque sabemos que van a mostrar un comportamiento adecuado y no nos van a dejar en evidencia.

“Dime niño de quien eres…”, dice el villancico, y cuando nos viene o conocemos a un judoka y nos dice “de quién y de donde ha salido”, muchas veces nos hacemos una idea de cómo puede hacer Judo, incluso de como puede conducirse.

Los Profesores de Judo sentimos que estamos “chuleando a tope”, cuando en una clase o una exhibición, manejamos con un gesto o una palabra un grupo importante de niños que reacciona, está atento y obedece nuestras indicaciones.

Sentimos que estamos chuleando a tope, cuando conseguimos que nuestros alumnos en las sesiones encuentren buenas sensaciones, lo pasen bien y se sientan importantes.

En ocasiones también en el día a día, ese chuleando a tope se nos va “a pique” cuando nuestros alumnos “nos fallan”, o pensamos que nos fallan, porque no vienen a entrenarse sin acordarse de que les estamos esperando, sin pensar en sus compañeros o cuando su comportamiento no es el que esperamos. 

No suele ser lo habitual, pero lo sentimos porque esperábamos poder “chulear” y ante ese faltar, nos venimos abajo.

Aunque nos dura poco. Porque cuando vuelven, los recibimos como a “hijos pródigos” y volvemos a sentir la necesidad de estar con ellos y entrenarlos.

El maestro Chung es en la actualidad 8º dan de Judo por la federación de Corea.

Su hijo U Chang fue en su momento subcampeón de España junior. El pasado mes de noviembre obtuvo su 6º dan . En la actualidad formando pareja con Fernando Blas son campeones de Europa de Kime no kata.

Y los Profesores de Judo sentimos que chuleamos a tope, cuando entendemos que nuestro trabajo tiene sentido y que nuestros alumnos sacan el Judo del tatami y lo integran en sus vidas.

Y es entonces, cuando contemplando a nuestros alumnos y teniendo en cuenta la forma en que se conducen podemos decir o podemos pensar como diría el maestro Chung que estamos:

Chuleando a tope…