Nuestros padres primero, luego los maestros y los profesores en la escuela o el colegio y también otros adultos mayores, tíos, amigos con los que nos vinculamos, pueden asumir ese papel de referentes e influenciar en muchas de nuestras acciones o decisiones.
En mi caso, mi padre falleció cuando yo tenía dos años, mi primer y referente toda la vida ha sido mi madre. Mi madre, que enviudó muy joven con cinco hijos que sacar adelante, la mayor de seis años, lo hizo de manera ejemplar, nos educó y nos inculcó valores que nos han servido para desenvolvernos en la vida.
Todos tuvimos nuestros profesores en el colegio. De algunos, su recuerdo no nos dice nada y otros tuvieron una influencia importante en nuestras vidas.
En el mundo del Judo, en mi mundo del Judo mi primer referente fue mi Profesor Ángel Claveras. En este tiempo conocí a otros judokas, alumnos, profesores, compañeros que seguro también fueron referentes, aunque ahora no recuerdo.
El segundo referente para mí, también para mi Profesor y muchos de mis compañeros, fue el Profesor francés Jean Cotrelle, que nos marcó con el Judo y las formas que traía. Juan Cotrelle alumno del pionero francés Jean Puyol, a su vez alumno de Ichiro Abe, cuando llegó a Zaragoza nos descubrió el Judo.
Y más tarde mi referente ha sido el maestro francés Jacques Le Berre, que me ha impregnado ya no solo por su Judo sino por su forma de ser y todas las cualidades que le rodean.
Incluso ahora ya mayor, cuando se pone el judogi, desprende una energía, y una fuerza que a profesores franceses les hace decir: “¡sacre Le Berre!”
Y como referentes son todas aquellas personas que nos han marcado, además de estos tres Maestros, han sido referentes para mi todos los judokas con los que me he relacionado, de los que he aprendido y que han podido influir en mis decisiones y en mi vida.
Cada uno en su parcela unos como profesores, otros como entrenadores, federativos, árbitros, competidores, todos con los que he podido compartir una conversación y un tiempo de nuestra vida
Ahora también cuando miro a mis alumnos, algunos me resultan referentes.
Aprecio como el Judo les ha ayudado a formarse, y veo con orgullo como se desenvuelven en su vida profesional, su determinación, su confianza, como exhiben sus conocimientos, y como llenos de valores se enfrentan a la vida.
Y no se si lo que añoro es su juventud, su vitalidad, su forma de ser, el momento en que están, o el futuro que se preparan.
Yo no recuerdo como era a su edad, ni como me resolvía, pero si ahora volviera a tener su edad, pienso que me gustaría en muchos casos parecerme a ellos.
Y es que me resultan referentes.