Jesús Asensio Calahorra, nació el 3 de febrero de 1965. El 26 de enero de 1999 se inscribió para hacer Judo en el club. Inicialmente comenzó en el grupo para adultos que se inician martes y jueves y fue con mi socio Jesús Sánchez con el que empezó.

Con 34 años descubrió el Judo y encontró su deporte. No se si era entonces consciente de lo que el Judo iba a significar en su vida. Era introvertido y reservado. De aspecto “especial” pues mostraba sobrepeso, y como no debía haber practicado ningún deporte denotaba la torpeza que caracteriza a los que comienzan tarde y que además su morfología propiciaba.

Inicialmente se limitaba a asistir en su grupo pero en cuanto fue consciente de que podía asistir a más sesiones, aparecía en cualquier entrenamiento. Recuerdo los sábados por la mañana que yo tenía entrenamiento con los juveniles, que me descolocaba porque era un “pesado inexperto” y me daba  miedo que sin querer lesionase a mis alumnos.

Y así fue como Jesús Asensio se inició en el Judo. Estamos hablando de 1999. Ese era el año que se celebraba el Campeonato del Mundo en Birmingham y donde mi alumno Sergio Doménech participaba representando a España.  A Doménech lo llevaba la Federación Española y sus amigos más allegados, que se lo podían permitir, conmigo a la cabeza, decidimos ir a ver el mundial.

Jesús entre bastidores asistía a la preparación de Dome y a la inquietud y a la problemática que nos proporcionaba la organización del viaje. Ya en Birmingham, la primera noche paseando por los alrededores del pabellón nos encontramos a Jesús Asensio. 

Habíamos estado juntos en las sesiones en el club esa misma semana y sin haber hecho un solo comentario, apareció en Birmingham. Esto fue en septiembre de 1999.

De regreso una vez en casa, aunque su nivel de Judo seguía siendo de amarillo o naranja, “la machada” de haber estado en un mundial nos hacía, por lo menos a mi, me hacía mirarlo de manera distinta.

Y también a mi socio, que se empeño en conseguir en que cayera con soltura hacia delante rodando, y con todas las dificultades que suponía su falta de coordinación, su sobrepeso, su torpeza…, pero la tenacidad de mi socio sumado al interés de Jesús, consiguió que llegara a rodar con una soltura para su peso inimaginable, hecho del que mi socio se mostraba orgulloso, y que Jesús feliz exhibía cuando se lo pedía. 

Lo que no tengo noción exacta de cuando comenzó con Arajudo y con la fotografía. Primero entre 2002 y 2004 la primera página que tuvo se denominaba Galeón y allí comenzaba a colgar fotos. Arajudo debió nacer a finales de 2004 o comienzo de 2005. En verano de 2005, desde luego ya existía Arajudo, pues colgó las fotos de las Quintas Jornadas que en Torrelavega impartió el maestro Fuji. 

Lo que es evidente que hizo de la fotografía de Judo su vida, de su página su pasión. En los últimos tiempos era consciente de que su página resultaba un tanto caótica y que estaba desordenada, y preveía arreglarlo, pero en su página cabía todo.

Personalmente a mi me abrió una ventana donde expresar mis sensaciones y mis inquietudes, y que la gente del mundo del Judo pudiera leer. Reconozco que he sido un privilegiado. Me dio la oportunidad de salir en su página, y durante casi seis años, en julio de 2008 colgó la primera, ha colgado puntualmente mis reflexiones. Y entiendo que esto me ha dado más popularidad en el mundo del Judo. 

Hay unas páginas de Judo que todos pinchamos cuando queremos estar al día, son la oficial de la RFEJYDA, Arajudo y Hajime Judo. No creo que haya páginas más leídas que estas en España. Todos los judokas cuando queremos estar informados cada vez que entramos buscamos estas páginas.

Luego cada uno tiene preferencias por otras. La de cada autonomía, la de cada club. Yo personalmente visito con cierta frecuencia la de Víctor García Osado, judoka catalán  al que aprecio y en su momento ha colgado unos escritos que me han parecido interesantes.

Cuando se realizaban actividades en los clubes y en las autonomías, con Asensio quedaban plasmadas en Arajudo y duraban más en la memoria de todos. De alguna manera se evidenciaba, que se habían celebrado.

A Jesús se le abrían las puertas. Todos queríamos tenerlo en nuestras actividades. Si no aparecía en Arajudo la actividad, parecía que no se había realizado.

Con Jesús la amistad que manteníamos era una amistad un tanto especial. Las amistades que tienes de siempre se fraguan en la adolescencia. Y como creces con ellos y compartes su vida, de tus amigos lo sabes todo, estas al tanto de sus problemas y sabes como ha sido prácticamente toda su vida. Cuando una amistad se inicia siendo adultos hay muchos tiempos de vida y muchas lagunas que desconocemos.

Y mi amistad con Jesús empezó siendo mayores. Además era reservado y si no le preguntabas apenas sabías nada de él. Hemos viajado mucho juntos. Lo he llevado muchas veces al lado en mi coche, pero muchas veces dormido o en silencio. En los últimos viajes se encontraba violento cuando me pedía parar con cierta frecuencia pues tomaba mucha medicación. No quería molestar y pensaba que incordiaba por la necesidad de las paradas.

Nos habíamos acostumbrados a nuestras rarezas y sabíamos cada uno como le gustaba hacer las cosas al otro, lo que nos facilitaba el trato. Muchas veces en los viajes se dormía y si iba despierto y no le hablaba, tampoco decía nada.

El último viaje fue al campeonato de España senior, “Rugió Leganés” tituló cuando puso las fotos, que fue la última actualización que hizo de su página desde el hospital.

Lo fui a buscar a casa. Jesús era siempre puntual. Como tardaba tuve que llamarle. Bajó, salió del portal y se quedó quieto frente al coche. Me pidió ayuda para abrir el portamaletas y meter la bolsa de las cámaras. En Leganés, durante el campeonato estuvo sentado haciendo las fotos. Una vez que se levantó, rodó por el pabellón. En el regreso a Zaragoza reconozco que yo iba agobiado por como se encontraba. Más tarde me enteré de que salió del hospital porque había pedido el alta voluntaria.

Ahora sin Jesús se me acumulan sensaciones. El Judo en la red entiendo que se ha quedado huérfano. A los judokas de alguna manera nos ha dejado desamparados. A mí personalmente me ha derivado un problema.

Ahora escribo esto sin saber donde y si lo voy a poder colgar, ¡qué sensación! Cuando uno muere, los que nos quedamos lo lloramos por indefensión, sensación de soledad. Porque ya no lo vamos a volver a ver, pero muchas veces, más que pensar en el muerto a parte de que podamos ser creyentes o no, pensamos en el vacío que nos deja. De alguna manera mostramos un interés egoísta por él. No lloramos por él lloramos por nosotros. 

En este caso nuestros interrogantes son: ¿Quién va a hacer ahora las fotos? ¿Quién va a ser capaz de crear una página donde esté todo, como estaba en Arajudo…? ¿Quién va a hacer de Asensio ahora? ¿Quién va a dedicar tanto tiempo…? En mi caso particular, ¿Dónde daré salida a mis reflexiones?

Y aunque nadie es imprescindible, y el camino por el que ha marchado Jesús es ley de vida y es el camino que más pronto o más tarde todos hemos de recorrer y seguro que nos apañaremos, lo vamos a notar.

Este último mes de mayo ha sido un mes intenso. Desde que volvimos del senior, para el que pidió el alta voluntaria, (yo no lo sabía), ingresó y poco a poco se ha ido deteriorando. Yo lo he ido a ver cada mediodía antes de venir para casa. Y cada día haciendo planes me comentaba la posibilidad de acudir a la siguiente competición. El campeonato escolar, la copa en La Coruña, la World-cup, la liga, luego sería Jaca, Azuara, Torrelavega y conforme se acercaba cada evento había que cambiar de idea. Al escolar fui sin él, a La Coruña mando avisar de que no estaba en condiciones de ir, para la World cup volvió a pedir el alta voluntaria, pero llegando a casa al bajar del taxi se cayó y volvieron a ingresarle…  

El lunes día 2 ya estaba un tanto desorientado. Los médicos habían dicho a su familia que el desenlace iba a ser fatal. Que lo sedarían para que no sufriese y así lo hicieron. El martes ya estaba sedado… esperando “marchar”…

Has perdido un amigo, me dice momentos antes del funeral Vicente Palomar creador de Tagoya, donde Jesús trabajó mientras pudo.

Y verdaderamente yo he perdido un amigo, pero todos hemos perdido algo y me parece indicado este fragmento del poema “Por quién doblan las campanas” de John Donne que habla de la muerte de un hombre:

“Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. 

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.”   

John Donne