
José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo
Cuando vamos motivados a un entrenamiento de Judo nos preocupamos, trabajamos bien y nos esforzamos. Y de cada entrenamiento salimos satisfechos si las cosas nos han salido, y a veces desmotivados y molestos, si no ha sido así. Pero tenemos que entender que todos los entrenamientos sirven.
Excepto cuando estamos realizando una puesta a punto, en que hay que afinar en la cantidad y en la calidad del entrenamiento, cada entrenamiento nos tiene que servir como un tiempo importante de acumulación trabajo para conseguir subir nuestro nivel.
En el momento de competir, es conveniente estar descansado, pero para participar en un entrenamiento, quizá esto no sea tan importante.
Al principio del entrenamiento la forma de trabajar es diferente conforme avanza el tiempo de práctica. A partir de un cierto momento, nos cambian las sensaciones, y comenzamos a percibir el Judo de otra manera.
Al principio si estamos descansados, nos apoyamos en la condición física, para conseguir aplicar los movimientos. Conforme nos sentimos cansados, nos vemos obligados a trabajar solo con sensaciones, y entonces la progresión es distinta, el aprendizaje de Judo por percepciones resulta más eficaz.
Es por eso que, en el momento de entrenarse es importante a veces estar cansado, y aprender a trabajar con cierto nivel de cansancio para “llenarnos de sensaciones de Judo”.
Luego en el momento de competir, estando descansados y cargados de sensaciones de Judo, tendremos una mayor lucidez para plantearnos el combate, luchar por el kumi kata y aplicar nuestras técnicas.
Los entrenamientos, preparando una competición, dependiendo del momento de la temporada deberán tener diferentes objetivos, y en consecuencia, los contenidos, la intensidad, el tiempo de randori y los tiempos de recuperación deberán ser distintos.
La forma de ganar
A nadar se aprende nadando, los movimientos de Judo se aprenden practicando, a competir se aprende compitiendo y a ganar se aprende ganando.
Cuando un judoka gana en un nivel y en un peso, se acostumbra y le parece norma ganar en ese nivel y en ese peso… cuando cambia de categoría, de nivel o cambia de peso, tiene que buscar como ganar en su nueva situación, en definitiva, lo que tiene que hacer es: volver aprender a ganar.
¿Cómo se aprende a ganar?
Ganando, evaluando la actuación y tomando conciencia de como se ha hecho.
Para ello:
El judoka tiene que llegar a conocerse. Tiene que darse cuenta de que es lo que hace y cómo lo hace. Cuales son sus armas, y que es lo que tiene que hacer para tenerlas a punto, y cómo utilizarlas.
Tiene que optimizar lo que sabe hacer y lo que le sale, y para ello, trabajarlo a fondo y conseguir hacerlo. A partir de ahí, aparecerán nuevas maneras que irá incluyendo, enriquecerá y apoyará su forma de ganar.
Todos los campeones tienen un sistema para ganar y siempre lo emplean. Todo el mundo sabe como es, pero es lo mismo… lo consiguen hacer y ganan.
Como decía Vladimir Barta “una serpiente caza siempre igual”. Con la comida no se juega, y una serpiente no busca hacer florituras con la comida…
La preparación física no tiene secretos… pero hay que hacerla. Quizá lo difícil es ajustar para llegar a estar “a punto en ese día”.
Los movimientos de Judo están allí. Todos los conocemos.
Los sistemas de entrenamiento de Judo están en todos los manuales:
Tandoku renshu, sotai renshu, uchi komi, yaku soku geiko, kakari geiko, randori, nage komi, shiai… con todas sus posibles interpretaciones.
El tema es trabajar para afianzar lo que podremos llamar “nuestro sistema de competición”.
Un sistema de competición efectivo, que nos tiene que servir para ganar combates.
Para ello cada judoka con su entrenador tiene que establecer su sistema, trabajarlo y probarlo en competiciones.
Evaluar las actuaciones, corregir si procede, e ir adquiriendo confianza, seguridad y eficacia en lo que hace cuando se gana, repitiendo actuaciones afortunadas y de esta manera construir y afianzar la forma de ganar.