José Ángel Guedea Adiego

8º Dan de Judo – Árbitro Nacional – Maestro Entrenador Nacional

Mi amigo Paco Gracia está metido en grupos de Whatsapp. Uno de ellos es con sus colegas de cuando competía.

Llevaba amenazando con que los iba a reunir un día en Zaragoza y que necesitaría un tapiz para hacerse una foto en judogi. Los tatamis que maneja Paco son en colegios y en fin de semana es más problemática la situación y me preguntó si se podría hacer en el club, en Las Fuentes. 

Lo consulté con Jesús Sánchez y como tampoco puso ningún inconveniente le dije que cuando tuviera previsto día y hora nos lo dijera para organizarlo. Le comenté también la posibilidad de realizar un entrenamiento y me dijo que alguno de los que iba a venir había comentado que ya no saludaba en seiza, por lo que abortamos esa opción.

Comunicó fecha del evento: fin de semana del 28-29 de febrero.

Yo a Paco lo veo regularmente. Hemos instaurado también con Carlos García un café martes y jueves a las 11 cuando sale de un colegio, y se pasa en ocasiones por el club a hacer algo de Judo, o a traer a su hijo Martín que hace Judo conmigo.

Las semana anterior comentaba la programación de lo que iban a hacer. Cuando llegaba cada uno, donde se iban a alojar y como les había organizado el festejo.

En cuanto lo que a mí me concernía, me indicó día y hora de la foto: sábado 29 a las 19’30 en el club.

A las 18 horas ya estaba en el club leyendo y esperando que se hiciera la hora. Si soy sincero con cierta inquietud. Simplemente porque todo fuera bien. Porque llegaran todos, que no encontraran el club incómodo y que pudiera reconocer a todos.

Me había comentado Paco los que venían: Vicente Rochela, Paco Lorenzo, Álvaro Polano, Alberto Fernández, Jaime Griño, Gerardo Toro, Pedro Gracia, Julen Idarreta, Jon Idarreta, Isidro Punsa, Ferran Suai, Andreu Coranti, Pedro Soler, Carlos Villaplana, Alfonso García, Paco Alcalá, Ricardo Fernández y Joan Enrich. 

Nos añadimos a la fiesta y a la foto Paco Gracia, anfitrión de la historia, Carlos García y yo.

El primero en aparecer “a su aire” y como siempre fue Perico Gracia. Perico ha estado en el club muchas veces. Hace casi 40 años, le pedí cuando se trasladó a Pamplona, que viniera a contarnos como hacía “uchi mata”. 

Vino a Zaragoza en varias ocasiones y nos desplazamos también con alumnos al Zenbikai, que es donde estaba entonces, y el uchi mata que se hacía en Las Fuentes en los primeros tiempos, llevaba su sello.

A continuación llegaron cuatro más que venían en taxi y luego el grueso de la expedición encabezados por Paco.

A Perico Gracia, Paco Lorenzo, Vicente Rochela y a los hermanos Idarreta, los veo a menudo en los sectores o en distintos campeonatos. A Joan Enrich en los últimos años alguna vez que he estado en Girona o en Barcelona. Con Alfonso García coincidí en la última Gala de la Española.

Tengo que admitir que reconocí a todos menos a uno, aunque los encontré cambiados.

Cuando Paco Alcalá se acerco a saludarme, tuve que preguntarle: “recuérdame quien eres”. Porque yo a Alcalá lo recordaba con 20 años, una melena envidiable y “clavando” de cabeza a uno de mis compañeros en el tatami a cada entrada, cuando hacía tai otoshi, hasta que el árbitro decidió parar aquello dando ippon en uno de esos lances.

Conforme iban entrando, se paraban por el pasillo. Se paraban a oler y a mirar. Y digo a oler, porque cada club de Judo tiene un olor peculiar. Los nuevos huelen a nuevo, y a los antiguos “les huele todo”. 

Huele la lona, huelen las paredes, huelen los bancos, huele a gente, huele a sudor, huele a humanidad. En el fondo huele a Judo y Las Fuentes a más de 40 años de Judo. 

El pasillo del club de Judo La Fuentes, está plagado de fotos. En los tablones fotos actuales pero en la pared es todo historia.

Desde las fotos de los siete primeros décimos danes, con Jigoro Kano en medio de treintañero, hasta fotos con el maestro Uzawa en el INEF de Barcelona, fotos de Judo en la nieve, en la montaña, del primer entrenamiento en el club en 1977, de los primeros kangeikos, de la celebración del 40 aniversario con el maestro Le Berre, una bandera de los JJOO de Barcelona firmada por muchos medallistas, fotos de nuestro Jesús Asensio que nos dejo en 2014, posters de campeonatos importantes… en fin 40 años de historia.

Pasaron a cambiarse y comenzaron a pasar al tatami. Todos se extrañaban y comentaban la textura de la lona. ¿Donde la habéis comprado? Porque no es plástico, es lona, lona y  preguntaban de donde la habíamos sacado. Y allí la responsabilidad es toda para mi socio Jesús Sánchez. Jesús minucioso y detallista, y entendiendo del tema, se ha preocupado siempre de que hayamos tenido la mejor lona y cosida de la mejor manera, para que no sobresalgan las costuras. 

En estos 42 años la hemos tenido que cambiar varias veces y siempre ha sido todo un ritual muy elaborado. Primero elegir la muestra, de tantos hilos, con tantos cruces. Luego venir a medir, ajustar el precio, presentarla, si no estaba como a Jesús le gustaba, llevársela, para más tarde volver a presentarla y finalmente colocarla y poco a poco tensarla para que finalmente quedase “como una pandereta”.

Nos colocamos para la foto y se hizo la foto. La foto principal y luego se fueron haciendo fotos en pequeños grupos, por parejas, por autonomías, por resultados, afinidades, hubo quien se animó y comenzó a hacer uchi komi y hubo quien se agarró a otro y se empezó a desplazar, mientras otros quietos asistíamos al evento. 

Cuando se decidió que ¡ya!, pensé que no hubiera sido una tontada organizar un entrenamiento, por supuesto teniendo en cuenta lo que allí había, pero haber hecho de alguna manera todos, algo de Judo. 

Quedó manifestado que todos quedaron satisfechos de la reunión, del reencuentro y de “la fiesta”. 

No se la gente que tiene Paco en ese grupo de whatsapp y los que faltaron. Si que sé que seguro pudo haber más gente. Gente que quizá no está en ese grupo, pero que les hubiera gustado estar y que hubieran encajado perfectamente en la reunión. 

También se que nunca había habido tanto dan por metro cuadrado en el tatami de Las Fuentes.

Y me quedé con el resquemor de no haber propuesto y realizado un entrenamiento “adaptado”, pero un entrenamiento. Otra vez será…

Y apreciando todo lo que representaba lo que había allí: horas de entrenamiento de Judo, uchi komi, randori, preparación física, judogis empapados, viajes, competiciones, combates, pódium, lesiones, ilusiones y horas de Judo vividas, clases impartidas, danes obtenidos… 

En definitiva: mucho Judo acumulado.