José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

Cuando comencé a hacer Judo, lo normal en las sesiones era después de un calentamiento clásico, en aquellos tiempos yo no recuerdo que se hicieran juegos, y unas caídas siempre muy protocolarias, el Profesor indicaba: “por parejas y a repasar los movimientos”.

Normalmente nos poníamos con nuestro compañero, que siempre solía ser el mismo, y nos dedicábamos a “ensayar” los movimientos de nuestro programa.

El Profesor siempre pendiente, se acercaba, corregía y si veía un mismo fallo que se producía en todos, interrumpía la sesión y daba una explicación general.

En ocasiones antes de empezar a repasar los movimientos, demostraba los de los distintos cinturones y daba paso al “repaso de movimientos”. Normalmente los movimientos se “ensayaban” habitualmente en estático.

Después se hacía un repaso de suelo y un tiempo de randori.
Así se desarrollaba una sesión típica. Conforme se obtenía un nuevo cinto se trabajaban los movimientos correspondientes al grado al que íbamos a pasar.

En el repaso se incluían las repeticiones, que a veces hacíamos todos a la vez.
No digo que estuviese ni bien ni mal. Se hacía así y seguro que, en muchos sitios, en algunas sesiones se sigue trabajando así y en muchos clubes se sigue esta metodología. Y seguro que no estaba tan mal, cuando muchos niños de “aquellos repasos”, ahora son y somos, altos grados.

Y hablando de altos grados me viene a la memoria la anécdota vivida en la Republica Dominicana con José Juan López Recarte, (fallecido en 2010), y David Ramirez.

Nos mandó la REFJYDA a la copa FEDO en Republica Dominicana en verano de 2006 un grupo de júniors formado por David Ramírez, Jesús Maquieira, Francés González y Víctor Canseco. Yo los acompañaba como entrenador y José Juan López Recarte era el delegado.

Recuerdo el primer día en la playa. Durante la conversación, David Ramírez con el desconocimiento que caracteriza a la mayor parte de los competidores jóvenes le preguntó a José Juan: ¿pero tú has hecho Judo?, sin inmutarse contestó “bueno un poco, algo entenderé, soy 7º dan…”

Ya he comentado alguna vez que en “nuestro aprendizaje” de Judo en Zaragoza hubo un antes y un después. Un antes, hasta que apareció el francés Jean Cotrelle, y un después, a partir de entonces. Juan Cotrelle alumno del francés Jean Puyol a su vez alumno de Ishiro Abe, con una forma envidiable entendía el Judo de otra manera.

Pasamos de repasar los movimientos en estático a hacerlos en desplazamiento y a trabajar y entender las distintas oportunidades. Pero sobre todo yo creo, que lo que nos cambió fue la forma de hacer Judo, la forma de realizar los movimientos.

Cuando yo empecé a impartir clases, como todos, imitando a nuestro Profesor, seguro que hacíamos parecido. Y poco a poco también, como todos, comenzamos a innovar.

Y llevo ya años, enseñando los movimientos mediante un sistema de secuencias que he establecido para el aprendizaje de Judo.

He tratado de encadenar los movimientos de forma que me ha parecido más lógica, y mis alumnos recién iniciados, en cuanto empiezan a conocer los movimientos básicos, comienzan a desplazarse y a trabajarlos encadenados.

Realizando estas secuencias, en un principio, ni proyectan ni caen, pero poco a poco van reconociendo, entendiendo y adaptándose a los movimientos. Más adelante las proyecciones serán dirigidas, controladas, de forma que todos podrán realizar caídas fáciles, dirigidas, controladas y pactadas.

En que consiste el sistema de secuencias

Es un sistema para aprender los movimientos de Judo. Para conocer los movimientos por programas, saber qué hay que hacer, cómo hacer y hacerlos.

En principio no es un sistema para competidores, aunque se puedan plantear secuencias de competición y trabajarlas.

Es un sistema de trabajo para aplicar en las sesiones y entrenamientos donde agrupados los movimientos se repiten en desplazamiento de forma continuada.

Es una forma de plantear y llenar los contenidos de las sesiones.

Que características comprende

Todo se hace en desplazamiento. Es un sotai renshu en desplazamiento donde en principio no se tira.

Todos los movimientos se realizan hasta el momento donde se produciría el kake.

Cuando acaba uno empieza el otro. Aunque no haga falta, el compañero le va indicando en orden los movimientos a realizar, lo que le hace aprender el programa o memorizar la secuencia establecida.

Cada vez que se ha realizado una o dos veces la secuencia se cambia de compañero. El objetivo es conocerse más, conocerse mejor y progresar todos.

No es importante hacer las secuencias, ni muy fuerte ni muy rápido. Hay que buscar la colocación adecuada en cada movimiento, la precisión, soltura y sensaciones, en la aplicación de cada movimiento.

Qué ventajas tiene

Como diría mi amigo y alumno 3º dan Jorge Gil, médico traumatólogo son: “todo ventajas.”

Como calentamiento. Activación: buscando sensaciones, reacciones… tratando de sentir.

Como Judo deportivo, educación física, como diría el maestro Uzawa “solo gimnasia”

Como entrenamiento mental aprender, recordar y memorizar los programas de cinturones y el orden de la secuencia. Trabajo de la memorización, atención, concentración y disciplina.

Como trabajo de aprendizaje de uke: aprender y practicar las sensaciones de uke. Hay que conseguir llegar a hacer bien de uke, a ser un buen uke. Tratar de conseguir como uke ser cómodo, activo, respondiendo, reaccionando, flotando…

Como trabajo técnico: Aprender a encadenar adecuadamente los movimientos.

Encontrar sensaciones

Como sistema metodológico: saber qué hay que hacer, cómo hacer y hacerlo.

Como forma de trabajar los katas: aprender, mecanizar el orden de los movimientos y seguridad en el momento de la ejecución.

Como recurso para las sesiones: llenar de contenidos la sesión

Y además la posibilidad de:

Idear secuencias indicadas para cada situación. Incluso personalizadas para cada judoka y cada situación.

Establecer programas de cinturones, sistemas de agarres, defensas, contras, aplicación de movimientos.

Se puede practicar a todos los niveles. El cinto más alto, el veterano lo realizará con más soltura y lo hará mejor. Al novato le costará más, pero irá reconociendo los movimientos, los irá entendiendo y se ira familiarizando con ellos.

Se irán introduciendo secuencias poco a poco. Cada vez se irán practicando más movimientos, hasta completar y conocer todos, el programa de 1º dan, que un cinto amarillo o naranja podrá conocer e ir trabajando y así, aun sin llegar a hacerlos como al final llegará a conseguir, irá conociendo y practicando todos los movimientos.

Recién pasado a 1º dan comenzará de la misma manera con los movimientos de 2º, los que pasan a 2º con los de 3º y así de una manera sencilla, nuestro judoka seguirá reconociendo y llegará a familiarizarse con los movimientos.